El capitán del fútbol sala del Barça

Entrevista con Sergio Lozano horas antes de su cuarta operación: "No lo voy a dejar, quiero despedirme en la cancha"

El capitán azulgrana será operado este viernes de la rotura del ligamento cruzado que se hizo durante la semifinal de la Copa del Rey

Sergio Lozano durante un partido esta temporada

Sergio Lozano durante un partido esta temporada / FC Barcelona

Laia Bonals

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La imagen de Sergio Lozano, de 34 años, tirado en el suelo cogiéndose la rodilla congeló al mundo del deporte. Nadie podría creérselo, pero todos esperaban lo peor. Por tercera vez en su carrera, la estrella del fútbol sala del Barça se había roto el ligamento cruzado. Horas antes de entrar a quirófano, el capitán azulgrana se sincera en EL PERIÓDICO.

Está a horas de entrar a quirófano, ¿cómo se encuentra? Físicamente de momento me encuentro bien. Al final, cuando te rompes el cruzado sientes dolor al momento porque notas el crujido, pero no es un dolor intenso. Es peor saber que te has roto la rodilla, ver que se está hinchando un poco y que te molesta la movilidad, que el dolor en sí que te puede producir la rotura. Físicamente, bien hasta el viernes, que es cuando empezaré a encontrarme mal porque me operan. Ahí empieza un mes y medio de sufrimiento, de dolor, pero hay que pasarlo. 

¿Y psicológicamente? La última me afectó un poco más. Lo llevé peor. No sé si es por la experiencia, la madurez, llevar más operaciones... Ahora lo estoy llevando un poco mejor y tengo otros proyectos que me hacen mucha ilusión y estoy intentando ocupar la mente. Sé que va a haber momentos duros y días difíciles, pero sé que todo pasa. Así que afronto la lesión con optimismo. 

¿Cómo fue ese momento en que nota el crujido en la pista? En el momento que me pasa, lo sé. Cuando notro el crac y aún no he tocado el suelo, en el movimiento, yo ya sé que me he roto la rodilla. Es una de las peores sensaciones que puedes llegar a tener. Ya conocía ese sonido, esa sensación, y piensas que no puede ser otra vez. Era en lo que pensaba: "no puede ser, si estaba bien sin dolor. No me dolía nada y la rodilla estaba perfecta y podía jugar bien. No puede ser, no puede ser". Te cuesta créelo, son momentos difíciles. El primer día es muy duro.

¿Cómo fueron las primeras horas? Sinceramente, hasta que no llego al hotel, son una hora, hora y media, muy dura. Sin parar de llorar. Son momentos muy difíciles porque piensas, sabes y asumes, que te toca estar muchos meses parado. Que te toca volver a pasar por todo el proceso: la tercera fue muy bien, pero la segunda me dolió mucho. Hay la incertidumbre de volver a pasar por todos. Es la cuarta... Es duro porque, al final, un jugador, muchas veces no se recupera de una lesión de tal gravedad. Yo llevo tres y he vuelto a jugar a un gran nivel. No sé si a mi mejor nivel, pero sí a uno muy alto. Entonces dices: "uf... otra vez". Pero cuando llegué al hotel y me cambié, me serené. Estaba más tranquilo y sabía que lo había hecho lo mejor que he podido. Son cosas que pasan en el deporte y lo vas asumiendo como tal. Obviamente, tienes momentos de bajón, pero lo estoy llevando bien. 

En el pabellón estaba presente su mujer, Cristina, a quien se la pudo ver muy afectada desde el primer momento. También estoy muy fastidiado por ella, porque al final ella es la que se lo come todo en la sombra. Verla llorar, saber que ahora le vienen meses en los que se tiene que ocupar de todo porque yo no me puedo mover. Se tiene que ocupar de mí, de nuestra hija, de todo... Estamos solos. Vivimos lejos de la familia y eso son cosas que suman.

"Hasta que no llego al hotel, son una hora, hora y media, muy dura. Sin parar de llorar"

¿Cómo lo han vivido en casa? Cristina ha vivido muy mal la lesión. Ella es la que mejor sabe, junto conmigo, lo que nos espera ahora. Sabe que van a ser días duros, de mucho dolor, de hacerte preguntas. Ahora estoy bien y es como que no lo acabas de asimilar. Mi madre también lo vivió fatal. Somos una familia en la que lo bueno y lo malo lo vivimos juntos.  

Ahora vuelve a quirófano por cuarta vez. ¿Cómo se prepara? Tengo que ir día a día. No tengo miedo a que pueda salir mal. Al final, esto es deporte. Yo voy a darlo todo y hacer todo lo posible por recuperarme. No hay una varita mágica, con la que sabes que haciendo una cosa te vayas a recuperar. Hay miles de cosas que influyen: la misma operación, la recuperación... Sé que voy a poner todo de mi parte y sé que tengo los mejores medios. Conozco el proceso y lo que conlleva. He pasado recuperaciones de mucho dolor y otras de nada de dolor. Es terreno conocido. Me da pereza el primer mes, porque tienes mucho dolor hasta que vuelves a andar, y luego todo va rodado. Una vez puedes hacer vida normal, aunque no pueda jugar, pero ya no dependes de nadie y puedes hacer las cosas solo. 

Ahora viene la peor parte. ¿Se hace mucho cuesta arriba el primer mes? Es duro porque te duele en cualquier posición y no duermes apenas. No dependes de ti mismo para nada: ni para ducharte o ir al baño. Necesitas que alguien siempre te acompañe. Pero me tomo la recuperación bien. Lo primero que le dije a la fisio que siempre me hace la primera parte de la recuperación fue: "Se notaba que faltaba alegría y desayuno gratis aquí, eh!" [ríe] A mí me gusta llevar cosas y les digo: "mira, me he tenido que romper para traer un poco de salsa aquí!". Intento la parte positiva. Sé que ahora voy a tener muchos meses, que voy a poder disfrutar de mi hija, que para mí ella es lo más importante. 

Sergio Lozano, después de su lesión

Sergio Lozano después de su lesión / FC Barcelona

Y está decidido a no retirarse, a volver pese a que sea la cuarta rotura. Quiero volver. Lo voy a intentar y voy a poner toda la carne en el asador para volver. Después de la tercera operación dije que lo dejaba. Me tiré muchos días diciéndolo sin parar, sobre todo el primer día. "Lo dejo, lo dejo, lo dejo..." Lo dije como veinte veces[ríe]. En este no lo he dicho. No lo voy a dejar. No sé si al final seré capaz de volver a jugar, pero lo voy a intentar. Quiero despedirme de mi gente, de mi club, de mi afición, de todo el mundo, en la cancha. Quiero saborear cada minuto que pueda jugar al futbol sala, ya sea en casa o fuera. Quiero volver a tener esa sensación y lo voy a intentar

¿Tenerlo como objetivo le ayuda en el día a día? Soy un afortunado. Me dedico a lo que más amo, a jugar al fútbol sala. Sí que me puede ayudar el querer volver a jugar, pero ahora no me lo planteo. Ahora pienso en operarme, luego será volver a andar... Me marco objetivos cercanos que puedo ir cumpliendo poco a poco. Al final serán muchos meses parado y no quiero pensar a tan largo plazo. 

¿Cuál es su mayor miedo? No tengo miedo. Lo peor que puede pasar es que me tenga que retirar y es una posibilidad. El último contrato ya lo firmé pensando que podría ser el último. Si tengo que acabar el año que viene y me tengo que retirar, lo haré. No es algo a lo que lo tenga miedo. ¿Que si me gustaría retirarme jugando? Cierto. Pero es una posibilidad que no vaya bien, que no tenga buenas sensaciones o que al final decida que no quiero seguir. Es una posibilidad, pero no la contemplo ahora mismo. 

Sergio Lozano en el banquillo en la final de la Copa del Rey, después de la lesión

Sergio Lozano en el banquillo en la final de la Copa del Rey, después de la lesión / FC Barcelona

El deporte muchas veces no es justo. La justicia es relativa, depende desde el punto de vista que lo mires. Me siento afortunado, a pesar de todo esto. Ha sido un aprendizaje que me ha hecho madurar, tener experiencias negativas y saber afrontarlas. Me ha enseñado y es parte de la vida. Pero no puedo decir que sea injusto porque he vivido lo mejor y lo peor. He ganado una cantidad enorme de títulos que seguramente haya gente que mataría por solo uno de ellos. He vivido muchas cosas bonitas en el Barça y en la selección. No le puedo pedir más al deporte. Es cierto que ahora voy a entrar a quirófano en la cuarta operación, pero seguramente que este camino me ha hecho crecer como jugador y como persona. 

Eres un referente más allá de su deporte. ¿Ha sentido como el mundo del deporte se ha volcado usted desde el momento de la lesión? Tengo la gran suerte de ser una persona muy querida dentro de mi equipo, mi familia y mis amigos, pero también en general en el mundo del deporte. Es increíble la cantidad de muestras de cariño que he recibido y seguramente no he podido ver todo lo que me han dicho. Pero estoy muy agradecido de poder sentirme así porque no se pasa página pronto de una lesión como esta, pero al final sentirte tan querido por la gente, te ayuda. A veces también es duro. Hay gente que no ha visto mucho fútbol sala, pero sí que sabe quien soy y que me ha pasado. Algunas personas me han dicho que a la que me vieron llorar, lloraron conmigo. Es muy gratificante sentirse tan querido por tantísima gente. Sé que con mi historia de las lesiones y de la recuperación, volver al máximo nivel, hay gente a la que he podido ayudar. Me siento orgulloso que si una sola persona que siente identificado con lo que he pasado, con recuperarse, con volver, con ser un luchador, yo ya estoy más que contento con poder ayudarles. 

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