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Cómo tratar a un chico de 16 años como Lamine Yamal en un vestuario como el del Barça

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Lamine Yamal, ante el Alavés.

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Albert Guasch

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En un momento del documental sobre Bojan Krkic ('Más allá de la sonrisa') que se puede ver en Rakuten TV, Thierry Henry destapa una realidad que en ocasiones se oculta detrás de palabras convencionales y convenientes de camarería. "Ese vestuario sí era la guerra, es el Barça".

Un vestuario no es una clase de instituto. Une a sus componentes las ganas de ganar y les puede dividir las ganas de jugar. Es un mundo de egos y se forjan amistades eternas, pero también rivalidades que pueden tornarse en hostilidad. En general, si existen, se disimulan para no atentar al necesario espíritu de grupo.

Solo hace falta escuchar a Bojan para entender lo que significa adentrarse de muy joven en la selva profesional de un club grande. Entró con 16 años con su cara angelical y no consta que conmoviera a nadie. Lo pasó mal. Tipos que casi le doblaban la edad lo recibieron con celos y le vieron como una amenaza. Y como el documental en que se expone todo eso se estrenó hace poco, los paralelismos entre su historia y la de Lamine Yamal brotaron la pasada semana irremediablemente.

El saludo denegado

En cuanto trascendió la fea actitud de Robert Lewandowski, un señor de 35 años, hacia la criatura de 16 que es Lamine Yamal -gritos recriminatorios y un saludo denegado-, quien más quien menos se preguntó si nos encontrábamos en una reedición del 'bullying' deportivo que nos había desvelado Bojan.

"Ya lo ha explicado Lewandowski. Son cosas que pasan dentro del campo con un compañero que me llevo bien", relativizó el adolescente en la concentración de la selección española. Lamine Yamal respondió según los códigos que se esperan de un profesional. Todo está bien, no hay problema alguno y no se señala a un jugador de tu equipo.

La cuestión es que en un vestuario conviven futbolistas de diferentes edades y niveles de madurez y en ocasiones, cada vez más en Barcelona, aparecen chicos aún por completar su desarrollo físico que el entrenador juzga como necesarios. Hemos visto a Ansu Fati, Pedri, Gavi y ahora Lamine Yamal hacerse un hueco importante en el primer equipo a una edad sumamente precoz. Los tres primeros ya han sufrido lesiones muy graves, por cierto.

Lo ideal sería que los capitanes, o los más veteranos, resguardaran bajo su ala a estos chicos, pero no siempre sucede. Y si dicen que lo hacen, sería bueno analizar qué tipo de liderazgos ejercen. Ser una estrella reconocida y alcanzar cierto grado de experiencia no faculta para erigirse en un buen líder. Faltaría saber si actúa en bien del equipo, si sus indicaciones son o no abrasivas, si su carácter no es agrio sino didáctico...

¿Ley de la selva?

Habrá quien piense que una vez entras en un vestuario como el del Barça o el Madrid, no cabe esperar un trato esponjoso y que uno debe aprender a hacerse valer, y que se encargue el entrenador de los mimos. La ley de la selva. No sería lo mejor para la cohesión. Ni para la estabilidad psicológica del chico de turno.

Le preguntamos al exfutbolista Jofre Mateu, alguien que ha estado en el vestuario azulgrana. ¿Debe recibir un trato diferente, un cuidado especial, un chico de la edad de Lamine Yamal? "Debe tener un trato diferente. Sí. Es cierto que lo que cuenta es ganar y prevalecen los resultados, pero si el entrenador considera que necesita un chaval de 16 años, debe velar por él. No se puede olvidar que este es un club de valores y las personas son importantes". Jofre deja claro que el gesto del polaco no le gustó. "Está mal hecho". Y añade: "Es verdad que cuando se compite es difícil controlarse y encontrar el tono adecuado del trato, pero hay que vigilar".

Le preguntamos lo mismo a Carles Folguera, director de La Masia durante 17 años y que ha visto de todo en lo que a convivencia con chavales se refiere. "No todo el mundo está trabajado como para ayudar a un chico en lugar de gritarle o hacerle pasar malos momentos. No obstante eso, lo que Lamine Yamal debe hacer es aprender a entender lo que es un vestuario profesional y en todo caso gestionar las emociones como está haciendo ahora. Todo lo que dependa de él, debe gestionarlo de la mejor manera".

Y agrega: "Ahora es muy joven y no es una situación agradable que con 16 años que alguien te grite porque no le has pasado la pelota. Me sabe mal que tan joven se le trate de esta manera porque en el fondo lo que demuestra son los miedos que genera que llegue un chico de 16 años que nadie esperaba y que realmente lo está haciendo bien. Y confiar que en el futuro, cuando él sea veterano, repita estos patrones de conducta".

Esta semana Lewandowski y Lamine Yamal se han reencontrado tras el parón de selecciones. Ojalá la convivencia fluya de forma civilizada. Ojalá no sea la guerra, que decía Henry.