El Barça peleará por su sexto título en el Mundial de clubs tras arrollar al Kielce

El Kielce de Talant Dushjebaev llegó a Dammam (Arabia Saudí), donde se disputa la Super Globe, como se conoce el Mundial de clubs, con el deseo de tomarse la revancha ante el FC Barcelona, el equipo que le arrebató el título europeo el pasado junio. Pero el equipo azulgrana volvió a salir ganador ante el cuadro polaco y esta vez no necesitó la tanda de penalties sino que pasó por encima del cuadro polaco en la semifinal con una demostración de fuerza y confianza espectacular (28-39). Este domingo, en la pelea por el título, le aguarda el Magdeburgo (19.30 h, Esport 3), verdugo del sorprendente Al Ahly egipcio en la otra semifinal, en lo que será una repetición de la última final, que cayó de lado alemán.

El Barça no dio ni una sola opción al Kielce, al que dominó de principio a fin hasta completar su exhibición de forma arrolladora. Es su tercer triunfo frente a los polacos en los últimos cinco meses, ya que el pasado septiembre también los superaron en partido de la primera fase de la Champions en el Palau.

El cuadro catalán construyó el camino del triunfo a partir de una sobresaliente actuación del guardameta Gonzalo Pérez de Vargas en la primera mitad, que se erigió en un muro insalvable para los lanzadores del cuadro polaco con 15 paradas de 26 lanzamientos. Eso permitió al Barça abrir una cómoda renta al descanso (11-16) que en algunos momentos llegó a ser mucho más amplia, pese a cinco minutos de desconexión en los que no consiguió marcar.

Una máquina poderosa

Pero en la segunda los jugadores de Carlos Ortega fueron un vendaval. Una máquina perfectamente engresada, con un ritmo arrollador de constantes relevos en la pista, que los jugadores del Kielce no pudieron seguir. Hace muchos años que el equipo polaco, actual subcampeón europeo, no recibía una derrota tan dura, que lñegó a ser de un máximo de 12 goles. No sucede desde que Talant Dujshebaev está en el banquillo hace ocho años.  

El Barça hizo un despliegue físico espectacular e impuso un ritmo intenso que desbordó al Kielce, cuyos jugadores dieron la sensación de bajar los brazos por momentos, rendidos al talento del conjunto catalán. El croata Luka Cindric apareció en su mejor versión, también detacaron Mem y Fabregas, piezas claves en los esquemas de Ortega, pero también jugadores como Macuc y Richardson para ofrecer una sensación colectiva muy poderosa, que refuerza sus opciones en la búsqueda de su sexto título en el torneo.