LA PANDEMIA EN EL DEPORTE

Waterpolo: unirse para no hundirse

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Roger Pascual

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Catalunya es una potencia del waterpolo. Ocho de los 12 equipos tanto de la División de Honor masculina como de la femenina son catalanes. El Sabadell sigue siendo el campeón de Europa femenino, título que ganó el año pasado, después de que el covid obligara a suspender la competición continental la pasada temporada. El cierre de las instalaciones deportivas dictado por la Generalitat provocó que la semana pasada hubiera una reunión telemática entre los clubs de la máxima categoría masculina y femenina. Y decidieron seguir adelante. Y el CN Barcelona y el CN Atlètic Barceloneta abrieron sus puertas para que se pudieran celebrar cinco de los seis partidos previstos en la liga masculina.

"Aunque la ley nos amparaba, había presidentes que temían que pudiera haber un conflicto con su masa social si abrían para jugar partidos pero no permitían el acceso a los socios. Para no perjudicar al waterpolo nosotros ofrecimos que se jugara en nuestra piscina", explica Joan Valls, responsable de waterpolo del CN Barcelona, que comenta que han recibido el agradecimiento tanto a nivel público como privado de otros clubs. En la piscina Nova Escullera se disputaron tres encuentros mientras que en la Sant Sebastià, además del encuentro del Atlètic Barceloneta contra el Navarra, también se jugó el Mataró-Sabadell. "El waterpolo es un deporte muy pequeño y si encima en estos momentos muy difíciles para todos no unimos nuestros esfuerzos para evitar que la competición se vea aún más perjudicada aún seremos más pequeños".

"No solo tuvieron el valor de decirles a sus socios que se competía sino que además invitaron a los otros clubs a jugar en su casa. Da envidia sana. 'Chapeau'", resume Javier Aznar, director técnico del waterpolo del Sant Andreu, que reconoce la presión que supone en algunas entidades deportivas abrir solo para los profesionales. 

"Abrir la piscina para solo un partido es quemar billetes"

Gustavo Marcos

— Director deportivo del Mediterrani

El decreto permite que los waterpolistas y nadadores que juegan en competiciones españolas o de ámbito internacional puedan seguir compitiendo. Pero supone un doble problema: primero, el agravio comparativo con los socios, en un modelo en estos son propietarios de muchos clubs; y, segundo, que abrir una piscina no tiene el mismo coste que abrir un pabellón de baloncesto. El mantenimiento del agua y el calentamiento de la misma provoca un gasto elevado que hace que algunos equipos estén entrenando en las piscinas cubiertas, de 25 metros, en lugar de climatizar las de 50 que están al aire libre.

"Abrir la piscina para solo un partido, climatizarla para pasar de 15 a 28 grados, es quemar billetes", dice Gustavo Marcos, director deportivo del Mediterrani. El choque que iban a disputar contra al Terrassa fue el único que se aplazó de la jornada tras acordar con el conjunto vallesano disputarlo más adelante en mejor escondiciones. "Creemos que la decisión de que no se jugara era la mejor forma de transmitir el problema que tenemos", apunta. "Todos los equipos hemos hecho una inversión muy grande y tener cero ingresos y con bajas continuas de socios es muy complicado. Desde que empezó la crisis hemos perdido un 25% de los socios. Hemos tomado todas las medidas sanitarias que nos han pedido en las instalaciones y pediríamos que las restricciones se enfocaran a las actividades de más riesgo", destaca, recordando que en el ámbito deportivo solo se produce un 0,28% de los contagios de coronavirus.

Convocada una manifestación

"El toque de queda ya fue un problema para las franjas de entrenamientos pero el cierre de las instalaciones fue el toque de muerte, un problema gravísimo en la cuna del waterpolo", sentencia el presidente de la Federación Catalana de Natación, Enric Bertrán. "Los clubs están en una situación económica muy grave, no de futuro sino de presente. Cada día que pasa hay un degoteo de pérdidas y de socios que se dan de baja, eso obliga a replanterar los presupuestos y pone en riesgo el milagro del sistema catalán, que nos ha dado tanto orgullo". 

La UFEC, de la que Bertrán es vicepresidente, ha convocado junto a otras organizaciones una manifestación este miércoles ante la Generalitat para reclamar que se abran las instalaciones deportivas. "Protestaremos de forma deportiva, como lo hacemos todo. Los deportistas nunca tiramos la toalla".

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