El Espanyol se da otra alegría en casa ante el Levante

Han pasado solo cuatro jornadas de Liga pero el Espanyol transmite unas sensaciones que invitan a ser muy optimistas. El equipo puede ganar (como ha hecho en los dos partidos en casa), empatar (el debut en Vigo) o perder (el doloroso 2-1 de Vitoria), pero la idea de su entrenador entusiasma.

Joan Francesc Ferrer 'Rubi' ha cambiado la cara de un bloque que ya no piensa solo en sobrevivir y amarrar la ventaja, sino que quiere ser protagonista y divertir a su gente. De momento lo está consiguiendo. Los pericos tumbaron este domingo al Levante (1-0), suman 7 puntos de 12 posibles, están en la zona alta y atisban la visita al Bernabéu sin miedo.

Atractivo encuentro

Si el Valencia fue el primer damnificado en Cornellà este domingo le tocó el turno a otro club de la misma comunidad, un atrevido Levante que plantó cara a los blanquiazules pero fue incapaz de batir al segurísimo Diego López. El conjunto granota está cortado por el mismo patrón que el perico. Aunque no cuenta con un presupuesto elevado ni estrellas de renombre, a excepción del fantástico Morales, vive más pendiente de crear que de destruir.

Con esas premisas pudo verse un atractivo encuentro en Cornellà desnivelado por el mejor futbolista que había sobre el césped, el veterano Sergio García. A sus 35 años, ya no tiene la velocidad o la chispa de sus mejores tiempos, pero le sobra talento. Su golazo aportó tres valiosos puntos.

Estilos contrapuestos

Ganó por la mínima el Espanyol, un 1-0 clásico en la época de Quique Sánchez Flores, pero el desarrollo del duelo no tuvo nada que ver con la etapa del técnico madrileño. Esa mirada hacia atrás, ese conservadurismo excesivo han dado paso a un equipo con ganas de agradar desde el primer minuto al último.

El Espanyol ha dado un paso adelante con Rubi. El equipo ganó por la mínima pero nunca se atrincheró

El cuadro perico jamás se colgó del larguero pese a ir por delante en el marcador. La última jugada del partido fue una falta en la que Mario Hermoso estuvo a punto de sellar el segundo. Aunque en el ADN blanquiazul está incluido el sufrimiento de serie, no es necesario acabar siempre con el corazón encogido.

Los blanquiazules terminaron con un 57% de posesión y 22 remates, 9 de ellos a puerta, unas cifras que demuestran su control y la verticalidad. Atrás quedan aquellos choques de la temporada pasada ante rivales de similar entidad en los que reinaba el tedio y la desesperación. El Espanyol ha dado un paso adelante con Rubi. Es evidente que llegarán también tropiezos y malas tardes, pero el estilo es elogiable. Era necesaria esa dosis de ilusión y valentía.

El arte de Morales

Repitió por tercera vez consecutiva alineación el técnico de Vilassar, convencido de que el equipo podía quitarse la espina de la derrota ante el Alavés. Pronto empezó a dar señales de peligro el cuadro local. Marc Roca y Baptistao probaron el disparo (m. 22) antes de la ocasión de Borja Iglesias desbaratada por el meta Oier (m. 29).

Sergio García protagonizó otro acercamiento con un lanzamiento alto cuando tenía solo a Darder (m. 38). En el Levante, mientras, solo aparecía de vez en cuando el diablo Morales, experto en ese bonito arte del regate y el recorte. Por suerte para el Espanyol, no culminó ninguna de sus travesuras.

Recompensa merecida

Una excelente parada de Diego López en una falta lanzada por Bardhi (m. 50) avivó a los pericos tras el descanso. La paciencia y el buen juego encontraron sus frutos en el tanto de Sergio García tras un robo de Granero y pase de Borja (m. 52).

El astro de Bon Pastor situó su disparo en el lugar preciso. La fortuna no le había acompañado con un palo ante el Valencia y el tanto anulado en Vitoria. Ante el Levante llegó por fin la recompensa. Baptistao, Borja y Piatti pudieron ampliar la ventaja de un Espanyol que nunca se arrugó. El Levante buscó la tablas pero Diego se agigantó para sellar una victoria merecida.

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