El consumidor catalán va cada vez más al mercado, pero el supermercado sigue siendo el rey

No hay quien le quite la corona al supermercado como sitio favorito de la población catalana para realizar las compras de productos de alimentación y de gran consumo. Según la última encuesta sobre hábitos de consumo elaborada por la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC) el porcentaje de consumidores que hacen la compra de casa en estos establecimientos pasa del 47% del año previo a un 53% este año. Este estudio muestra, de hecho, que también los mercados municipales ganan atracción de cara al comprador (pasan del 11% de 2021 al 13%, en 2022), pero esta mejora de dos puntos sabe a poco frente a los seis que gana el supermercado.

Este análisis, que intenta radiografiar la situación que deja tras de sí 2022, muestra, en definitiva, que más de la mitad de los consumidores hacen su compra en el ‘super’, que un 22% acude habitualmente al hipermercado, que un 13% se decanta por el mercado municipal y que apenas un 11% se queda con el pequeño comercio.

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"Esto tiene que ver con que cada vez somos más cómodos y que, al final, quien clava la bandera en los núcleos urbanos son los supermercados", contextualiza el responsable jurídico de UNAE, Manuel Martín, una de las federaciones que colabora en el estudio. "En general, el triunfo del supermercado es esto: que los hipermercados están fuera de los núcleos urbanos y se ven como sitios para hacer compras masivas, en cambio los supermercados se relacionan con compras más baratas y más a menudo", añade el mismo.

De todos modos, la tasa de relación catalana con las paradas municipales es considerablemente mayor a la media estatal, de un 5% según este estudio. "Es muy probable que esto se deba al contexto socioeconómico: es más fácil encontrar una relación calidad-precio más ajustada, que es una de las principales demandas del consumidor", opina Martín.

Compra 'online'

Independientemente de esto, el estudio también analiza el estado de la compra ‘online’ en Catalunya o cuanto se dejan llevar los consumidores por la calidad de la alimentación o por cuestiones éticas. En primer lugar, la encuesta señala que solo dos de cada diez consumidores utilizan internet como canal de compra habitual, aunque esta cuota triplica la media estatal.

“Vuelve a llamar la atención el apoyo que el consumidor catalán da a todo lo que está relacionado con el ámbito digital y las aplicaciones complementarias que eligen tanto para obtener información a través de la valoración de las opiniones de los usuarios en las distintas plataformas como por la rapidez de los mensajes”, destacan los responsables del estudio en un comunicado. Año tras año –continúa el texto- aumenta el porcentaje de quienes se ven influidos por las referencias que encuentran en la red: una tasa que pasa del 64% del 2021 al 70% este último año, 26 puntos más que la estatal. “Queda comprobado que este tipo de información que se obtiene en las redes sociales o Internet sirve tanto para comprar como para rechazar un producto a partes iguales”.  

Ética del fabricante o distribuidor

En cuanto a los hábitos, la encuesta de la MPAC asegura que el consumidor catalán es consciente de la importancia de la alimentación para su salud y, según esto, un 73% afirma mantener hábitos saludables en consecuencia.

En este sentido, más de un tercio de los consumidores aseguran que determinan su compra en función de si el fabricante o el distribuidor tiene un comportamiento social ético, seguido de la procedencia del alimento (17%), del fabricante real (16%) y de su compromiso con el bienestar animal (14%). Se reduce, sin embargo, la cuota de compradores que valoran la responsabilidad social corporativa y la ética de la empresa de alimentación, que pasa del 62% del año previo al 58% en 2022.