El futuro del fútbol

La Superliga denuncia las amenazas y la "atmósfera irrespirable" creada por la UEFA para "aniquilar" su proyecto

La Superliga ha intentado alejar el debate del impopular modelo que propuso en 2021 y centrar la vista definitiva de hoy en un juzgado madrileño en el abuso de poder de UEFA y FIFA

Vista oral del juicio sobre la Superliga en el Juzgado de lo Mercantil de Madrid.

Vista oral del juicio sobre la Superliga en el Juzgado de lo Mercantil de Madrid. / / EFE

Alberto Muñoz

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A las puertas de que la justicia española confirme su primera gran victoria, la Superliga ha denunciado las "amenazas" y el "clima irrespirable" fomentados por UEFA FIFA para "aniquilar" la aparición de nuevas competiciones independientes en el panorama del fútbol europeo. Lo ha hecho durante la vista definitiva que se ha celebrado hoy en el juzgado madrileño que decidirá si las dos organizaciones ejercieron una posición de abuso de poder, como ya dijeron en cuestiones prejudiciales el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y la Audiencia Provincial de Madrid.

Un día importante para el proyecto que abanderan Florentino Pérez y Joan Laporta, pero que también se ha visto ensombrecido, sin embargo, por las alusiones continuas al fantasma del modelo original que propuso la Superliga en 2021. Un modelo criticado por la falta de méritos deportivos y por el hipotético impacto económico negativo que tendría en los clubes no participantes, y que, a pesar de que intenta desvincularse de él, sigue oscureciendo la imagen del proyecto que aspira a marcar el futuro del fútbol europeo.

La magistrada Sofía Gil, titular del Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, que es donde se presentó la denuncia original contra la UEFA y la FIFA por abuso de poder, fallará previsiblemente en línea con lo que dijo el TJUE en diciembre del año pasado.

Sin embargo, aunque se cumplan las previsiones, esto no dará luz verde automática a un proyecto al que seguramente todavía le harán falta más victorias en los tribunales, donde las ligas nacionales, UEFA y FIFA seguirán defendiendo sus intereses; en los despachos, donde deberá convencer a los clubes que se marcharon; y en las gradas, donde los aficionados no parecen terminar de verlo claro.

Cambios desde el modelo original

El rechazo inicial a lo propuesto entonces ha lastrado desde entonces la imagen de la Superliga, que quiere desvincular este proceso judicial lo máximo posible de un debate acerca del modelo original para centrarlo en el presunto monopolio que ejercen UEFA y FIFA. "Llevan tres años intentando matar a la Superliga", ha dicho el letrado de A22, una de las empresas que dan apoyo al proyecto. En ese sentido, por ejemplo, ha anunciado "acciones legales" contra La Liga y contra su presidente, Javier Tebas, para que cesen en su "campaña de hostigamiento y denigración" hacia ellos.

Por eso, desde el proyecto que defienden Florentino Pérez y Joan Laporta se ha destacado continuamente durante la vista que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que no entró a valorar el fondo del tema sobre si puede o no haber Superliga o cómo debería ser esta, sí que declaró ilegales algunas de las normas de UEFA y FIFA que, de facto, impedían la aparición de nuevos proyectos y amenazaban con sancionar a clubes y jugadores que participasen en ellos.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez; el del FC Barcelona, Joan Laporta; y el CEO de A22 Sports, Bernd Reichart, en un desayuno informativo sobre la Superliga en Madrid.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez; el del FC Barcelona, Joan Laporta; y el CEO de A22 Sports, Bernd Reichart, en un desayuno informativo sobre la Superliga en Madrid. / EUROPA PRESS

La Superliga ha intentado evitar de esta forma que los cambios que ya introdujo la UEFA en su reglamento en 2022 reinicien, de alguna forma, un proceso que ya se ha extendido durante tres años en esta primera fase. Unas modificaciones que, a su juicio, demostrarían que el modelo defendido en 2021 por la asociaciones internacionales y las ligas nacionales no era el único posible para el fútbol europeo.

En ese sentido, uno de los letrados que representan los intereses del proyecto Superliga ha recordado que "la UEFA ha llevado a cabo numerosas variaciones en sus competiciones desde entonces, como la Conference League o el nuevo formato de la Champions League, tantas veces criticado, por cierto, por La Liga".

Por su parte, el abogado que representa a La Liga ha criticado que "el modelo presentado por la Superliga en 2021, y todas las modificaciones sucesivas, no se basa en el mérito deportivo, sino en el simple poderío económico".

Retoma contactos con los clubes ingleses

La decisión del TJUE a finales de 2023 revitalizó en cierta manera el proyecto de la Superliga, que había visto cómo la amenaza de sanciones y el rechazo de los aficionados al modelo inicial planteado había reducido los integrantes del proyecto a dos: el Real Madrid, principal impulsor con Florentino Pérez a la cabeza, y el FC Barcelona.

Ahora, y después del impulso de esa decisión y de la que tomará previsiblemente el Juzgado de lo Mercantil número 17 en la misma línea, desde la Superliga transmiten en las últimas semanas que, además del Nápoles, más clubes se han vuelto a interesar en el proyecto. Incluidos supuestamente los ingleses, que son los que tienen la llave para que este además de legal también sea interesante.

"Es un proceso absolutamente lógico y natural. Todo el mundo está tratando de hacerse una idea de lo que podría significar la sentencia, es la obligación profesional de los clubes saber lo que este cambio en la gobernanza de los clubes en Europa podría significar para ellos", señaló Bernd Reichart, CEO de A22 Sports Management, a la agencia de noticia 'PA'.

Recientemente el proyecto recibió, sin embargo, un pequeño revés por parte de Europa, pues, según la documentación a la que tuvo acceso El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, no podrá registrar la marca 'The Super League' (Superliga) porque entra en conflicto con el nombre de la liga danesa de fútbol. La decisión todavía puede recurrirse ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), que es quien ha tomado esta decisión.