Una década antes
Las dos cadenas de hamburgueserías que se adelantaron a la llegada de McDonald's a Barcelona
Dónde estaban los primeros locales y qué supuso para la ciudad la llegada de la comida rápida americana
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David Martínez Herrada (@Historiesdebcn)
La convención de McDonald’s en Barcelona ha visibilizado la presencia de esta compañía en la ciudad, donde lleva ya más de 40 años. Actualmente tiene 24 locales esparcidos por zonas turísticas, calles de barrio, centros comerciales y hasta la ronda Litoral. Pero sus primeros pasos se concentraron en el corazón de la ciudad. Llegó de la mano de dos empresarios catalanes, Ricard Balil y Felix Llonch. El 14 de abril de 1982 inauguraron la primera franquicia de la multinacional en la calle Pelai, 62, que todavía sigue abierta.
Aquel fue el estreno formal, con la asistencia incluida del embajador estadounidense. Días más tarde, coincidiendo con la diada de Sant Jordi, tuvo lugar una fiesta más popular en la plaza Catalunya, con espectáculos infantiles, castellers y el debut del payaso Ronald McDonald en la ciudad condal.
Un año más tarde, McDonald's irrumpía en la Rambla, esquina con Ferran, en el local de la histórica armería Beristain. Aún lo conserva. A la vez, empezaba a expandirse más allá del centro de la ciudad, con un restaurante en la calle Creu Coberta.
El otro gigante del sector, Burger King, no tardaría en llegar. Aterrizó en Barcelona en 1983, un año después que McDonald's. Lo hizo en un local muy cerca de su competidor, en la Rambla, 135, sustituyendo al histórico bar Canaletas. La reforma respetó parte de la decoración del antiguo bar, como la balconada interior de madera, que todavía se conserva. Unos meses más tarde, la cadena abrió un segundo establecimiento en lugar del restaurante Navarra, en la esquina del paseo de Gràcia con la calle Casp.
Controversia ciudadana
La eclosión del 'fast food' en los años 80 generó una gran controversia entre los barceloneses. Frente a los entusiastas de vivir aquello que tantas veces habían visto en el cine, se alzaban voces que lamentaban la pérdida de las tabernas tradicionales, reemplazadas por locales de comida estandarizada. No es extraño, pues, que McDonald's acompañase su desembarco con guiños a la cultura catalana, llegando a organizar cantadas de habaneras en sus restaurantes.
Wimpy, la hamburguesería pionera
Lo cierto es que cuando el Whopper y el Big Mac llegaron a la ciudad, los barceloneses ya hacía una década que conocían la comida rápida americana. La pionera de las hamburgueserías en Barcelona fue Wimpy, una cadena nacida en el área de Chicago, cuyo nombre se inspiraba en un personaje de “Popeye” (conocido en España como Pilón), entusiasta de las hamburguesas. En 1954, gracias a un acuerdo con una empresa británica de catering, Wimpy se convirtió en la primera cadena estadounidense de 'fast food' en exportar su modelo de negocio a Europa, adelantándose veinte años a McDonald’s.
La primera franquicia de Wimpy en Barcelona abrió en noviembre de 1972. Situada en la Rambla, 79, junto a la Boqueria, su promotor fue Sadrudin Jaffer, un empresario británico de origen indio, que ya regentaba dos establecimientos en Torremolinos y Benidorm.
En 1973, Wimpy abrió un segundo local en la calle Fontanella, 3, y en 1978 sumó un tercero en el Drugstore David, de la calle Tuset. Paralelamente, la cadena británica inició su expansión por el resto de Catalunya, especialmente en la Costa Brava.
En 1983, ya en plena competencia con las grandes multinacionales, abrió un nuevo restaurante en el número 126 de la Rambla. Fue el canto del cisne. En 1986 Wimpy bajó la persiana de su último local en Barcelona, ahogado por las deudas y con un encierro de los trabajadores de por medio. Hoy en día, la marca conserva algunos restaurantes en Sudáfrica y el Reino Unido.
Pokin's, icono 'boomer'
Pokin's fue otra cadena que se adelantó a la llegada de McDonald's y Burger King a Cataluña. El primer Pokin's abrió en 1979 en la plaza Francesc Macià. En poco tiempo se hizo muy popular, sobre todo entre los jóvenes del 'Upper Diagonal'. Además de las clásicas 'burgers' americanas, su oferta gastronómica incluía algún guiño local como el Biki-Bun, un bikini con pan de hamburguesa.
Y es que, a pesar de su nombre y estética americana, Pokin's fue el primer 'fast food' de capital catalán. Sus propietarios eran la familia Ruiz de Alda, que en 1986 diversificaron su oferta con una nueva cadena, Bocatta, que apostaba por el bocadillo de toda la vida, en pan de barra.
Al establecimiento de Francesc Macià se sumaron otros tres: uno en la calle Pelai y dos en el Portal de l'Àngel. Posteriormente, abrió en el centro comercial Maremagnum y en la ronda de Sant Antoni, a menudo compartiendo espacio con Bocatta, que progresivamente fue ganando terreno a las hamburguesas.
El declive de Pokin's se inició en los años noventa, hasta desaparecer definitivamente a principios de los 2000. Pese a todo, y a diferencia del olvidado Wimpy, Pokin's es todavía muy recordado por los barceloneses, que lo han convertido en un icono de la nostalgia 'boomer'.
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