Gastronomía asequible

Barcelona buena y barata: Agarimo, cocido gallego completo con todo incluido por 21 €

Este restaurante sirve un menú que incluye caldo con patatas y grelo, bandejas rebosantes de legumbres, chacinas y condumio del bueno, vino, postres, licorcito con la tarta y café 

Bandeja con el cocido gallego del restaurante Agarimo.

Bandeja con el cocido gallego del restaurante Agarimo. / Òscar Gómez

Òscar Gómez

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La palabra gallega 'agarimo' se puede traducir como mimo, cariño, un gesto de afecto. Cuando Manolo y Obdulia abrieron su restaurante hace 37 años y lo bautizaron con ese nombre, ya estaban dejando claras sus intenciones. Ellos son gallegos, con origen en la zona de Barco de Valdeorras (Ourense), y esto es lo que hay en el Agarimo: mucho cariño y mucho cocido gallego. Como todos los cocidos, el gallego es un monumento de cocina de evaporación y lentitud. En estos tiempos de vida acelerada, comer un cocido se ha convertido en un evento social. El cocido es ya más que un plato, se ha convertido en un lugar de encuentro

Entrada del restaurante Agarimo.

Entrada del restaurante Agarimo. / Òscar Gómez

Probablemente por eso en las mesas predominan los grupos. Mesas grandes repletas de amigos y familias en comunión de cucharada. Los sábados se llena de comilones locales -no supe distinguir a ningún turista entre la parroquia que abarrotaba el comedor, aún estando en el Eixample, ¡je!- dispuestos a devorar el menú de cocido gallego que lo incluye todo: caldo con patatas y grelo para empezar cuchareando, opulentas bandejas rebosantes de legumbres, chacinas y condumio del bueno, el vino, los postres, el licorcito con la tarta y hasta el café para terminar el paladeable paseo. ¿El precio? 21 euros. Parece mentira, pero es cierto.

Agarimo

Roger de Flor, 102. Barcelona

Tf: 93.245.20.88

Cocido gallego menú completo: 21 €

Este es un restaurante de mucha madera y ningún oropel. Un local a doble planta, vajilla modesta, servicio amable y una cocina capaz de provocar morriña y lagrimita de emoción en los comensales gallegos. Lo sé porque lo he visto, estuve allí y lo recuerdo. 

Dado que los catalanes tenemos poco conocimiento del grelo, la verdura predominante en las bandejas de cocido es el repollo -de gusto más suave que el punzante grelo-, pero un miembro de nuestro grupo era gallego y el mismo Manolo le ofreció gentilmente la opción de pasarse a esta verdura, que es la floración de la planta del nabo, y se consume en Galicia exclusivamente durante los meses de invierno. En Agarimo el servicio sabe ser cercano, simpático y derrochar oficio sin necesidad de andar haciéndose el tieso. 

El caldo gallego con patata y grelo es el primer plato del menú de cocido gallego del restaurante Agarimo.

El caldo gallego con patata y grelo es el primer plato del menú de cocido gallego del restaurante Agarimo. / Òscar Gómez

En la sopa, en el caldo -que en este restaurante no contiene fideos sino patatas y grelo- se percibe el bien controlado pero inconfundible aroma del unto, uno de los protagonistas en un buen cocido gallego. Esta grasa, parcialmente enranciada y que proviene de los intestinos del cerdo define la personalidad del plato junto al uso de embutidos ahumados como los chorizos y la androlla o 'butelo' (típica de la franja oriental gallega de donde la familia procede). 

Bandeja con el cocido gallego del restaurante Agarimo.

Bandeja con el cocido gallego del restaurante Agarimo. / Òscar Gómez

Luego llegarán los garbanzos y las carnes como el lacón, el jamón, el rabito de marrano, la gallina, la 'orella' y también la 'cacheira' o careta de cerdo. Todas ellas las encontrarás en la bandeja imperial que te sirven tras el cuencazo de caldo. Son carnes que tras ablandarse en la pota, adquieren personalidad gelatinosa y textura cimbreante. 

El personal no para de repartir con una sonrisa cuencos de caldo y bandejas de cocido. Aparecen constantemente, transportados en el 'elevaplatos' que conecta la sala con la cocina, situada justo debajo. Es un sistema perfecto de simpatía, buena cocina y buen trabajo. Una fiesta de sábado. Hay algo de gastrobelleza en el momento y expresión que se dibuja en las caras cuando esas bandejas llegan a la mesa y se depositan junto al plato. 

Tarta de Santiago y licor Meus amores del restaurante Agarimo.

Tarta de Santiago y licor Meus amores del restaurante Agarimo. / Òscar Gómez

Fíjate bien en la foto para hacerte a la idea de la cantidad de mandanga de la que hablamos. Droga dura para la dietética. Cada bandeja es para dos personas, y aunque somos de buen yantar e intentamos comer con 'xeito'... no pudimos acabar con todo. Una parte se vino para casa a terminar el festival al día siguiente. A re-disfrutar el buen momento pasado. 

Déjate algo de buche libre para los postres: tarta de Santiago con 'chupi' de licor Meus Amores o buen flan casero. Creo que poco a poco en Barcelona está rebrotando la cultura de hacer flan casero y hacerlo bueno. En el Agarimo, si las encargas con tiempo, también te pueden preparar 'filloas' para tener el festival gallego al completo.