RETORNO DE LEYENDA

Mike Tyson conserva la mirada del tigre en su combate de regreso

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Roger Pascual

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En 1986 Mike Tyson y Diego Armando Maradona entraron con estruendo en el olimpo deportivo. Mientras la mano de Dios guiaba a Argentina a la corona mundial, los puños de 'Iron Mike' le convertían en el campeón más joven de la historia de los pesos pesados. Dos héroes de barrio, mitos del deporte, carismáticos y locuaces, cuyas carreras se vieron embarradas por las drogas y la violencia de género. 34 años después de tocar el cielo deportivo y en la misma semana en la que la muerte del Pelusa impactaba a medio mundo, el púgil más grande desde Muhammad Ali ha vuelto a subirse a un ring. A sus 54 años, y 15 después de su retirada, rindió culto a su pasado en una digna pelea ante Roy Jones Jr en la que los dos cincuentones se vaciaron. Aunque al ser una exhibición no hubo vencedor, Mike ganó el combate de la nostalgia, demostrando que conserva la mirada del tigre, dejando ecos de su gloria pasada.

Verle de nuevo genera una sensación similar al concierto de hace un par de años de Guns n' Roses en el Estadi Olímpic. La banda que reinaba en las listas cuando Tyson lo hacía en los cuadriláteros regresó a Barcelona 25 años después de su anterior visita después de que Slash y Axl Rose hicieran las paces, algo que parecía tan imposible como la reconciliación de los hermanos Gallagher. Aunque el paso de los años haya hecho mella en Axl y Mike, su voz y puños ya no suenen igual y dos minutos se les hagan ahora una eternidad, en sus 'shows' sigue habiendo ecos de la época de sus grandes noches, en que fueron los reyes del mundo.

"Los dos minutos se me hicieron como tres", confesó Tyson, que en la previa había criticado que se hicieran asaltos más cortos, en una pelea con menos 'rounds' y que, al ser declarada de exhibición, acabó sin vencedor. Sin KOs, el excampeón fue el mejor en este combate en el que ambos púgiles aguantaron con decoro los ocho asaltos en los que desempolvaron antiguos golpes, con destellos de clase. 16 minutos en los que el tigre de Brownsville exhibió más pegada y mejores movimientos, aunque su rival mantuvo el tipo a golpe de 'jab' con sus guantes morados y amarillos en homenaje a Kobe Bryant, en otro guiño a la melancolía.

La revancha con Holyfield

"Estamos ayudando a la gente y esto es más importante que ganar títulos", comentó 'Iron Mike', que había dicho que los beneficios de los 10 millones ganados por el combate irían a beneficencia. Una pelea que no será la última. "Hay que hacerlo otra vez", sentenció nada más terminar Tyson, al que se vio en buena forma tras haber perdido más de 40 kilos para su regreso. El próximo 'bis' podría ser ante Evander Holyfield, con el que protagonizó su pelea más célebre en la que le arrancó media oreja. "Estaba furioso, fui un soldado indisciplinado y perdí mi compostura. Y le mordí la oreja", explicaba Tyson en su descarnada biografía. Holyfield, su particular Apollo Creed, ya ha puesto precio a un tercer cara a cara: 25 millones. "Si me llamaran para pelear en dos días, estaría allí para pelear en dos días". Como en Rocky, en la saga de Tyson siempre hay sitio para una nueva entrega.