Público, un bar de vinos que apunta alto

Cuando se habla de bar de vinos, la imagen que viene asociada suele ser un espacio no muy grande con una propuesta gastronómica no muy ambiciosa y una bodega que intenta ser variada pero que en pocos casos resulta demasiado extensa. Pues bien, Público ha venido a romper esa idea con un espacio amplísimo y elegantísimo, una cocina de mercado muy trabajada y elaborada con muy buen producto (la mayoría de proximidad) y un catálogo vinícola que alcanza las 200 referencias (35 de ellas a copas) nacionales e internacionales, asequibles y carísimas, 'convencionales' y naturales, 'mainstream' y rarezas de coleccionista.

Habrá quien comente, no sin razón, que recuerda al añorado Monvínic, faraónico templo del vino donde se comía muy bien. Además, la ciudad anda huérfana de un establecimiento de tal magnitud. Similitudes hay, aunque en Público todo es menos gigantesco a nivel de cifras porque aquel establecimiento (hoy la librería Finestres) era un auténtico 'monstruo' que llegó a contar con 3.000 referencias.

Aquí hay un chef, Edgar Martínez, que ha trabajado en las mejores cocinas de España, todas ellas distinguidas con estrellas Michelin, desde Arzak a Dos Palillos, Saüc y Xerta, donde fue el jefe de cocina desde su inauguración. Hasta que, en febrero, este bar de vinos y restaurante levantó la persiana y él encendió los fogones de la cocina que hay en la barra del fondo del local.

La maravilla del 'steak tartar'

Allí Martínez y su equipo sirven maravillas como un delicado 'steak tartar' de solomillo de ternera con mantequilla ahumada por Rooftop Smoke House sobre un 'brioche' crujiente. Como las ostras del Delta con granizado de cava, 'yuzu' y espirulina azul que le da color marino a un bocado que tiene más frescor que los anuncios de dentrífrico. Como las cocochas con falso 'risotto' (no es arroz, son semillas de trigo). Como la torrija de 'brioche' con helado de chocolate blanco con pimienta rosa...

Vale la pena dejarse aconsejar para escoger el trago que mejor le va a cada plato, y aquí hay que hacer mención al vino rancio con solera de 1931 que reposa en una damajuana a la vista de todos y que igual funciona de fábula con el particular 'mel i mató' del chef que con alguno de los quesos que ofrecen, otro de los puntos fuertes de la casa. Si tienes la billetera 'on fire' puedes pedir la botella más cara: un Chateau Cheval Blanc de 2016 que cuesta algo más de 1.300 €.

Quienes se quedan con ganas de probar más copas tienen la fortuna de que pueden volver a Público para acudir a alguna de las catas que montan regularmente o comprar las botellas que venden a precio de bodega y que, por cierto, solo cuestan 8 euros más si te las tomas allí mismo.

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