Origen franquista

Silos, las catedrales olvidadas dedicadas a la agricultura

La Red Nacional de Silos y Graneros, creada tras la Guerra Civil para asegurar un abastecimiento de cereal, conforma una obra arquitectónica única en el mundo

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Silo de Malagón

Silo de Malagón / Óscar Hoyos

Rosa Molinero Trias

Rosa Molinero Trias

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Al pasar por alguna de las carreteras nacionales españolas es común ver unas edificaciones imponentes, de gran altura, que parecen abandonadas. Son los antiguos silos de trigo y cereal que pertenecían a la Red Nacional de Silos y Graneros, creada tras la Guerra Civil para asegurar un abastecimiento de cereal que desde principios de siglo era muy inestable.

Los bajos rendimientos del campo y la gran fluctuación de precios, así como la sequía que siguió a la guerra y el mal estado de los campos tras la contienda, llevaron al gobierno franquista -que ya había establecido en 1937, en los territorios sublevados, el Servicio Nacional del Trigo y la Ley de Ordenación Triguera- a regular la producción de trigo mediante la construcción de una Red Nacional de Silos y Graneros formada por más de 667 silos construidos entre 1949 y 1990 que impactó visualmente y en gran medida en el paisaje rural español.

Silo de Ávila.

Silo de Ávila. / Jacinta Lluch Valero (Wikimedia Commons)

La infraestructura de silos fue ideada por el subsecretario del Ministerio de Agricultura de la época, Dionisio Martín Sanz, ingeniero agrónomo de profesión que trabajó en el proyecto asesorado por ingenieros del régimen nazi. Inicialmente, la propuesta tenía prevista la construcción de unos 437 silos y 631 graneros, que fue superada por la realidad con un total de más 667 silos (la cifra varía según el investigador) y 277 graneros.

Los silos tenían el objetivo principal de ser grandes espacios de almacenaje en los que movilizar el grano fácilmente, fuera llenando o vaciando sus celdas para seleccionarlo o incluso evitar que fermentara. Por ello, servían también para lo siguiente, según detalla Carlos Barciela en 'Ni un español sin pan La Red Nacional de Silos y Graneros' (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2007): posibilitar la compra de trigo, que era un monopolio del estado, a los agricultores; conservar una reserva nacional al final de cada campaña para evitar la escasez de grano en el mercado y así regular los precios entre cosechas; permitir la recepción en puerto de los trigos de importación y, de haberlos, la exportación de excedentes; manipular los granos adecuadamente para seleccionar y tratar el grano en pro de ofrecer al agricultor semillas de mayor rendimiento.

Silo de Tendilla (Guadalajara).

Silo de Tendilla (Guadalajara). / Asier Herz

Sin embargo, y esto hace de la red una obra arquitectónica única en el mundo, tenían una gran diversidad en tanto que su ubicación, los años en los que fueron construidos y los distintos materiales empleados influyeron en su apariencia. De esta forma, tal y como explica César Aitor Azcárate Gómez en 'Catedrales Olvidadas: La Red Nacional de Silos en España' [T6) Ediciones, 2009], se establecieron un total de 26 tipologías diferentes para las 941 construcciones de la red, de las cuales 667 son silos que a su vez se clasifican en 35 tipos distintos.

“Los silos de la Red Nacional han sido no solo uno de los más importantes episodios de construcción pública realizados desde el ámbito de la ingeniería, sino también un fascinante episodio arquitectónico”, afirma Azcárate Gómez, que defiende con su obra la pertenencia de los silos al patrimonio industrial agroalimentario.

Silo de Saldaña.

Silo de Saldaña. / Borja Barba

De esta forma, existían distintos silos según su función fuera de recepción, para almacenar cereal en áreas productivas, de capacidad media-pequeña; de tránsito, para recibir cereal de áreas productoras y distribuirlo en áreas consumidoras; o de puerto, para importar y exportar cereal. Esta clasificación ha sido refinada por investigadores como Carlos Mateo Caballos dada la amplia diversidad arquitectónica de los silos.

La distinta operatividad hacía variar sus partes, que son las siguientes: las celdas de almacenamiento son grandes depósitos verticales adosados de tal manera que forman filas; la torre elevadora estaba dispuesta de la maquinaria que eleva el grano desde el foso donde se había descargado hasta la galería superior, donde a su vez se distribuye el grano hacia las celdas; galería inferior, donde se ubicaba la maquinaria mencionada, así como básculas y otras herramientas para distribuirlo en sacos.

Silo de Córdoba

Silo de Córdoba / Américo Toledano (Wikimedia Commons)

Así lo relata la divulgadora ambiental Caridad Calero en 'Conocer la agricultura', que explica que además muchos silos contaban también con una marquesina para proteger el cereal y a los agricultores del fuerte sol de la época de cosecha.

Silo de Málaga, ya derruido

Silo de Málaga, ya derruido / www.silosygraneros.es

Hubo castillos que se convirtieron en silos, como el castillo de Arévalo (s.XII-s.XIII), que cumplió su cometido como silo entre 1953 y 1977 y hubo silos, como el de Ávila, decorados según el estilo del régimen, con mucha pompa, tal y como requerían las obras públicas de aquel entonces, y otros majestuosos como el de Córdoba, que fue el primero en construirse. Pero a finales de los años 50, dice Calero, por practicidad y economía, las dimensiones de los silos se redujeron y su apariencia fue más sobria.

La mayoría de silos cayeron en desuso en 1984 con el fin del monopolio cerealístico y la entrada de España en la Comunidad Económica Europea dos años más tarde. No obstante, 141 silos y graneros de ellos siguen en activo en lo que se conoce como Red Básica de Almacenamiento Público. El resto se ha ido cediendo a las autoridades pertinentes de la región, que los han abandonado o bien los han transformado en equipamientos públicos como bibliotecas, museos o teatros, como el Silo de Fuentes de Andalucía, el de Pozoblanco o el de Carmona o han sido vendidos para su transformación en hoteles o balnearios, como el caso del Centro Termal Los Pedroches, en Alcaracejos (Córdoba).