Ciclismo

Vingegaard se exhibe en Italia con Juan Ayuso en segunda posición

El doble vencedor del Tour ataca en la primera montaña de la Tirreno-Adriático, gana la quinta etapa y se coloca líder de la prueba seguido por el joven corredor español.

Vingegaard atiza en la tempestad gallega.

Jonas Vingegaard, en su victoria en Italia.

Jonas Vingegaard, en su victoria en Italia. / TIRRENO-ADRIÁTICO

Sergi López-Egea

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Un buen actor necesita de un guion interesante para realizar un papel exitoso. Aunque la película sea mala siempre resaltará su interpretación, pero no puede trabajar bajo mínimos porque lo más recomendable, en su caso, es rechazar la oferta y esperar nuevas oportunidades. Es lo que ha ocurrido este viernes en la Tirreno-Adriático. Sin montañas, sin repechos, sin terreno para destacar, Jonas Vingegaard no puede hacer otra cosa que sumergirse en las entrañas del pelotón, llegar a meta, luego al hotel, un masaje para recuperar los músculos, la cena, a dormir y pensar que mañana será un gran día.

Y el gran día le llegó, por fin, en la Tirreno-Adriático para volver a escribir otra página de pasión, de las que se van coloreando poco a poco cuando el Tour todavía no se ve ni en el horizonte, pero los aspirantes, dos contando a Tadej Pogacar y casi para de contar, van mostrando pequeñas dosis de calidad para no sólo ganar lo que les viene encima sino para hacerlo en solitario, con ataques lejanos, sin que nadie, por muy bueno que sea, se atreva siquiera a colocarse a su rueda, seguirlo y a ver qué pasa. Pero lo que ocurre siempre es lo mismo. Da igual que sea el O Gran Camiño o la Tirreno-Adriático porque cuando Vingegaard ataca se queda solo y detrás no se puede hacer otra cosa que pelear por la segunda plaza.

Ataque a 30 kilómetros

A la quinta etapa de la Tirreno-Adriático llegó la montaña y Vingegaard atacó a 30 kilómetros de meta donde se presentó en solitario para anotarse la victoria y, evidentemente, vestirse con el jersey azul que difícilmente soltará (si este sábado no vuelve a ganar) hasta el domingo cuando se acaba la pequeña ronda italiana.

Cuando ataca Vingegaard parece que sea tan fácil, casi sin dar la sensación de inmutarse, sin soltar un demarraje exagerado, simplemente coloca un ritmo que nadie puede seguir para subir un puerto por encima de los 24 kilómetros por hora, para coronarlo y tras un descenso más bien complicado volver a esperar que la carretera se empine de nuevo para lograr el triunfo en un pueblo italiano llamado Valle Castellana y que está enclavado en los Abruzos.

El grupo de Ayuso

Al menos, porque seguirlo es imposible, Juan Ayuso se aupó con la segunda plaza de la etapa, misma posición en la general, al ganar el esprint de los perseguidores, a 1.12 minutos de Vingegaard, en un pequeño grupo de lujo, pues estaba todo un ganador de Giro como Jai Hindley y jóvenes valores como el belga Cian Uijdebroeks, el mexicano Isaac del Toro y el neerlandés Thymen Arensman; con ellos el australiano Ben O’Connor, uno de los corredores más en forma en este inicio de temporada.

Con esta nueva exhibición Vingegaard dejó a todos los rivales a más de un minuto en la clasificación general excepto Ayuso que está a 54 segundos del doble vencedor del Tour.

En la París-Niza, con mucho más frío que en Italia, Primoz Roglic buscó una ofensiva sin éxito ante un atento Remco Evenepoel y al final la etapa se resolvió con fuga y victoria de otro danés, Mattias Skjelmose, campeón de ruta de su país, de 23 años. Consiguió el triunfo frente a sus dos compañeros de escapada, los estadounidenses Brandon McNulty (nuevo líder) y Matteo Jorgenson, un ex del Movistar que ahora corre en el Visma para dar mayor potencial al conjunto de Vingegaard y Wout van Aert. Este sábado la etapa ha sido recortada a 104 kilómetros por el mal tiempo y el domingo llega la etapa decisiva por las montañas que rodean Niza.

Clasificación Tirreno-Adriático.

Clasificación París-Niza.