Entender más

Dandapani: "La mente es un músculo más que hay que entrenar para mejorar deportivamente"

¿Qué es mejor, pilates o yoga?

El ejercicio físico, una aliado en el tratamiento del cáncer

Dandapani

Dandapani / Toby Burrows

Begoña González

Begoña González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Qué tienen en común un deportista de élite y un monje hinduista? Podría parecer el inicio de algún chiste, pero es una pregunta seria. Aparentemente poco, pero en realidad, la respuesta es crucial: la concentración. “Para ser el mejor en algo hay que concentrarse”, afirma rotundo Dandapani. Tras más de 10 años viviendo como monje de clausura hinduista, el autor de El poder de la concentración absoluta (Ed. Diana) decidió compartir las enseñanzas de su maestro con el resto de la humanidad y ha trabajado, entre otros, con deportistas de élite para mejorar su 'performance' en la pista a partir del entrenamiento mental.

Nacido en Malasia, se trasladó junto a su familia a Australia en la adolescencia, estudió Ingeniería electrónica en la Universidad y poco después se trasladó a Hawaii para vivir como monje hindú en un monasterio tradicional. Cuando expiraron sus votos, se fue y empezó a aplicar los conocimientos adquiridos en el monasterio a la vida cotidiana. “Ahora soy sacerdote. En el hinduismo, los sacerdotes pueden casarse, tener una familia y trabajar. Así que tengo una familia y trabajo. Y empecé a compartir lo que aprendí, a aplicarlo en mi vida como empresario para ganarme la vida”, explica Dandapani. Empezó compartiendo su saber con la comunidad yogui pero poco a poco el círculo se fue expandiendo. “Todo el mundo puede aprender a concentrarse. La mente es otro músculo, hay que entrenarla”, asegura el sacerdote. 

¿Has estado alguna vez en casa, con la televisión puesta, ojeando redes sociales con el móvil en la mano y tratando de mantener una conversación? Probablemente no estés siendo capaz de concentrarte en ninguna de las tres tareas. “En ninguna de las tres estás realmente presente. Y lo mismo ocurre en un campo de fútbol por ejemplo. Si el jugador está pendiente de las gradas, de lo que dirán los comentaristas, de lo que le escribieron ayer en Twitter, etc.... difícilmente estará pendiente del balón y de su juego”, explica Dandapani. 

Entrenamiento mental

“Muchos atletas salen al campo o a la pista mentalmente atormentados por el entorno. Muy pocos reciben el entrenamiento y las herramientas que necesitan para gestionar de manera adecuada su estado de ánimo”, afirma Dandapani. “La capacidad o incapacidad de un jugador para controlar su conciencia en una situación de tanta presión es uno de los factores del éxito o el fracaso”, afirma. De hecho, los problemas mentales entre los deportistas de élite son una cuestión muy real. “La euforia y el esplendor de la competición consiguen enmascararlos, pero, sin duda, están presentes”, apostilla. 

La mayoría de entrenamientos se basan en la mejora de las capacidades físicas de los deportistas, ya sean de élite o cualquier equipo de chavales que juega al baloncesto. Muy pocos entrenadores trabajan también este aspecto mental que subraya el sacerdote y que es realmente imprescindible para hacer un buen papel en la cancha. “Los frecuentes altibajos emocionales pueden ejercer una influencia devastadora en su mente y su sistema nervioso que se prolongue más allá de su ejecución”, asegura Dandapani. 

De hecho, la falta de concentración no es solo el motivo de una peor actuación en la pista, sino también un foco de lesiones. “Cuando estás cansado es más difícil concentrarse, eso nos lleva a cometer más errores y con ello, a lesionarnos con mayor facilidad”, asegura. Afortunadamente, la concentración se puede ejercitar y en su libro el exmonje da una serie de pasos y consejos para conseguir vivir una vida más plena y concentrada. 

Aprender a concentrarse

“Por desgracia, nadie nos enseña a concentrarnos. No enseñamos a nuestros hijos, no se enseña a los empleados, no se enseña a los jugadores de fútbol…”, lamenta Dandapani y afirma que ese fue el principal motivo que le llevó a compartir las enseñanzas de su maestro con los demás. No es un camino de rosas, exige una fuerza de voluntad férrea, pero es totalmente posible aprender a concentrarse: “No existe una píldora mágica, ni atajos. Para aprender a concentrarse hay que practicar, practicar y practicar. Es como aprender a tocar el piano. No hay remedios mágicos”, afirma. 

Según Dandapani, la concentración, más allá del deporte, nos permite vivir felices. “Ofrecer atención plena es una de las expresiones más grandes de amor y respeto que se puede otorgar a alguien. Cuando prestamos atención a alguien le estamos mandando un mensaje claro: de todos los millones de cosas en las que podría poner mi atención en esta vida, te he elegido a ti”, resume.