Indefensión digital

Bombardeo de reseñas negativas a un restaurante ruso contra la guerra

La dueña de Ekaterina denuncia un ataque a base de comentarios falsos por su posicionamiento antibélico

Genya Petrova, cocinera y dueña del restaurante Ekaterina.

Genya Petrova, cocinera y dueña del restaurante Ekaterina. / Larysa Charnakal

Ferran Imedio

Ferran Imedio

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La guerra de Ucrania se está escribiendo a base, entre otras barbaridades, de bombardeos. Misiles, drones, aviones... Cualquier medio es válido para el ejército ruso para destruir a su país vecino.

Pero la guerra no solo se dirime en el terreno físico; también en el digital. Y no solo dentro las fronteras ucranianas; también fuera de ellas. Un ejemplo de ello es lo que le ha pasado a Genya Petrova, dueña del restaurante Ekaterina (Barcelona), que tras poner un anuncio en las redes sociales buscando camarera, comenzó a recibir un bombardeo de reseñas negativas en Google.

El lunes de la semana pasada, la cocinera publicó una oferta de trabajo para su "restaurante ruso contra la guerra", algo que ha subrayado desde que las tropas de Putin comenzaron la invasión hace ya un año. De hecho, durante un tiempo donó donó 5 euros de la sopa 'borsch' que preparaba a oenegés que trabajan en Ucrania (al cliente le costaba 7,5).

Petrova sospecha que algunos simpatizantes de la invasión quisieron castigarla por lo de estar contra la guerra y comenzaron a escribir en Google que se comía muy mal en su establecimiento y que su servicio era lamentable. En apenas dos minutos, tres comentarios pésimos, de una sola estrella, cuando de los más de 400 cosechados hasta entonces solo había obtenido esa nota una vez; el resto eran de cinco (la máxima nota) y alguna de cuatro.

Al cabo de un día, 30. Al día siguiente ya eran 50. En cuestión de horas, la nota media de 4,7 había bajado a 4,4. Petrova, desesperada, no pudo hablar con nadie de Google, a pesar de que buscó teléfonos y 'mails'... en Google. O saltaba el contestador o le devolvían los mails por haberlos enviado a una dirección que no existía.

"En dos dias no pude hablar con nadie. Y eso que pasé mis días festivos intentándolo", recuerda. Solo obtuvo respuestas automátivas vía correo electrónico en la que le comunicaban que esos comentarios no infringían ninguna norma y que no los pensaba retirar. "Es que no los verifican. Lo avisan en la misma web", resopla.

"¡Detener ratas!"

"Pero era evidente que eran falsos, porque, por ejemplo, uno de ellos decía que le había servido un 'strogonoff' (carne guisada con setas) con carne de conserva de cerdo cuando lo hago con ternera, y que valia 27 € cuando nunca he tenido este precio", explica. En otros se podía leer "¡detener ratas!". Muchos pertenecían a usuarios que no tenían más actividad que el comentario contra Ekaterina.

"Ya se veía que era una actividad fuera de lo normal. ¿De verdad no ven que es un ataque?", se queja con amargura la empresaria, que lamenta "lo fácil que resulta tumbar un negocio" y lo indefensa que se ha llegado a sentir en esta situación en un momento tan complicado por la subida de precios de las materias primas y la energía que necesita para poner en marcha su restaurante cada día. "Ni siquiera tengo la opción de no aparecer en las reseñas".

Por fortuna para ella, en su perfil de Facebook tiene a numerosos amigos y clientes, a los que explicó su caso. Casi 200 comentarios generó entre sus seguidores, que decidieron apoyarla publicando a su vez reseñas positivas de su restaurante, al que sí habían ido, y de paso denunciando los negativos. Entonces Google sí que se puso manos a la obra y borró los malos, que casi llegaron al centenar. Tras el bombardeo defensivo, su nota está en 4,6.

Suscríbete para seguir leyendo