¡Cucharas en alto!
"¿Y si servimos cocido madrileño en Barcelona?"
El restaurante Molino de Pez triunfa cada jueves con uno de los platos emblemáticos de la capital española
La 'escudella i carn d'olla' es también una auténtica rareza en Madrid
7 grandes cocidos madrileños para entrar en calor
El cocido como nunca lo habías probado: en pizza, en cóctel, en dónut...
Ferran Imedio
Periodista. Redactor del canal Cata Mayor
Periodista barcelonés apasionado por su trabajo que lleva casi tres décadas escribiendo en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, donde ha pasado por las secciones de El Día por Delante, Sociedad, Gran Barcelona, Deportes, Exit e Icult. Ha sido coordinador de las páginas de Motor, responsable de Gente y de las páginas de gastronomía Gourmet's.
La pregunta que copa el titular de este artículo es literal, la pronunció Nino Redruello, propietario de Molino de Pez, y no fue un órdago al estilo 'agárrame el cubata'. Al contrario, sabedor de que Familia La Ancha, el grupo al cual pertenece el restaurante, luce orgulloso su adn madrileño, se plantearon llevar uno de los platos más emblemáticos de la cocina capitalina a Barcelona. Más aún cuando el local pretende ser una casa de comidas a imagen y semejanza de la casa madre de los Redruello en Madrid, La Ancha, donde se sirven platos tradicionales y para compartir.
La pregunta obtuvo como respuesta un éxito inmediato y descomunal. Tanto que van a mantenerlo en la carta hasta mediados de mayo, sin importar el calor que pueda hacer en las próximas semanas. Eso sí, solo está disponible los jueves, como manda la tradición madrileña.
"Estábamos convencidos de que iba a funcionar bien por varias razones. Primero, porque tenemos mucho público muy unido a Madrid. Segundo, porque no sabemos de ningún otro sitio en Barcelona donde lo sirvan. Y tercero, porque está buenísimo", asegura Jaime Santianes, cabeza visible de Molino de Pez y de Fismuler, el otro restaurante de Familia La Ancha en la capital catalana.
Y así ha sido, tal como explica Santianes ("se empezó a correr la voz y ahora el restaurante se llena de gente que viene a comerlo") y ha corroborado quien esto escribe, que acudió un jueves de marzo a probarlo y comprobó cómo varios clientes lo pidieron.
El canon manda servir el cocido en tres vuelcos, pero aquí se hace en dos "porque a mucha gente le gusta mezclar las verduras y las legumbres con la carne". De este modo, el primero es una sopa de picadillo en olla de barro con jamón ibérico, huevo cocido y un toque de fino de manzanilla. A continuación, viene el segundo, que es en realidad un dos en uno: los garbanzos pedrosillanos con repollo, la patata, la zanahoria, la morcilla y el chorizo, y las viandas (morcillo de ternera, pollo, gallina, panceta, tocino y, como guiño a Catalunya, butifarra blanca).
Para acompañar el cocido, como es tradición: cebolleta tierna, hierbabuena, piparras encurtidas y vinagre de Jerez. El precio es de 39 euros por persona.
Breve historia del cocido madrileño
No se sabe mucho del origen de este plato que hunde sus raíces en la Edad Media. Se sirve los jueves porque, según unas versiones, este era el día de mercado y se cocinaba un guiso parecido al actual para conservar mejor las carnes, y, según otras, era un plato que por su contundencia ayudaba a aguantar el ayuno de la vigilia de los viernes…
En el siglo XVI y XVII los garbanzos se hicieron muy populares con la famosa olla podrida, guiso que se establece comúnmente como el primero y más parecido al cocido. Un plato de pobres que se transformó en las distintas variantes por toda la península y, en Madrid, sedujo a aristócratas e incluso a la corte, que peregrinaba a restaurantes emblemáticos de la capital que lo servían.
Si en Barcelona el cocido madrileño es una rareza, lo mismo se puede decir de la 'escudella i carn d'olla' en Madrid. Son 'faves comptades'. Casa Jorge (Cartagena, 104) la ofrece en invierno para grupos y con encargo previo. Y forma parte de un menú que cuesta unos 40 euros y que se completa con un postre (crema catalana o sorbete de limón al cava) y un vino de Monistrol.
Por su parte, Can Punyetes, con dos locales en la capital (Señores de Luzón, 5, y San Agustín, 9), ofrece 'escudella barrejada' (6,20 euros) también en invierno. "Es sopa con garbanzos, algo de repollo... La verdad es que no es nuestra especialidad porque lo nuestro son las carnes a la brasa y los 'calçots'", avisan.
Queda claro que ni el cocido madrileño ni la 'escudella i carn d'olla' han cogido aún el puente aéreo ni el tren de alta velocidad que tantos pasajeros llevan entre Barcelona y Madrid.
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