En un yacimiento de Murcia

Hallados los restos de un lince ibérico que vivió hace un millón de años

"Este hallazgo permitirá aclarar la historia evolutiva de esta especie protegida", argumentan los investigadores del Institut Català de Paleoecologia (IPHES-CERCA)

Lince ibérico de un millón de años

Lince ibérico de un millón de años / (IPHES-CERCA) / Mauricio Antón

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Hace un millón de años, un majestuoso ejemplar de lince ibérico deambulaba por las escarpadas rocas de la localidad que ahora conocemos como Albanilla, en Murcia. Pero algo se interpuso en el camino del felino y, cosas de la vida, allí mismo falleció el animal. Pero tras un millón de años sepultado, una excavación arqueológica en la zona ha conseguido rescatar su historia. El Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) anuncia el extraordinario hallazgo de este ejemplar supone el registro más completo del Pleistoceno inferior de este felino endémico de la península Ibérica.

Reconstrucción del lince ibérico que vivió en la Sierra de Quibas hace un millón de años

Reconstrucción del lince ibérico que vivió en la Sierra de Quibas hace un millón de años / Mauricio Antón

De ese lince que hace un millón de años pululaba por la zona solo se han conservado caninos, fémures, tibias, radios, cúbitos, metatarsos, metacarpos, falanges y vértebras. Todo apunta a que estos restos óseos pertenecieron al mismo individuo. "Este hallazgo permitirá aclarar la historia evolutiva de esta especie protegida”, cuenta Pedro Piñero, investigador postdoctoral del programa María de Maeztu en el IPHES-CERCA, y codirector de la excavación junto a Jordi Agustí, investigador ICREA en el IPHES-CERCA y profesor asociado de la Universidad Rovira i Virgili (URV), en un comunicado de prensa remitido por su centro de investigación.

Canino de Lynx pardinus (lince ibérico) hallado en la excavación de Quibas.

Canino de Lynx pardinus (lince ibérico) hallado en la excavación de Quibas. / IPHES-CERCA

Un centenar de restos más

El lince ibérico no ha sido el único protagonista de esta excavación. Para sorpresa de los investigadores, escondidos bajo el suelo del yacimiento también se hallaron restos de otro cánido prehistórico. La morfología de los molares apunta a que, probablemente, por la zona también circulara un ancestro del licaón (perro salvaje africano) y pariente del actual lobo. "Este carnívoro no se conocía hasta ahora en Quibas, por lo que su presencia viene a engrosar la larga lista de más de 70 especies distintas identificadas desde el descubrimiento de este yacimiento en 1994", añade Piñero.

El equipo científico, a cargo de las excavaciones del yacimiento desde el año 2014, también ha hallado más de un centenar de restos de grandes vertebrados y otros tantos de microvertebrados. "Este año se han extraído más de un centenar de restos de grandes vertebrados, incluyendo huesos y dientes bien conservados de rinocerontes, caballos, macacos, zorros, cabras, ciervos, liebres, tortugas y aves rapaces. A esto cabe añadir cientos de restos de pequeños vertebrados entre ellos roedores, reptiles y anfibios y aves", comenta el investigador.