Claves del Mundial

Ahora sí los veo aspirando al título

Al empezar el Mundial dije que España se lo tenía que ganar, que el derecho a jugar la final no se regala. Ahora, tras verla ante Suiza, estoy convencido de que va a llevarse el título.

Creo en la selección porque creo en el 'modelo Barça': si lo mantiene, llegará lejos

David Villa salta ante la salida del portero Benaglio, ayer en Durban.

David Villa salta ante la salida del portero Benaglio, ayer en Durban.

JOHAN Cruyff

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Sé que muchos pensarán que lo digo para ir contra corriente. Pues no, si antes del inicio del Mundial no me gustaba que se diera como clara favorita a España ahora, una vez vista su apuesta, la insistencia en el modelo Barça, la veo con muchas opciones de ganar el título.

1. Insistir en la apuesta: ganar jugando bien

España lo tiene todo, todo, para ser campeona o aspirar a ello. Y todo, todo, lo demostró ayer ante Suiza. Cierto, falló en el gol, desaprovechó varias ocasiones (ya no digamos el larguero de Xabi Alonso) y, tal vez, no supo jugar como debía los últimos 20 minutos. Pero fue valiente, decidió seguir apostando por el buen fútbol, tener el balón y buscar la victoria como siempre hace con la columna vertebral del Barça. Otros, como Suiza, sin ir más lejos, apostaron por no perder y cazaron una victoria, pero la opción de España, que existe y es grande, pasa por conquistar el título jugando a fútbol. Y es esa apuesta la que hay que mantener porque siempre, siempre, acaba teniendo su recompensa. Creo en esta selección porque creo en su apuesta. Y, si la mantiene, llegará lejos.

2. No hubo quien resolviera el atasco

No me importa repetir la comparación Barça-España porque la apuesta, la manera de llegar a la victoria, es la misma. El España-Suiza de ayer lo ha jugado el Barça mil veces. Y jamás ha bajado los brazos, insistiendo en su lujosa manera de tratar el balón e intentar ganar. La diferencia entre unos y otros la marcaron ayer los detalles. Cuando el Barça se atasca, como se atascó ayer España, aparece Leo Messi. O Pedro. O un pase medido de Xavi. O el quiebro desestabilizador de Iniesta. Los partidos espesos los desatascan los mejores, se desatascan con un detalle de alguien. Eso fue lo único que le falló a España. Villa estuvo espeso, Xavi no encontró la diagonal, Iniesta lo intentó sin éxito, Torres no llegó al remate, Silva fue poco eficaz, Navas se enredó. Pero, cuando fallan los detalles, hay que insistir en la apuesta. Porque es la mejor. Tal vez no la única, pero sí la más hermosa.

3. Ni rastro de fútbol en la primera ronda

El primer partido de la inmensa mayoría, por no decir todas, de las selecciones participantes en este Mundial se ha convertido en un atentado al fútbol. Quiero pensar que ha sido el miedo. Miedo a no perder. Miedo al debut. Y el miedo en el fútbol es «cualquier cosa con tal de no perder». O sea que en lugar de jugar en campo contrario y atacando porque así el rival está más lejos de la portería, hacen todo lo contrario. La mayoría de mis jugadores se quedan en mi campo y así me siento más seguro. El resultado es que puedes ver todo un partido sin que pase absolutamente nada. Ocurrió con Francia, Brasil e Italia.

Los últimos campeones han sido una muestra de esta tristeza futbolística. ¿O es que alguien se cree que la diferencia entre Brasil y Corea del Norte es de un gol? Que Brasil quería más ya lo sabemos, pero que jugando así no vas a ningún sitio, también. Entonces te empiezas a preguntar quién nos puede ofrecer buen fútbol. Y no me sirve el partido de Alemania, a pesar de que sí hizo lo que sabe hacer. O el de Holanda, a pesar de ganar 2-0. La victoria en sí no es suficiente, aunque el debut de un Mundial siempre esconde mucho más de lo que muestra. Así suele ser siempre la primera ronda.

4. Me encantó lo que hizo Leo Messi

Solo he visto hambre y ambición en un partido. No fue un grupo. Fue un hombre. Un futbolista. Tal vez no obtuvo el premio que buscaba, pero me encantó lo que hizo Leo Messi. Es cierto que no apareció tanto como nos tiene acostumbrados en el Barça, pero mostró lo que está buscando en este Mundial. No sé si lo conseguirá. No lo sé porque el grupo siempre manda sobre el individuo, pero Messi hizo, en cuatro o cinco apariciones, más que todas las selecciones juntas. Y aunque parezca un contrasentido, creo que fue bueno que no marcase uno, dos o tres goles. Fue bueno para él y para el fútbol. No le dedicaron titulares gloriosos y eso es bueno, muy bueno. Es como si todo estuviese por hacer, pero ya ha enseñado lo que puede hacer.