Ni detox, ni productos mágicos: la clave para perder peso está en la mentalidad

Enero es el mes de los propósitos, de los nuevos comienzos, de agarrarse el bolsillo y de apuntarse al gimnasio. Muchas personas ven en el primer mes del año la oportunidad de encauzar sus vidas por la senda de la salud después de haberse dejado llevar cuesta abajo y sin frenos durante las comidas navideñas. Pero sin un trabajo emocional previo, la mayoría lo abandona antes de conseguirlo, advierten los profesionales.

“Los propósitos no dejan de ser ideas, y para hacerlas realidad hace falta bajarlas a la realidad y trazar un plan”, afirma Alberto Egea, más conocido en el mundo del fitness como Beto Trainer. “La falta de estrategia es uno de los principales motivos del fracaso de los propósitos, porque hace que se abandone antes de poder ver resultados e impide crear una rutina de constancia”, añade el entrenador personal. 

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“La clave es huir del blanco o negro, de las dietas detox o de los suplementos mágicos”, afirma. Habitualmente, este tipo de remedios milagrosos acostumbran a proliferar durante los meses de comienzos, como enero o septiembre, pero no dejan de ser un puñado de promesas sin fundamento en la mayoría de los casos y que pueden incluso llegar a ser dañinos y provocar el efecto contrario por su paupérrimo aporte nutricional y su bajísimo aporte calórico.

La relación con la comida

“Para que un proceso de pérdida de peso se realice de forma exitosa, hay que empezar de dentro hacia afuera , desde la convicción y la mentalidad, y poco a poco llevarlo al exterior mediante los procesos y las actuaciones”, afirma el entrenador personal, que asegura que habitualmente se hace al revés y es el principal motivo de que no acostumbren a llegar a buen puerto este tipo de propósitos. “Habitualmente, uno quiere perder peso y simplemente busca una dieta por internet o se pone a hacer deporte asumiendo que si se quiere conseguir eso habrá que hacer un esfuerzo pero sin ser consciente de que sin convicción y sin individualización, ese intento está destinado al fracaso”, afirma. 

En este sentido, puntualiza, antes de llegar a la fórmula de cómo hacerlo y establecer una estrategia hay que saber cómo se relaciona dicha persona con la comida, cuáles son sus emociones, los motivos de la voluntad de cambiar, cómo se ve a sí misma, etc. “Imagine que una persona que tiene una percepción negativa de sí misma quiere perder peso y se pone directamente a hacer deporte o seguir una dieta. Lo más probable es que en su mente siga habiendo pensamientos intrusivos como ‘soy torpe’, ‘no tengo tiempo’, ‘no lo conseguiré’ y abandone antes de conseguirlo”, argumenta. 

“En cambio, si se trabaja el cuerpo de la mano de la mentalidad de esa persona, aumentan mucho las probabilidades de éxito porque deja de sabotearse”, explica el entrenador. “Al final hay muchas formas de perder peso, pero no todas son saludables, ni sostenibles. Trabajar la mentalidad es la única que nos permite hacerlo correctamente y que esos nuevos hábitos se asienten”, zanja Egea. 

Fracasos previos

Este aspecto de trabajar la identidad es especialmente importante en personas que ya han intentado perder peso antes, asegura el entrenador, porque muy probablemente hayan creado un sistema de creencias basadas en sus fracasos anteriores. “Por ejemplo, creencias como que no se puede perder peso sin pasar hambre, que no es posible mantener la pérdida a largo plazo o que hace falta hacer verdaderos maratones de gimnasio para conseguirlo”, explica Egea. Aunque siempre es mejor dejarse guiar por un profesional en general en este tipo de procesos, en estos casos concretamente, resulta crucial para evitar caer en estrategias dañinas, dietas milagro o productos detox que realmente no tienen ningún fundamento. 

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Lamentablemente, la industria se vale de estos eslóganes para vender y a pesar de que muchos profesionales dedican sus perfiles públicos de redes sociales a desmentir este tipo de afirmaciones, también son muchos quienes aceptan estas tesis y caen en el atractivo engaño. Las dietas milagro y, de igual manera, sus hermanas pequeñas las dietas ‘detox’ resultan bastante peligrosas para quienes las llevan a cabo y acostumbran a provocar un efecto rebote cuando se abandonan. La restricción calórica exagerada provoca una serie de cambios en el organismo que ralentizan el metabolismo y provocan que se aumente rápidamente de peso una vez se dejan.