Comer por menos de 15 €

Menú del día: Bar Timón, 'marinerismo' y familia en la zona cero de Barcelona

El centro de la ciudad es un drama pero aún podemos disfrutarlo gracias a casas de comidas como esta

11 restaurantes donde comer estupendamente al mediodía por menos de 20 €

Menús de mediodía: 11 restaurantes de Barcelona para comer por menos de 15 €

Dorada a la sal de Bar Timón

Dorada a la sal de Bar Timón / Alberto García Moyano

Alberto García Moyano

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Se conoce que ya esta va a ser la última entrega antes de concluir esta fructífera temporada, en la que se ha disfrutado mucho probando y repitiendo en casas de comida de Barcelona y también de fuera de ella, que no será por lugares, 'mon dieu'!.

También se conoce que esta última entrega es casualmente la 30ª de la sección, así que si ya el deber es dejarlo por lo alto, digo yo que vamos a intentar estar a la altura de las circunstancias. No obstante, en el momento de escribir estas líneas andaba con un dilema, pues tengo recientes tanto este recuerdo como el de una visita que dejo para arrancar la temporada que viene, de otro lugar realmente destacable; y me la dejo así porque hay que celebrar que hay amigos como Enric y Xavi (@debarenbarri), que te ponen sobre la pista de sitios como este. Y es que el Bar Timón es un bastión en casi la frontera de la plaza de Urquinaona.

Bar Timón

Jonqueres, 18. Barcelona

Tf: 93.310.35.07

Precio: 12,95 €

Quedé allí con Óscar, un tipo muy grande al que había convocado en un garito aparentemente pequeño y familiar, pero sin complejos. Una casa familiar que de alguna manera sustituye al desparecido Bar Asorey pero sigue dándonos esperanza en la zona. Ya me perdonaréis, pero no hay foto del frontal del lugar dado que el estado permanente de obras en Barcelona afectaba, en el momento de la visita, al ángulo fotográfico mínimamente requerido y, en general, a esta icónica calle que ya no tiene ni mantas ni oficina bancaria pero que seguimos paseándola con cariño.

No tengo por costumbre pedir de primero croquetas en menús del día, y no fue este tampoco el caso, pero debo decir que las de berenjena con miel y queso de cabra no apuntaban mal; ni tampoco el revoltillo de ajetes, espárragos y gambas.

'Gibrellada' (de sepia) de Bar Timón.

'Gibrellada' (de sepia) de Bar Timón. / Alberto García Moyano

Pero había 'gibrellada' (de sepia), así que 'avanti' con todo. Había el día marinero y estábamos en el lugar adecuado el día adecuado, cuanto menos. Gratamente sorprendido por la densidad y el punto de cocción de la sepia, echamos mano de la cesta entera de pan para drenar la cazuela y dejarla como los chorros del oro. No éramos los únicos en la sala entusiasmados, bien.

Butifarra con patatas fritas de Bar Timón.

Butifarra con patatas fritas de Bar Timón. / Alberto García Moyano

Finalizada esta primera ronda con éxito, a por el segundo. Mientras mi 'partenaire' fue directo a por la suculenta butifarra con tremendas papas fritas, servidor prefirió no despegarse del litoral y seguir con otra delicia del mar que cuesta encontrar en estas condiciones en un menú del día: una dorada a la sal. Fresca, al punto de cocción que la carne queda tierna y jugosa (¡cuánto juego da una dorada!) y con una generosa guarnición de patata, pimiento y tomate al horno que menuda ganga, pues vaya pieza. Hay que comer más pescado, caramba; y fresco (otros mejores deseos los dejo para nota).

'Tatin' de Bar Timón.

'Tatin' de Bar Timón. / Alberto García Moyano

Pero bien, aquí no acaba todo. Vamos a dejar esta temporada y esta 30ª entrega bien puestas, como les corresponde. Y eso porque el postre estuvo absolutamente en sintonía; nada como poder escoger entre su 'tatin' casera y su tarta de queso.

Tarta de queso de Bar Timón.

Tarta de queso de Bar Timón. / Alberto García Moyano

Enfrente mío se optó por la tarta de queso (de veras que la suelo pedir, pero le tengo algo de manía con esa forzada omnipresencia con la que carga) y servidora a por la 'tatin'. La cosa resultó en que entre ambos cruzamos cuchara y dimos cuenta de ambos postres por igual, porque realmente era complicado escoger sin renunciar a otra gran elección.

Está más que claro que el centro es un drama y mucho de lo que hagamos no servirá para (re)dignificarlo, pero asumiendo este hecho previamente, podemos seguir disfrutándolo, como permite el Bar Timón, además por el precio que cuesta hacerlo. Y es que este grado de 'marinerismo' y familia en nuestra zona cero tiene en este gran lugar, y pese a la reciente pérdida del Leonés o el Asorey, una inmejorable baza. De todas maneras, que no os lo cuenten: id y disfrutad.