El bosque de Pello Bilbao

El Tour es una caja de sorpresas. Llegas a Moulins, donde acabó la 11ª etapa, y te encuentras por la noche con un espectáculo de luz y sonido en su catedral. No es nada extraño. Es habitual. Sucede en los meses de julio y agosto en la mayoría de las ciudades francesas. Es un espectáculo, entre lo lúdico, lo musical y también, como se trata de catedrales, lo religioso. Es el momento para darte cuenta de cómo cambia la fisonomía de una ciudad como Moulins, que de la tarde a la noche desaparece todo lo vinculado con el Tour, sobre todo porque hemos sido muy pocos los que dormidos aquí, puesto que la mayoría de los equipos se han ido a Mâcon, en el punto intermedio de dos etapas, lo que quiere decir dos noches en el mismo hotel y sin necesidad de hacer maletas.

Uno de esos equipos es el Bahrain, donde corre Pello Bilbao, protagonista por segunda vez de este apartado especial denominado el Tourmalet. Por cierto, justo después de conseguir el triunfo en el Tour, su equipo anunció que renovaba su contrato hasta finales de 2026, una tranquilidad para seguir entrenando y compitiendo en este deporte tan complicado como es el ciclismo.

Acción solidaria

Pues bien, a lo que iba, Pello ha decidido iniciar una acción solidaria que lo lleva a repoblar los bosques de Vizcaya cercanos a su Gernika del alma, porque si algunos siguen cometiendo los errores actuales, hasta negar el cambio climático, puede ser que en unos años el único árbol que quede en su ciudad sea el más famoso de Euskadi.

Pello se comprometió a donar un euro por cada ciclista que quedase detrás suyo en la clasificación de todas las etapas del Tour. Una victoria, como la lograda el martes en Issoire, le representó 168 euros (él fue el primero y por detrás suyo se clasificaron 168 corredores en un Tour que, por fortuna y hasta ahora, cuenta con muy pocas retiradas y, sobre todo, pocas caídas).

La recaudación

La asociación beneficiaria de esta acción es BaSOS Elkartea, fundada en 2021, y que cuida de los bosques que hay alrededor de su querida Gernika. Hasta ahora, en lo que se lleva de Tour y porque él siempre ha cruzado la meta entre los mejores, Bilbao ya ha recaudado 1.438 euros y queda todavía la mitad de la carrera, y no digamos si le da, lo cual no sería ningún despropósito, volver a ganar otra etapa.

El Tour sirve no sólo para contar etapas, para ver cómo se mueven los ciclistas en el pelotón, para comprobar la fuerza de la carrera en cada ciudad que visita la prueba, en distraerse por la noche viendo las catedrales iluminadas, sino también para verificar que algunos ciclistas como Pello Bilbao no sólo pedalean, sino que piensan y se preocupan por el futuro de su hija, de nuestros hijos, nietos y por un planeta que cada vez, desgraciadamente, está peor.

Posdata: puedo confirmar y confirmo que afortunadamente, ya que hablamos de temas ecológicos, los insectos han regresado y ya resulta imposible no tener que limpiar el cristal del coche de los restos de los pobres bichos que impactan mientras conduces por carreteras o autopistas.

Suscríbete para seguir leyendo