Samuel Etoo ha preparado sigilosamente el reencuentro con el Madrid

La ausencia de Messi convierte al nueve en la pieza clave del ataque

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Etoo ha callado. Parece utópico, pero ha sucedido. En la semana del clásico, nadie ha escuchado la poderosa voz del delantero camerunés, quien ha decidido vivir en silencio uno de los partidos con los que lleva varios meses soñando. Increíble, pero cierto. Samuel Etoo se ha pasado la semana corriendo. Por La Masia, por el Mini Estadi y hasta, finalmente, llegar esta tarde al Camp Nou, ajeno a todos los líos que se han vivido en el Barça. Antes, él era el protagonista; ahora, un simple espectador.

Los demás hablaban de Etoo; él escuchaba. Sin inmutarse, sin ganas de perder el tiempo ni de gastar energías en lo que no sea puramente fútbol. Hace dos semanas, el punta camerunés estaba en la enfermería, maldiciendo una lesión en el músculo del chut de la pierna derecha que le tuvo más de tres meses de baja. A diferencia de la grave lesión padecida en la pasada temporada, Etoo ha aprendido. No solo en la recuperación --mucho menos mediática y agitada que en el primer percance-- sino también en la reaparición. Volvió cuando estaba bien. Ni más, ni menos. Volvió para jugar y hacer honor a su nombre: tres partidos (dos de Liga, uno de Champions), tres goles.

En pocas palabras, regresó el viejo Etoo. El delantero y el defensa, el goleador y el central. El futbolista que resultó capital en los éxitos del Barça en los primeros años, a pesar de que no tuviera la fanfarria que acompañó a Ronaldinho. "Es uno de los mejores delanteros del mundo", recuerda Puyol, el capitán azulgrana. Pero no es ese el único valor del camerunés. Con ello le bastaría para ir tranquilo por cualquier campo. Pero Etoo es algo más, mucho más. "Es, además, el primer defensa del equipo", apuntó Puyol, quien no solo mira a su compañero por la contundencia del remate sino por el efecto contagio que desprende.

El hilo de Samuel

Cuando Samuel corre en el ataque es como si un imaginario hilo le uniera con los centrales --en este caso Márquez y Milito-- adelantando así al Barça unos metros más lejos de Valdés. De repente, el equipo está más agrupado, más compacto y, sobre todo, más solidario. "Estoy convencido de que Etoo marcará la diferencia, nos ayudará mucho", confiesa Xavi, otro de los capitanes de la plantilla. "Tras estar mucho tiempo de baja, la vuelta de Etoo era muy importante para el Barça", dijo ayer Bernd Schuster, el técnico madridista. "Etoo es muy determinante y, además, parece que ha vuelto en gran forma", apunta Pedja Mijatovic, director deportivo del club blanco. Nadie lo citó, pero ese hilo de Etoo es el que ha devuelto la estabilidad al Barça.

El ejemplo de Mestalla

En Valencia, la noche en que el músculo de Messi se rompió y Ronaldinho quiso salir al campo, pero no lo pusieron, Etoo demostró cuál es el camino. No solo por los dos goles que marcó (cuatro remates, dos tantos, 50% de eficacia en apenas 67 minutos) sino porque representó fielmente lo que transmite al equipo. El primer gol, después de una jugada de Messi, llegó porque Etoo presionó y agobió a Cañizares de tal manera que el ya exportero del Valencia se sacó de encima la pelota de mala manera y acabó en fuera de banda. Sacó Xavi, regateó Leo y disparó Samuel tras desnudar a los dos centrales.

Hoy, después de una semana en la que ha arrastrado un proceso gripal, Etoo se topará con dos tipos fieros en la defensa blanca: el italiano Cannavaro, gato viejo del catenaccio (34 años), y Pepe, promesa portuguesa comprada a precio de Ronaldinho, siendo como es un central de 24 años. Por eso, Etoo aparece en el Camp Nou huyendo del silencio para hacerse oír.