La UEFA Futsal Cup de Lleida

El Barça conquista su primera Champions en una épica final

Los azulgranas baten al Dinamo de Moscú y logran la única Copa de Europa que le faltaba al club (3-1)

Ari Santos celebra con su hijo el triunfo de la primera Copa de Europa del Barça de fútbol sala, ayer, en Lleida.

Ari Santos celebra con su hijo el triunfo de la primera Copa de Europa del Barça de fútbol sala, ayer, en Lleida.

RAÚL PANIAGUA
LLEIDA

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Con sufrimiento y pasión, como en todos sus anteriores éxitos, el Barça Alusport se coronó ayer como el mejor equipo de Europa, un reconocimiento merecido para un conjunto extraordinario que se impuso al Dinamo de Moscú en el pabellón Barris Nord de Lleida (3-1). Es la primera Champions de la sección de fútbol sala y la única Copa de Europa que faltaba en el palmarés de la entidad azulgrana. Un título histórico para un equipo casi irrepetible, que sucede al Montesilvano de Italia como rey continental y completa un ciclo de éxitos difícilmente igualable.

No había mejor forma de culminar la ascensión de una sección que ha vivido todo tipo de vaivenes desde su fundación en 1978. Ha pasado del olvido a la cima en menos de una década. Del desastre al aplauso en una etapa que tuvo su punto de partida en el 2004, cuando Joan Laporta apostó por Marc Carmona como director de la orquesta azulgrana. Entonces, el equipo estaba en la categoría de plata, en Segunda División. En el 2006, logró el ascenso; el curso pasado se llevó el triplete (Liga y Copas del Rey y de España) y ayer se alzó con la máxima corona continental en una final épica y apasionante.

GOL A LOS 78 SEGUNDOS / Después de firmar una temporada brillante en el curso anterior, el Barça se había marcado como objetivo para esta campaña el título europeo. En su primera participación en la UEFA Futsal Cup, el cuadro catalán tuvo que pasar dos previas, la segunda de ellas con sede en el Palau. El camino recorrido había sido largo y solo faltaba rematar la faena en casa. No, la final no se disputó en el templo azulgrana, pero no hubo demasiada diferencia. El Barris Nord registró un ambiente fenomenal, con 4.500 culés entregados y más de 200 rusos (alguno más animado de la cuenta) que también se hicieron notar durante el partido. La escenografía fue digna de una final.

Con esos ingredientes y una plantilla motivadísima, el Barça no podía fallar. A los 78 segundos, Wilde se encargó de golpear primero. El pívot brasileño, que jamás había conquistado este título pese a tener un palmarés increíble con la seleccióncanarinhay el Pozo de Murcia, aprovechó un saque de banda de Torras para superar a Popov con un derechazo. Alguno imaginó que el choque sería un paseo como el de las semifinales contra el Sporting de Portugal. Nada más lejos de la realidad. El Dinamo de Moscú, campeón de Europa en el 2007, cuenta con una plantilla notable, con siete brasileños y cinco internacionales rusos. Era evidente que los moscovitas, dirigidos por el español Tino Pérez, no se rendirían tan fácilmente. El Barça tuvo que sudar muchísimo para levantar la 34ª Copa de Europa de la entidad, después de las 19 del hockey patines, las 8 del balonmano, las 4 del fútbol y las 2 del baloncesto.

PACO SEDANO, EXTRAORDINARIO / Esa voltereta de Wilde, elegido mejor jugador de la final, al celebrar el primer tanto dio paso a un primer tiempo de angustia, en el que el Dinamo tuvo el control del juego. Con un ritmo frenético y una intensidad brutal, el conjunto ruso fue capaz de arrinconar al Barça, que sobrevivió gracias al majestuoso partido del portero Paco Sedano. El meta madrileño repelió todo lo que pasó por su zona. Nadie echó de menos a Cristian, recuperado de forma milagrosa de una lesión de tobillo. Carmona mantuvo a Sedano por su gran estado de forma y los hechos le dieron la razón.

Una vez más, el Barça volvió a triunfar gracias a su excelente defensa. Paco cerró el marco con llave y el derroche físico de sus compañeros encontró recompensa. Fernandinho (m. 7) y Cirilo (m. 11) desperdiciaron ocasiones claras para el Dinamo, que no encontró el camino de equilibrar el choque. En ataque, Torras acarició el segundo con una gran volea (m. 15), mientras que Igor tuvo una triple oportunidad antes del descanso.

Quedaba la segunda parte, pero nadie dudaba de la capacidad de lucha de un equipo unido, de unos jugadores que disfrutan jugando a las cartas en los viajes y sufren como titanes en la pista. Pese a la baja de Fernandao, con molestias, el cuadro azulgrana se fortificó y aprovechó un contragolpe para hacer el segundo. Un pase de Wilde fue culminado por Lin (m. 24), que dio más tranquilidad. Pero el fútbol sala es impredecible. Hasta el pitido final no se puede cantar victoria. Rakhimov redujo distancias (m. 36) y llevó la angustia a las gradas, pero Torras (m. 38) se encargó de encumbrar al nuevo referente del fútbol sala mundial.