California (EEUU)

Los Ángeles, San Diego e Isla Catalina: tres lugares de cine para un recorrido de Oscar

El popular cartel de Hollywood, emblema de la ciudad californiana de Los Ángeles.

El popular cartel de Hollywood, emblema de la ciudad californiana de Los Ángeles. / Reuters / Fred Prouser

Vega S. Sánchez

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"Bienvenidos a Hollywood, donde los sueños se hacen realidad". La manida frase, que se podría atribuir a casi cualquier película -pero que se inmortalizó en 'Pretty Woman'-, cobra todo el sentido cuando se visitan algunos de los grandes estudios de cine de Los Ángeles (California, Estados Unidos) o se pasea por las calles aledañas al Dolby Theatre, el teatro donde anualmente se entregan los premios Oscar desde 2002.

Pero en realidad todo en Los Ángeles parece el decorado de una película y la industria cinematográfica está presente en cada rincón de sus calles y hoteles.

Pasear por Los Ángeles es convertirse en un extra de una gran película, y muchos de sus hoteles están pensados para que sus huéspedes se sientan así: parte del decorado. Es el caso del Hotel Moxy, situado en el Downtown (el centro) de la ciudad, y también en el centro de dos lugares emblemáticos de Los Ángeles: el famoso estadio Cripto.com Arena, casa de los dos equipos de la NBA de la ciudad -Los Angeles Clippers y Los Angeles Lakers- y sede de la ceremonia anual de entrega de los Premios Grammy, y el Centro de Convenciones de Los Ángeles, donde se celebran eventos de la magnitud del Electronic Entertainment Expo, el evento de videojuegos más importante en todo el mundo.

Diseñado por Pushelberg

Situado a menos de 13 kilómetros del Dolby Theatre, el hotel, del empresario navarro Antonio Catalán - presidente de la cadena AC Hotels Marriott, a la que pertenece Moxy-, fue diseñado por Yabu Pushelberg. Inspirándose en el desierto californiano, es un guiño perpetuo al género ‘road movie’ (película de carretera), que triunfó en la década de los 70 gracias a éxitos como el clásico de culto ‘Easy Rider’ (1969).

El salón de la planta baja es un espacio amplio con paredes de tierra y columnas de espejo para simular los espejismos del desierto. Además, la alfombra, diseñada a medida por el propio Pushelberg, tiene dibujadas serpientes que se deslizan entre los asientos de cuero de motocicletas que se sitúan en la sala y de las propias motocicletas que se encuentran decorando la estancia.

Las habitaciones, los vestíbulos de las plantas y hasta el propio ascensor comulgan con ese desierto árido de tonalidades arenosas y destaca el hecho de que, aunque con decoración similar, ninguna de las 380 habitaciones de las que dispone son iguales.

El hotel tiene un gimnasio, una piscina y 12 bares y restaurantes para todos los gustos: desde una parrilla a un japonés, pasando por un bar situado en la azotea donde disfrutar de las vistas de la ciudad o un club nocturno con el que el hotel se sitúa en el epicentro del ocio nocturno de la meca del cine.

El letrero de Hollywood

Precisamente, uno de los símbolos cinematográficos que se pueden divisar desde el Hotel Moxy es la famosa señal de Hollywood, el letrero gigantesco situado en el Monte Lee del Parque Griffith. Cada letra de las que forman la palabra ‘Hollywood’ mide unos 13,7 metros de altura. En total, el cartel mide unos 106,7 metros de longitud.

Fue creado como parte de una campaña publicitaria hace más de un siglo, en 1923. Llegar hasta el letrero es perfectamente factible y es una excursión gratuita, pero hay empresas locales, como Bikes and Hikes LA Tours, que harán la experiencia mucho más completa.

Turistas visitan los estudios Warner Brothers, en Burbank (Los Ángeles, California).

Turistas visitan los estudios Warner Brothers, en Burbank (Los Ángeles, California). / EP

Siguiendo con los símbolos cinematográficos, no hay que perderse la visita a los estudios de cine de los Hermanos Warner, o los Warner Bros, uno de los principales estudios de cine y televisión del mundo. Siempre que los rodajes lo permitan (siguen filmándose a diario multitud de películas y series en las 44,52 hectáreas que componen el parque), se pueden visitar los emblemáticos escenarios donde se han rodado series como 'Friends' o películas como la saga de Harry Potter, por poner solo dos ejemplos.

Visita obligada requiere también el Museo de la Academia, un viaje a través de la historia de los Oscar que no dejará indiferente a ningún cinéfilo.

San Diego, la ciudad más tex-mex de California

A aproximadamente 200 kilómetros de Los Ángeles se encuentra el segundo vértice de este recorrido de cine: San Diego. Esta ciudad, situada a apenas 30 kilómetros de la mexicana Tijuana, tiene el parque urbano más antiguo y grande de todo Estados Unidos, más incluso que el Central Park de Nueva York. Se trata del Parque Balboa, una extensión de casi cinco kilómetros cuadrados que alberga museos, teatros, jardines, tiendas y restaurantes, así como el mundialmente famoso Zoo de San Diego.

La ciudad californiana de San Diego.

La ciudad californiana de San Diego. / El Periódico

Al estar tan cerca de México, cualquier recorrido por la ciudad de San Diego tiene sabor tex-mex, influencias hispanas que son perfectamente visibles en cualquier rincón del barrio Logan y su parque Chicano, lleno de murales que homenajean el pasado activista de sus habitantes y a artistas mexicanos de renombre como Frida Kahlo.

En el ‘downtown’ de la ciudad se encuentra el puerto, donde se puede ver una gran flota naval activa presidida por el portaaviones ‘USS Midway’, transformado en museo abierto al público. En esta zona se rodó buena parte de la película de Tom Cruise ‘Top Gun’, en la que participaron como extras militares en activo y veteranos, además de sus familias, con residencia en San Diego. También se rodó parte de la película en el ‘USS Theodore Roosevelt’, que en aquella época tenía su puerto base en San Diego. Y, finalmente, no lejos del puerto se encuentra el famoso bar de ‘Top Gun’ donde Goose toca al piano ‘Great Balls of Fire’, que se llama Kansas City Barbecue y está lleno de fotos de la película de 1986.

La Jolla, zona universitaria

Otro punto destacado de San Diego, muy ligado también al cine, es La Jolla, lugar que alberga la emblemática Universidad de San Diego y la librería familiar más antigua de Estados Unidos, Warwick’s, fundada en 1896. En este bello enclave bañado por el Océano Pacífico y con hasta siete grutas marinas llenas de pelícanos, cormoranes y leones marinos nació y vivió el actor Gregory Peck. También Bing Crosby, el famoso actor y cantante que falleció en Alcobendas (Madrid) en 1977, solía visitar La Jolla con sus amigos y, en concreto, el Hotel La Valencia.

El escritor y caricaturista estadounidense Dr. Seuss o la archifamosa actriz Raquel Welch también vivieron en La Jolla, lugar donde tiene fijada su residencia actualmente la cantante y compositora Alicia Keys, además de otros muchos famosos del mundo del espectáculo, las finanzas o la política.

Los bisontes de Isla Catalina

Finalmente, el tercer punto del triángulo de cine californiano se sitúa en Isla Catalina, una isla de capital privado a la que se accede en helicóptero o en barco o ferry desde Dana Point (a unos 105 kilómetros de San Diego) o Long Beach o San Pedro (a unos 32 y 50 kilómetros de Los Ángeles, respectivamente).

Isla Catalina.

Isla Catalina. / El Periódico

La particularidad de esta isla es que tiene una manada de bisontes… de cine. En 1924, la compañía cinematográfica Lasky llevó a la isla a 14 bisontes para que participaran en una película. Hay quien dice que el filme era ‘El ocaso de una raza’ y otros señalan que era ‘La horda maldita’. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta, porque los animales en cuestión, que según explican los guías eran todos machos para evitar que se reprodujeran, no aparecieron en ninguna de las dos películas.

Al acabar la producción cinematográfica, el equipo se dio cuenta de que resultaba muy costoso llevar de vuelta a los animales a territorio no insular, por lo que decidieron dejarlos allí. Teniendo en cuenta que no había hembras, no había peligro de que poblaran la isla.

No obstante, posteriormente el empresario y magnate de la industria del chicle William Wrigley llevó hasta la isla 24 ejemplares de bisonte más. En la década de los 60, la población de estos animales había crecido hasta niveles desorbitados, mermando el equilibro del hábitat y la biodiversidad de la isla.

Hoy en día, convertidos en uno de los atractivos turísticos de la isla, la población de bisontes se encuentra controlada. Pero no solo de bisontes vive Isla Catalina: la zona tiene multitud de enclaves donde practicar buceo y esnórquel, pobladas de enormes colmenas de peces pequeños, naranjas brillantes, conchas marinas, algas y una gran variedad de otros animales marinos.