Trail

La Ultra Pirineu corona a Miguel Arsénio, el montador de puertas de aluminio que cambió su vida

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Miguel Arsénio, ganador de la Ultra Pirineu 2023.

Miguel Arsénio, ganador de la Ultra Pirineu 2023. / Oriol Sala

Laia Bonals

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La Ultra Pirineu es una de las carreras más duras y más bonitas del mundo. 100 kilómetros por delante cruzando el Parque Natural del Cadí-Moixeró, bajo unas temperaturas asfixiantes. Miguel Arsénio, montador de puertas de aluminio, cruzó la meta en primera posición. Llegó sin hacer ruido y calló muchas bocas. En categoria femenina fue Marta Molist quien se llevó el gato al agua. La corredora catalana se abrazó a su hijo en la línea de meta. Era su primera Ultra Pirineu y se coronó en "uno de los peores días en la carrera" de Núria Picas.

Como luciérnagas, los frontales de los 1.100 corredores de la Ultra Pirineu vibraban detrás de la línea de salida. Eran las cinco de la mañana y quedaba media hora para que se diera la salida. Casi todos, sin embargo, ya estaban allí. La mayoría de atletas se posicionaba en la línea de salida mientras iban llegando los corredores profesionales. Los grandes favoritos para colgarse la medalla.

A la vez llegaban los vigentes campeones, Miguel Heras y Núria Picas. Ovacionados, se colocaban los primeros de la fila mientras el centenar de espectadores que madrugó para llenar cada rincón de la diminuta plaza de la Porxada les vitoreaba y aplaudía mientras repasaban sus relojes. Quedaban pocos minutos para la salida y la música empezaba a subir de volumen. "El último mohicano" empezaba a retumbar cada vez más fuerte entre las paredes de la pequeña población de Bagà. A su vez, los corredores calentaban por última vez, se abrazaban y se colocaban bien la equipación. Había llegado el momento, 100 km y 6.600 metros de desnivel positivo les esperaban. Cuando terminó la cuenta atrás, una milésima de segundo antes del estallido de los gritos.

Momento de la salida de la Ultra Pirineu 2023

Momento de la salida de la Ultra Pirineu 2023 / SergiColome

Salieron en tromba, una exhalación. La adrenalina, las ganas y la impaciencia regalaron a los espectadores una salida que ponía los pelos de punta. A gran velocidad, los más de mil corredores enfilaban la estrecha calle que daba a la salida del pueblo, por donde se adentraron en la montaña y empezó el recorrido que no completó nadie hasta diez horas y 37 minutos después.

Cuando el sol empezaba a despertarse, los corredores llegaban al Niu de l'Àliga, el punto más alto del recorrido, a 2.500 metros de altura, en La Molina. Decenas de seguidores se agolpaban en la subida casi vertical que daba acceso al refugio de montaña. Allí, tras el primer avituallamiento y abrazos con sus familiares allí presentes, les esperaban más de 80 kilómetros. A partir de ahí, un recorrido duro bajo un sol de justicia. Las altas temperaturas han hecho de la ya de por sí carrera extenuante, un duelo contra las temperaturas y el cansancio extremo.

Fue una carrera muy loca, sobretodo en la categoria femenina. Las posiciones no quedaron claras hasta los últimos kilómetros, donde Marta Molist se impuso de forma categórica. La catalana hizo un tercio final de carrera excepcional, que le valió para coronarse como campeona de la ultra distancia en su debut en la prueba. Mientras Molist fue la cara, la cruz se la llevo Núria Picas, que llegó pasadas las 20 h de la noche y tras hacer los últimos 40 kilómetros andando por el dolor.

Cambio de vida y medalla

El portugués Miguel Arsénio fue el primero que atravesó la línea de meta. El corredor recorrió los últimos metros ovacionado por las centenas de personas que se citaron en la Plaça de Catalunya. Chocando las manos, mirando al cielo y a la pantalla gigante donde se veía enorme, como lo que consiguió en la 14a edición de la Ultra Pirineu. Su objetivo era llegar entre los cinco primeros, por debajo de las 11 horas, pero su grandiosa actuación le valió el primer lugar del podio.

"El gran cambio en mi vida llegó cuando varié mi trabajo. Antes trabajaba por turnos, y ahora trabajo ocho horas al día y así puedo aprovechar. Puedo disfrutar", decía nada más cruzar la línea de meta "agotado", confesaba el que antes de dedicarse al trail era ciclista profesional. Montador de puertas de aluminio, antestrabajaba de noche y tenía que dormir durante el día. "Era una mierda", confiesa. Ahora puede dedicarse a entrenar. Así pudo llegar en su mejor momento a la Ultra Pirineu, donde escribió su nombre en la historia de la mítica prueba.

Por detrás del portugués, a los pocos minutos, llegaba Miguel Heras. Sufrió, se planteó abandonar, pero no dejó de lado el sacrificio y se obligó a no abandonar. Llegó en segunda posición, justo por delante del valenciano Rodrigo Monasor, la gran promesa española de la ultradistancia.