Sector energético

Holaluz, el tortuoso camino para recuperar la energía

Holaluz propone llenar de placas solares los tejados para incrementar la capacidad de generación eléctrica en un 40%

Holaluz gana 5,51 millones de euros y triplica su facturación.

Holaluz gana 5,51 millones de euros y triplica su facturación.

Agustí Sala

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Holaluz, la comercializadora energética catalana, vive unas semanas complicadas. Seguro que a sus fundadores les viene a la mente la canción de los Beatles, 'The long and winding road' ('El largo y tortuoso camino'). En la actualidad, la compañía negocia 20 millones de financiación para superar la asfixia financiera provocada por el desplome del mercado solar a principios de año pasado. Como consecuencia de ello cerró el ejercicio con unas pérdidas de más de 26 millones de euros, el quíntuple que el año anterior; y con un fondo de maniobra negativo (el margen con el que cubrir la deuda a corto plazo) superior a los 44 millones.

La empresa afirma que empezaron a remontar en el segundo trimestre del año pasado y que ha sido capaz de "revertir" la situación de un mal primer trimestre de 2023 alcanzando el 'break-even' (ni pérdidas ni ganancias) en el resultado de explotación en los últimos 12 meses (abril de 2023 y marzo de 2024). En ese periodo, la empresa alcanzó un resultado de explotación normalizado de 22,5 millones frente a los 4,3 millones del año pasado.

Los dos fondos que son accionistas de Holaluz, Axon (16,80% del capital) y Geroa Pentsioak (6,68%) se negaron a firmar las cuentas de 2023. Y esas discrepancias en el consejo de administración, en el que los tres fundadores fundadores, Carlota Pi, Oriol Vila y Ferran Nogué, con el 14,6% cada uno; y los vocales independientes votaron a favor, se han publicitado, en un contexto en el que al final se produjo la suspensión de la cotización de las acciones. Ello se decretó por parte del supervisor del mercado por la imposibilidad de la empresa de publicar su información financiera auditada anual en plazo. Esta información se difundió el viernes pasado, sin salvedades y recogiendo la situación de asfixia a corto plazo. Tras volver a cotizar en el BME Growth, la bolsa de las pymes, las acciones se desplomaron pero este viernes recuperaron terreno, hasta hasta los 1,355 euros, con un alza de más del 7% y una capitalización de casi 28 millones, aún lejos del valor de casi 10 veces más que llegó a alcanzar en 2021.

La compañía mantiene abiertas negociaciones con dos organismos de la Generalitat, el Institut Català de Finances (ICF) para un préstamo de 10 millones; y con la sociedad pública Avança para otro de 3 millones. Y luego tiene abiertas dos posibilidades: dos préstamos convertibles de otras tantas 'family offices' por 1,8 millones y una 'equity line' (línea de capital, que supone aportación de capital por parte de terceros) por hasta 7 millones; o bien un préstamo convertible de 7 millones por parte de "un inversor industrial del sector". Fuentes de la empresa afirman que a pesar de que se ha difundido que les corre mucha prisa "no hay urgencia todavía" por cerrarlo. Y solo en el supuesto de que no sellaran con éxito en unas semanas estas operaciones se presentaría un preconcurso de acreedores, tal como se recoge la auditoría realizada por EY.

La compañía, que destaca que funciona con toda normalidad y llevando a cabo instalaciones nuevas, insiste en los esfuerzos de adaptación a las nuevas circunstancias del mercado, que llevaron a un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó a más de 200 personas a finales del año pasado. Como consecuencia de todo ello, con otras medidas como apostar también por menos instalaciones de autoconsumo, bajo su lema 'La revolución de los tejados', pero de mayor valor, la mejora de las cuentas se empezó a consolidar en el primer trimestre del ejercicio actual, explican.