Un Tour de camioneros y camioneras

Las leyendas del Tour.

Tourmalet por Sergi López Egea

Tourmalet por Sergi López Egea

Sergi López-Egea

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El Tour es mucho más que los ciclistas que pelean, que se retuercen sobre su bici, los que llegan destrozados a meta o los que acaban más tranquilos y en ocasiones, aunque no son muchas, hasta tienen tiempo de admirar los paisajes y disfrutar del calor del público. Todo, todo hay que transportarlo y eso se hace en camiones, inmensos por otra parte, ¡madre mía como coincidas con alguno de ellos en una etapa de montaña! Toca sufrir entonces. Pero ellos también están trabajando y hay que tomárselo con calma.

Los camiones que este año han transportado todo el material del Tour no se han movido con ese malvado gasóleo, dopaje en ocasiones para nuestra atmósfera. Lo han hecho con vehículos alimentados por biocombustible de aceite vegetal hidrotratado, que técnicamente se denomina HVO.

Menos contaminación

Y eso es una buena noticia porque contamina mucho menos. Y ya manda narices que un deporte sano, como es el de las bicis, deje luego virutas en el aire que todos respiramos 13 veces por minuto, partículas que dañan nuestros pulmones, porque en el ciclismo el motor son las piernas y da igual que sean las de Jonas Vingegaard que las de Michael Morkov, muy buen ciclista, por cierto, aunque sea el farolillo rojo del Tour; es decir, el último clasificado,

Los camiones de este Tour, los que intentan contaminar lo menos posible, lo forman 65 conductores de la empresa XPO, con participación española, y con Luis Gómez, un nombre tantas y tantas veces vinculado como un marqués a la historia del ciclismo periodístico de la ronda francesa, en la coordinación de toda la infraestructura.

700 toneladas de mercancía

Cada día se recorren las carreteras de Francia, y a veces en un horario en el que muchos estamos relajados, recordando las aventuras del día, cenando en una terraza o tumbados ya en la cama del hotel o apartamento que ocupamos. Ellos, en cambio, conducen por las autopistas o llegan a la zona de meta para aparcar el camión, ducharse, preparar el habitáculo de la cabina y descansar, aunque sea de madrugada, porque al día siguiente hay que cargar las 700 toneladas de mercancía que está moviendo cada día la Grande Boucle.

Hace unos años, en Burgos, en la jornada de descanso, me encontré con una pareja de camioneros de la Vuelta. Como no tenían que conducir al día siguiente disfrutaban de la compañía de una cerveza en el casco viejo de la ciudad castellana. Fue una experiencia enriquecedora porque me enseñaron los camiones por dentro, cómo dormían, la música que escuchaban, el wifi que llevaban, la ducha que tenían preparadas, medio escondido, eso sí, cuando se aseaban para hacerlo lejos de miradas indiscretas. Eran camiones magníficos, aunque, por muy buenos que fueran, nunca tendrían la comodidad de una habitación en un buen hotel.

Reduccion de las emisiones de CO2

Ahora este equipo de conductores, aseguran, han conseguido reducir un 90% las emisiones de CO2 de la atmósfera. En este empeño también ha colaborado la firma automovilística Skoda, que ha servido vehículos eléctricos a la organización y es que, entre todos, hay que procurar salvar este planeta y evitar en lo máximo este cambio climático que algunos siguen negando.

Pero lo más grande es que XPO también se encargará de mover cada día esa ciudad ambulante cuando este domingo empiece el Tour Femmes, una semana extra de competición con las mujeres ciclistas como protagonistas.

Sin embargo, en esta ocasión no serán camioneros, sino camioneras las que se pondrán con el volante, nueve mujeres y cuatro hombres en 13 vehículos, desde Clermont-Ferrand, donde empieza la prueba, hasta los Pirineos para subir también al Tourmalet pero tratando de contaminar lo menos posible.

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