La vigilancia multiplica por 4 los ingresos en ocho años

Los hogares destinan 900 millones de euros anuales a servicios de seguridad

ANTONI FUENTES / BARCELONA

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La seguridad se ha convertido en un negocio con un crecimiento consolidado y unos ingresos que superan los 3.100 millones de euros. La fuerte demanda de alarmas en España ha disparado la facturación de la seguridad doméstica un 30% anual de media desde 1999, lo que ha multiplicado por cuatro el negocio.

Las empresas del sector registraron unos ingresos de 775 millones de euros en el 2005 --último ejercicio con datos globales-- por la venta de sistemas de seguridad y alarmas. En 1999, la facturación era solo de 203 millones, según la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser). Aunque, en el 2005, la progresión de este segmento de mercado se suavizó hasta 12,6%, la patronal estima que los ingresos por las alarmas crecieron más en el 2006, con lo que rondarán los 900 millones.

El importante incremento de este segmento de mercado ha elevado el número de alarmas instaladas en España en 1,2 millones, según las estimaciones del Ministerio de Interior.

Prosegur mantiene un aumento del 9,7% en sus ingresos por seguridad residencial en el 2006, con una cifra de 88,1 millones. Supone cierta desaceleración respecto al incremento del 2005, que fue del 11,2%.

MÁS URBANIZACIONES

La rápida extensión de las alarmas se debe, principalmente, al propio crecimiento económico del país, a la proliferación de viviendas unifamiliares y a las urbanizaciones que, a priori, están más expuestas al riesgo de robo que un piso en una ciudad, según Eduardo Cobas, secretario general de Aproser. Los resultados de una encuesta realizada por el Observatorio de la Seguridad confirma el mayor riesgo de los chalets. El 20,7% de los propietarios de esas viviendas han sufrido un robo, frente al 15,9% en los pisos.

Las oleadas de robos a cargo de bandas en algunas urbanizaciones tienen un "efecto económico local" que se aprecia en la contratación de más alarmas en la zona, según Cobas, lo que desmiente que la difusión de esas informaciones creen un "clima general" propicio para las compañías de seguridad. Lo mismo sucede, según el dirigente de Aproser, con la demanda de seguridad de los empresarios, un segmento en el que no se aprecia un aumento significativo de escoltas, por ejemplo.

MÁS DEMANDA EN VERANO

Sin embargo, Securitas reconoce que registró un aumento de la demanda de alarmas del 250% en Catalunya en los días siguientes a una ola de robos en el 2006. Para Yolanda García, de UGT, las informaciones sobre atracos causan un "aumento impresionante de la demanda. Si el propietario de un chalet ve que su vecino pone una alarma, hará lo mismo para no facilitar la entrada a los ladrones". En general, las peticiones de seguridad en los hogares se incrementan un 55% en verano, coincidiendo con el temor a dejar la vivienda sola en las vacaciones.

En Catalunya, los últimos episodios sonados fueron el asesinato del empresario Joan Alsina y la muerte de uno de los supuestos atracadores de la casa de los Tous a manos del jefe de seguridad y yerno de la familia. La mayoría de los 18.512 escoltas que hay en España están dedicados a proteger políticos, muchos de ellos amenazados por ETA.

También han contribuido a la difusión de la seguridad doméstica las ofertas de las compañías. Una de ellas ofrece, por 79 euros, una alarma con comunicación por voz con la central con dos detectores de movimiento y uno de apertura de puertas. Por 24 euros al mes, se ofrece el servicio de verificación de la alarma, seguridad nocturna mientras duermen los propietarios y control de entradas y salidas mediante teléfono móvil o internet.