El fenómeno Sally Rooney: ¿realmente hay para tanto con la escritora 'millennial'?

El lanzamiento de la tercera novela de la escritora irlandesa, ‘Dónde estás, mundo bello’, se ha convertido en un juicio global sobre si el ‘tsunami Rooney’ es un bluf o su literatura está a la altura

Aquí damos las claves de este fenómeno editorial y mediático  

Sally Rooney

Sally Rooney

Natàlia Cerezo

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A veces un autor o autora consigue las etiquetas de "de culto" y "mainstream" sin despeinarse. Es el caso de Sally Rooney, jovencísima irlandesa de 30 años con tres novelas publicadas y que se ha erigido en gran jefa 'millennial' y en protagonista de un curioso juicio global en el que se lanzan un sinfín de veredictos cruzados sobre si el fenómeno Rooney es un bluf o, al contrario, su literatura está a la altura.

Todo comenzó en 2017, cuando Rooney publicó su primera novela, 'Conversaciones entre amigos' (Random), con la que consiguió el premio Folio, además de ser nominada para el Dylan Thomas y ser elegida escritora joven del año por 'The Sunday Times'. Sin embargo, no se consolidó como un fenómeno mundial hasta su segunda novela, 'Gente normal', que consiguió otro montón de premios (el Costa Book Award y el British Book Award), una acogida de público extraordinaria (ya ha vendido dos millones de ejemplares) y un gran éxito de crítica. Incluso tiene serie y todo, escrita por la propia Rooney.

"La Salinger de Snapchat"

Medios como 'The New York Times' o el 'New Yorker' la dejan por las nubes. Es la voz de una generación, «la Salinger de Snapchat», dice The Guardian. La gran Ali Smith, autora del 'Cuarteto estacional', la considera una de las autoras jóvenes más prometedoras del momento. Pero las críticas positivas también vienen de lugares inesperados, como Lena Dunham, creadora de la serie 'Girls', o de la actriz Sarah Jessica Parker ("Qué libro –dijo sobre 'Conversaciones'–, me lo he leído en un día"), y de cientos de posts en Instagram en los que la cubierta de la novela acompaña a 'smoothies', 'lattes' y otros habitantes típicos de la red social.

Los detractores de Rooney parecen tan fascinados por ella como sus fans, y escriben críticas sorprendentemente amargas

La fiebre continúa con su nueva novela, 'Dónde estás, mundo bello' (Random en castellano y Periscopi en catalán): Swissinfo afirma que ha habido colas en las librerías del Reino Unido "como no se veían desde los tiempos de Harry Potter" y algunas librerías de Estados Unidos dicen que se había generado tanta expectación que los clientes preguntaban cada día por el libro (un poco como cuando en Gigamesh se hicieron camisetas en las que ponía "No sabemos cuándo saldrá 'Winds of Winter', el nuevo volumen de 'Juego de Tronos').

Paul Mescal y Daisy Edgar-Jones, en la exitosa adaptación de 'Gente normal'.

Paul Mescal y Daisy Edgar-Jones, en la exitosa adaptación de 'Gente normal'. / Archivo

Evidentemente, Rooney también tiene detractores, que parecen tan fascinados por ella como sus fans, y que escriben críticas sorprendentemente amargas como la de Emily Hill en 'The Spectator': "Es el peor libro que he leído nunca", o Jessie Ti, de 'The Sydney Morning Herald': "¿Soy la única persona de este planeta que cree que la historia de amor de dos adolescentes blancos es aburrida?".

¿Por qué Rooney fascina tanto?

Parece imposible separarla a ella de sus libros, aunque estos sean ficción. Carismática, joven, poco propensa a sonreír en las fotos, su vida parece un reflejo de 'Gente normal'. Como sus protagonistas, nació en un pueblo pequeño y fue becada del Trinity College de Dublín. En 'Dónde estás, mundo bello', hay otras resonancias de su vida en su protagonista, Alice, que intenta lidiar con las dificultades de la fama tras convertirse en una escritora famosa y retirarse de la vida de Dublín (Rooney también se ha mudado a su pueblo natal, y dijo que solo hará un par de actos de promoción de la nueva novela). 

En 'Dónde estás, mundo bello', hay otras resonancias de su vida: su protagonista, Alice, lidia con las dificultades de la fama tras convertirse en una escritora famosa y retirarse de la vida de Dublín 

Marxista declarada, una tendencia que también aparece en sus personajes –jóvenes acomodados que se declaran de izquierdas–, a Rooney también se la considera la voz de su generación por analizar las tensiones de clase en el mundo en declive en el que vivimos. Aunque es frecuente que los personajes tengan largas conversaciones políticas, no parece ser algo que cale o impacte en estos, cosa que se nota especialmente en 'Gente normal', en la que explora la relación entre Marianne, que pertenece a una familia rica, y Connell, que sufre problemas de dinero. Sin embargo, esto solo parece afectarle de paso, por lo que la clase y la precariedad tras la crisis parecen accesorias, no un contexto real de donde provienen los personajes, sino un elemento circunstancial a la hora de explorar el poder en las relaciones amorosas.

La escritora explora las relaciones de clase y género en las relaciones amorosas

Amores y amistades

Precisamente esta puede ser otra de las razones por las que las novelas de Rooney fascinan tanto: son historias que ya hemos oído mil veces antes, y que van desde obras maestras como 'Grandes esperanzas' a los volúmenes 'pulp' de Harlequin, en los que el amor y el poder (monetario o social) van de la mano. De hecho, Rooney no rompe el esquema clásico de estas narraciones. Contar una historia vieja de una manera nueva no es nada malo, al contrario. No obstante, en esta exploración del intercambio de poder, la necesidad de ser humilladas por sus parejas que tienen las protagonistas de Rooney –Marianne en Gente normal y Alice en Dónde estás, mundo bello– a veces resulta incómoda por su machismo implícito, que perpetúa un modelo peligroso en el que parece guay que te peguen o te insulten. Resulta más interesante, en cambio, cuando habla de la relación de amistad (que tampoco acaba de explorar del todo) en 'Dónde estás, mundo bello' entre el trío de protagonistas.

La necesidad de humillación que parecen tener las protagonistas por parte de sus parejas resulta incómoda por su machismo implícito, que perpetúa un modelo en el que parece guay que te peguen o te insulten

En 2013 Rooney fue campeona de debate, algo que se nota en su estilo y que, en estos tiempos de velocidad y de cháchara constante, puede ser otra de las claves por las que gusta tanto. Escribe de una manera directa, sin florituras ni lirismo de ningún tipo, tanto, que de hecho 'Gente normal' casi se puede leer como un guion, ya que está llenísimo de diálogos, ya sean réplicas cortas o largas discusiones sobre amor, sexo o política, y muy poca narración. Sus personajes, alienados, tristes e intensos, siempre saben qué decir. El resultado es una lectura ágil, que provoca que el lector se sienta inteligente, algo que sin duda ha contribuido a crear su legión de fans. 

Sinceridad desarmante

Rooney acierta de lleno en la honestidad con la que trata las cosas, y aquí es donde está el quid de la cuestión. Al final, no importa que sea superficial. Al fin y al cabo, todos lo somos o lo hemos sido. Lo que de verdad hace que el lector conecte con Rooney es esa sinceridad que desarma, y que queda especialmente reflejada en las escenas de sexo de 'Dónde estás, mundo bello', imperfectas, torpes, a veces dulces y siempre íntimas.

Si se tratase de un hombre, ¿hablaríamos así de ella? ¿Transformaríamos en un producto todo lo que dice, lo que escribe, incluso su físico? 

Rooney conecta con los lectores incluso cuando a estos no les gusta lo que están leyendo. Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse si este amor-odio lo provoca la calidad de su obra o el circo que se ha formado a su alrededor. Si se tratase de un hombre, ¿hablaríamos así de ella? ¿Transformaríamos en un producto todo lo que dice, lo que escribe, incluso su físico? ¿Nos preguntaríamos si lo que escribe es bueno o no como si nos fuera la vida en ello? En todo caso, discutir sobre literatura siempre es bueno, y Rooney nos ha dado otra oportunidad para hacerlo.

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