La Volta presenta a Pradell en la sociedad ciclista

La Volta ya mira a Pradell, la joya de la carrera, la montaña que se presenta en la sociedad ciclista, el puerto que quiere ser el símbolo de la prueba como el Tourmalet lo es del Tour, el Mortirolo del Giro y el Angliru de la Vuelta. Son incomparables, todas son magníficas y complicadas de subir en bici. Pero la Volta necesitaba un reclamo propio, que los ciclistas viniesen a la carrera sabedores que debían enfrentarse a todo un mito, que como tal va a crecer desde que este sábado sea coronado por primera vez por buena parte de lo más salado del pelotón mundial con Tadej Pogacar a la cabeza.

Pasó Viladecans, ciudad que crece verde y para las bicis, y sobre ellas apareció el pelotón de la Volta para vivir una etapa emocionante, sobre todo desde que se coronó la Creu d’Aragall, pasando por Sant Vicençs dels Horts camino de la meta donde se impuso al esprint el corredor francés Axel Laurance.

Este sábado el panorama será distinto. Los ciclistas subirán por las mejores montañas de la comarca del Berguedà para terminar en el Santuario de Santa Maria de Queralt, allí donde Stephen Roche, en un lejano 1991, dejó sentenciada la desaparecida Setmana Catalana que se corría en las mismas fechas que ahora ocupa la Volta. Por aquella época habría sido imposible enfilar la ruta de Pradell.

Era una pista de tierra, que se utilizaba para el senderismo y para ir a buscar setas con la llegada del otoño. Pero quiso la fortuna que se asfaltase, que un día cicloturistas como Àngel Morales o Raül Massabé fueran de los primeros en subir para utilizar las redes sociales como altavoz y empezar a seducir a centenares de aficionados que querían sufrir, porque se sufre, como si fuera un martirio sobre la bici, la dureza de su carretera, sobre todo en los últimos siete kilómetros de ascensión.

La misión de Sepp Kuss

Poco a poco, los profesionales comenzaron a escuchar hablar de Pradell y uno de ellos, Sepp Kuss, ganador de la Vuelta 2023, quedó tan impresionado por la dificultad de la montaña que empezó a hablar no sólo a los compañeros, sino a pedir, casi a gritos, que carreras como la Volta, pisasen ese asfalto, sobre todo la rampa de cemento, con 400 metros de recorrido y que llega al 23%, a tres kilómetros de la cumbre. Kuss, ciclista estadounidense que reside en Andorra, está casado con una exciclista catalana, Noemí Ferré. Conoció el puerto entrenando ya que la familia de su esposa tiene casa en el Berguedà. Hasta dispone de una peña en esta comarca barcelonesa.

Precisamente, la cercanía con Andorra, donde vive más de un centenar de corredores profesionales, ha provocado que estas últimas semanas Pradell se convirtiese en una especie de procesión adelantada de Semana Santa, con ciclistas que querían sufrir antes de afrontar la Volta o contarles la dureza a compañeros como Pogacar. “A Tadej se le ha explicado como es la subida porque la han visitado sus compañeros que viven en Andorra”, explica Joxean Fernández, ‘Matxin’, mánager de su equipo.

El casi único favorito

Pogacar es el favorito, el casi único candidato a triunfar en la etapa reina de la Volta, el líder indiscutible de la prueba, el que ya se ha impuesto en las dos cimas resueltas en la carrera, Vallter 2.000 y Port Ainé, pero todos han querido fichar en Pradell. “Enric Mas y Nairo Quintana se fueron desde Andorra para conocer Pradell y percatarse de su dureza”, cuenta Chente García Acosta, director del Movistar.

En cambio, el renacido Mikel Landa, segundo de la general, el corredor que va “día a día” en la Volta es de los que subirá a Pradell sin haberlo pisado antes, aunque con las referencias de sus compañeros ‘andorranos’ del Soudal, siguiendo el ejemplo de Pogacar. Nadie se dejará sorprender por una subida cruel como un despido o una ruptura amorosa. A las 14.30 horas (Esport 3, RTVE Play y Eurosport) hay que sentarse ante el televisor para no perderse detalle sino ha habido la valentía de acercarse a Pradell a retorcerse sobre la bici e imitar a los astros de la Volta.

Todas las clasificaciones.