Opinión | Golpe Franco

Juan Cruz

Juan Cruz

Periodista y escritor. Adjunto al presidente de Prensa Ibérica.

Episodio mayor de una novela triste, por Juan Cruz

El Barça pierde los papeles y también se hunde en la Liga

La contracrónica del Barça-Villarreal: once minutos de locura

Cuatro jugadores del Barça rodean a uno del Villarreal.

Cuatro jugadores del Barça rodean a uno del Villarreal. / Jordi Cotrina

En la nueva novela de Eduardo Mendoza ('Tres enigmas para la Organización') el narrador recuerda a los jugadores del Barça «levantando la Copa de Campeones de Europa en Wembley, en aquel lejano día de 1992…». En la misma novela (Seix Barral), otro de los enloquecidos protagonistas de este libro hilarante confunde el Camp Nou con otro monumento de la ciudad y, en general, todo parece tan ruidoso y esperpéntico que al final la carcajada levanta la moral de tanta desgracia como comparten los personajes dibujados con maestría por el mejor narrador de la presente literatura española. 

Me alivia contar estos sucesos que tienen de fútbol sólo aquellas menciones casuales a las glorias del pasado, pero que se alumbran en una novela que recomiendo ahora para quienes, como yo, tengan la sonrisa helada, el porvenir contrito y las ganas de tirar por la borda la alegría que en un tiempo tuvimos incluso cuando el Barça ganaba jugando decentemente. 

Ahora el equipo que hasta el 30 de junio aún es de Xavi, su entrenador, vive dentro de una novela triste, dictada por un exjugador que aun no sabe de qué enfermedad están hechas sus derrotas. Todo ocurre como si fuera un mal sueño en el que se destiñe hasta el escudo. Los futbolistas, acuciados por ser mejores son peores cada vez, iluminados por una luz que proviene de la duda y que, como en el partido de este sábado, se convierte en una miseria sin paliativos.

Imaginar un guion peor sería posible si ahora mismo resucitara el partido y nos dicen, desde el banquillo azulgrana o desde la presidencia, que todo es mentira, que todo es de ficción y que, en seguida, en cuanto acabe la pesadilla, vendrá a iluminar la historia una rectificación total de lo que ha sucedido.

Esto no va a ocurrir, claro, pues lo del Barça es realidad, un hecho concreto, una iluminación oscura contra una pared de terror que ha hecho guiñapos de futbolistas que, salvo excepciones juveniles, como las de Pedri y Yamal, están dejando atrás el pudor de jugar

Ya el Barça de Xavi acabó con su dosis de paliativos. Imaginarlo otra vez diciendo que está fuerte es concederle una prórroga de la que él mismo debe desprenderse, si no ocurre que, mientras escribo este lamento por la penosa novela que llevamos leyendo con letras azulgranas, no se ha producido ya lo que para él, ahora mismo, sería un alivio. Pero, no, él dice que se va en junio. Vaya por Dios, el mes de san Juan.

Este es un mundo cruel, ya se sabe; hay cosas terribles que suceden en el mundo, y el fútbol es tan solo un epifenómeno, algo que nos encontramos envolviendo la basura o los periódicos. De modo que no es preciso exagerar el daño, pero este es nuestro juego, nos hemos hecho queriendo que este equipo gane, gracias a él, en el pasado que evocaba, por ejemplo, el narrador de la novela de Mendoza, nos hemos hecho partícipes de una ilusión invencible. Pero ahora el Barça protagoniza una triste novela negra de la que sobresalen los aires de sainete.

Creo que todos aquellos que quieran aliviarse de este momento tan fatal, tan humano, vayan a la librería del barrio, o a la biblioteca, y se hagan con 'Tres enigmas para la Organización'. Allí hallarán algunas claves para quitarle pena a la tristeza, como escribió por otra cosa Alfredo Bryce Echenique.

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