Puertas abiertas en el Barça

Vitor Roque desata la ilusión de más de 5.000 espectadores en el Johan

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Las sombras de duda que proyecta el Barça de Xavi

Inés Sánchez

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El Barça cierra 2023 repleto de incertidumbres, pero muy bien arropado por sus aficionados en un entrenamiento a puertas abiertas en el Estadi Johan Cruyff. La esperanza e ilusión que irradia la Navidad ha llegado a Barcelona con el fichaje de Vitor Roque, que ha diluido las dudas de la últimas semanas y ha devuelto la fe de los más pequeños sobre el equipo, postulando al brasileño como un ídolo indiscutible.

Un Johan Cruyff que había colgado el cartel de ‘sold out’, y al que han acudido 5.542 aficionados, recibió entre aplausos, y un tímido cántico del himno, a los futbolistas, liderados por un observado Xavi Hernández. Más cálido ha sido el recibimiento a Ronald Araujo, que salió unos segundos más tarde que el resto de sus compañeros y emocionó a la grada. Como un líder indiscutible del equipo, aglutinó los gritos y muchas de las pancartas que los niños llevaron al estadio, con la ilusión de recibir un regalo adelantado de Reyes. 

El frío del exterior se apoderó de unos aficionados que se mostraron mucho más contenidos y distantes de lo habitual, más allá de la ilusión que transmitieron los niños por ver de cerca a sus ídolos. El silencio de los primeros minutos se contrapuso a los gritos de los más pequeños cuando los jugadores saludaron por primera vez a la grada. 

El fichaje del mercado de invierno, y la efímera memoria del fútbol, han permitido al aficionado culé olvidar las últimas semanas del equipo. Recién aterrizado de Brasil, del Athletico Paranaense, todas las miradas estaban puestas este sábado sobre un ovacionado Vitor Roque, que en su segundo entrenamiento con el Barça ya sufrió los interminables 'rondos' que caracterizan al equipo. El delantero, de tan solo 18 años, fue uno de los más aclamados -junto a Fermín o Lamine Yamal- durante su primera toma de contacto con los culés, en la que ya ha regalado su primer gol como azulgrana, tras una jugada de Raphinha.

A solo un día para el final de año, el entrenamiento a puertas abiertas fue toda una fiesta familiar, en la que los aficionados vibraron con cada acción de los jugadores sobre el césped. Los niños fueron los grandes protagonistas del Johan Cruyff. Acudieron al estadio orgullosos con toda su indumentaria azulgrana, y disfrutaron viendo a sus ídolos muchos más de cerca. Se encargaron personalmente de celebrar cada toque de los jugadores como si de un partido se tratase.

Joao Félix fue, sin duda, el que más disfrutó sobre el césped. Despojado de cualquier tipo de presión, el futbolista azulgrana fue uno de los grandes alicientes para la grada. La locura solo se desató al final del entrenamiento, cuando los jugadores regalaron los balones con los que habían jugado en el Johan Cruyff y se acercaron a la grada a firmar camisetas. 

El dinero recaudado por la venta de las entradas, a tres euros cada una, irá destinado al Proyecto Robots del Programa Bienestar Emocional de la Fundación FC Barcelona, que permite a niños hospitalizados o jóvenes en situación de vulnerabilidad, visitar el club y charlar con sus ídolos.