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La CNMC tumba la gran interconexión gasista entre España y Francia

La comisión y el regulador francés estiman que el Midcat "no cumple las necesidades del mercado" y aconsejan replantearlo

Jose Maria Marin Quemada  presidente de la CNMC

Jose Maria Marin Quemada presidente de la CNMC / periodico

P. Allendesalazar

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La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y su homóloga energética francesa, la Commission de régulation de l'énergie (CRE), han anunciado este martes un acuerdo para tumbar el proyecto STEP, la primera fase del gaseoducto Midcat, que con una inversión total de 3.000 millones de euros iba a duplicar la capacidad de transportar gas entre los dos países a través de la frontera de los Pirineos por Girona. "En su configuración y capacidades actuales, tal como lo han presentado los transportistas, no cumple con las necesidades del mercado y carece de madurez suficiente para ser considerado en una asignación de costes transfronteriza", han argumentado en un comunicado.

Midcat, el tercer gaseoducto que iba a unir Francia y España en el 2020 a través de 1.250 kilómetros (450 en la parte española), está reconocido como Proyecto de Interés Común (PIC) por la Comisión Europea. El ejecutivo comunitario quería promoverlo dentro de su objetivo de que los países socios tengan la capacidad de exportar el 10% de su capacidad de producción en el 2020 (entre España y Francia apenas roza el 3%). Además, forma parte de la planificación energética española desde el 2002, pero se ha ido retrasando por la resistencia gala a llevarlo a cabo. El Gobierno de Rajoy paró su tramitación en el 2012 por la crisis, pero la reactivó en mayo pasado sin esperar al informe de la CNMC.

Sin embargo, también contaba con muchos opositores. Un informe encargado por la Comisión Europea a una consultora el año pasado ya dudaba de su viabilidad económica. La CRE francesa también valoró que elevaría los precios de la energía sin aumentar la seguridad de suministro (el coste de la parte gala era mucho mayor, ya que la segunda fase, STEP II, tenía previsto unir el sur y el norte del país). Asimismo, contaba con el rechazo de partidos como Unidos Podemosde asociaciones ecologistas y de la Diputación y las zonas de Girona afectadas. Las empresas de gas, en cambio, apoyaban la iniciativa.

Rechazo y recomendación

Los dos reguladores han reconocido que las interconexiones son una "herramienta clave" y han recomendado "continuar con los esfuerzos" para una mayor integración de los mercados de electricidad y gas ante el nivel "relativamente limitado" de conexión de la Península Ibérica con el resto de Europa. Al mismo tiempo, sin embargo, han aconsejado a las empresas promotoras la "reconsideración" del proyecto para encontrar "una solución más eficiente en beneficio de los consumidores".

Las dos comisiones han argumentado que el proyecto presentado por Enagas y la francesa Teréga "falla al no ofrecer capacidad para contratar de forma firme por los comercializadores, por lo que no ha recibido apoyo en sucesivos test de mercado. Los altos costes de la infraestructura, con el nivel de tarifas que resultan de aplicación, junto con el hecho de que ya se disponga actualmente en la interconexión de capacidad interrumpible, con un bajo nivel de utilización anual, no garantizaría el acoplamiento de precios de gas con el norte de Europa". La transición ecológica hacia una energía más limpia y el consiguiente menor consumo de gas han perjudicado al proyecto.

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