LIGA DE CAMPEONES

El Roma necesita otro milagro ante el Liverpool

Los italianos tienen que marcar tres goles como ante el Barça para eliminar a los ingleses y meterse en la final de la Champions

Klopp habla a los jugadores del Liverpool antes del entrenamiento en Roma.

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Pol Gustems

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El partido de este miércoles el Olímpico tiene un aroma de otro tiempo. La afición inglesa pudo despedirse de sus jugadores en el aeropuerto John Lennon, mientras los pupilos de Klopp entraban por la puerta principal y no una escondida, en una imagen más propia de los 70 u 80.

El partido tiene una leyenda, Francesco Totti, pidiendo que se pinte la ciudad de 'giallorosso' para enseñar los valores romanistas, y de paso mostrar una imagen pacifista después de los incidentes del partido de ida en Liverpool. Allí los 'reds' avisan a sus aficionados de que no beban alcohol en las calles, les piden que eviten la zona del Ponte Milvio e imploran que no profanen los monumentos nacionales con bufandas o banderas.

Roma y Liverpool, con escasos éxitos nacionales e internacionales en los últimos 20 años. El regreso de Salah. El recuerdo de la final de 1984, que ganaron los ingleses en los penaltis. Ingredientes superlativos para no perderse un nuevo intento de “Romantada”. 

Otro 3-0 milagroso

“Improbable solamente quiere decir que puede suceder. No te digo que vaya a ser fácil, pero valdrá la pena”. Es una de las frases motivacionales que usa el técnico local Eusebio di Francesco para ilustrar el vestuario antes de intentar el milagro. 3-0 al Chelsea. 3-0 al Barcelona. ¿Por qué no podrían hacerlo una vez más esta temporada?

“Jugamos una semifinal de Champions delante de 70.000 personas. Quiero ver un equipo combativo, entusiasta y con el deseo de superar el obstáculo”, explicó Di Francesco, custodiado por su futbolista más guerrillero, el belga Radja Nainggolan, que secundó el discurso de su entrenador. “Si pudiera copiaría y pegaría la misma actuación que nos clasificó ante el Barça”, añadió el técnico del Roma. Comprendiendo que esta vez los rivales son muy distintos, aguantan menos el balón y son más directos que los azulgranas. 

Un tridente demoledor

El último equipo que quiso voltearle un marcador al Liverpool fue el Manchester City, y aunque les marcó en el primer minuto, fue triturado en el segundo tiempo por la velocidad de Salah, Mané y Firmino. Este último, el brasileño, ha firmado esta semana una multimillonaria renovación que le ata al club del Mersey hasta junio de 2023.

Salah, que sorprendentemente no descansó el pasado fin de semana contra el Stoke, visitará su antigua casa con la cifra acumulada de 43 goles en la presente temporada. Solo le quedan 4 más, a lograr en cuatro partidos más en caso de llegar a la final, para alcanzar el récord histórico del mítico Ian Rush, que marcó 47 con la camiseta del Liverpool la temporada 1983-84.

Pensando en el Arsenal

Klopp aterrizó en Roma sin su mano derecha, Zeljko Buvac. El segundo entrenador que le acompaña desde hace 17 años, desde el Mainz, pasando por Dortmund y hasta Liverpool, recibió un permiso del club por “asuntos personales” y no viajó con el resto de la expedición en el partido más importante de la temporada. En Inglaterra se rumorea que podría ser uno de los principales candidatos para relevar a Arsène Wenger en el Arsenal.  El alemán no quiso añadir detalles sobre la situación de Buvac y se apuntó a tranquilizar a los fans: “Espero que todos puedan andar hacia el estadio, paseando, en una hermosa ciudad, con un clima espléndido”.

Detalle del Roma

Klopp también agradeció el gesto de los jugadores de la Roma, que realizaron el entrenamiento previo luciendo una camiseta de apoyo a Sean Cox, el aficionado inglés apuñalado en los aledaños de Anfield que sigue en el hospital en estado delicado.

“Nadie le dijo al Barça que les podrían marcar tres. A nosotros ,sí”, añadió Klopp. El 5-2 de la ida pone a un Liverpool avisado en una situación óptima. Con un pie en la final pero alertados del peligro. Improbable o imposible, los 'giallorosso' necesitan una 'romantada' casi milagrosa.