La oposición municipal

Sirera pide por carta a Collboni la retirada de los cojines berlineses de las calles de Barcelona

El PP esgrime como causas el peligro para motoristas y ciclistas y la falta de regulación de los elementos de reducción de la velocidad

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Un cojín berlines en una calle de Barcelona.

Un cojín berlines en una calle de Barcelona. / Manu Mitru

Toni Sust

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Los cojines berlineses son elementos que se generalizaron en varias calles de Barcelona en el marco de la ofensiva de los gobiernos de Ada Colau para que los vehículos privados redujeran la velocidad. Si usted va en moto por la capital catalana ya se habrá acostumbrado a rodearlos con atención para evitar el salto brusco que provocan.

El PP ha pedido por carta al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, la retirada de estos elementos, que tienen un grupo considerable de detractores, como también cuentan con sus defensores: algunos vehículos tienden a despreciar los límites de velocidad por sistema, y los cojines contribuyen a impedirlo.

Motos y bicicletas

Se instalaron en las vías en las que la velocidad máxima es de 30 km/hora, cuyo grueso son las urbanas de un único sentido de circulación, y el grupo que preside Daniel Sirera esgrime varios motivos en su carta al alcalde, que de hecho firma el concejal portavoz, Juan Milián.

Sobre su petición, a la que este diario ha tenido acceso, Sirera afirma: “Hay otras maneras de limitar la velocidad de los vehículos, sin elementos tan peligrosos para la vida de los propios conductores”.

La misiva, enviada por los populares al alcalde el 15 de marzo, sostiene sobre los cojines: “La realidad es que dichas plataformas, de materiales diversos, constituyen un peligro para la circulación de las motocicletas y bicicletas por dos motivos”.

Los motivos

El primer motivo esgrimido por el PP es que los “materiales de construcción” de las piezas no son, subraya el texto, “antiadherentes ni antideslizantes”. Por ello, prosigue la carta, cuando el suelo está “húmedo o mojado” se convierten en “una superficie deslizante altamente peligrosa”: “Los bordes de dichas plataformas son biselados, lo que favorece los patinazos”.

La carta apunta un segundo motivo: “Al ser plataformas adheridas al firme de la vía generan desniveles e irregularidades que también dificultan la circulación haciéndola más peligrosa en los casos en que las ruedas de las motocicletas o las bicicletas se deslizan por esas zonas irregulares, junturas o desniveles”.

Falta de regulación

El grupo municipal recuerda que son varias las asociaciones y entidades de usuarios de motos y bicicletas las que han señalado el peligro, en gran parte por el riesgo que supone las maniobras que se hacen para esquivar los cojines berlineses.

El PP también aborda lo que considera falta de regulación para la instalación de los elementos en la calzada: “No han existido informes previos sobre las consecuencias de su uso, ni un control y regulación técnica previa sobre el resultado de los materiales usados bajo condiciones meteorológicas adversas, como humedad o lluvia”.

Los populares señalan que tampoco ha habido “regulación a nivel protocolario o reglamentario” que “justifique y valide” los cojines berlineses, cuya figura creen que debía constar en alguna ordenanza o reglamento antes de ser implantado y de la que destacan que una orden del Ministerio de Fomento juzga ilegal. El grupo subraya que la ley de tráfico prohíbe los elementos que “modifiquen las condiciones apropiadas para circular”. Por todo ello, la carta reclama a Collboni la “retirada preventiva” de los cojines. En 2021, el grupo de Ciutadans, hoy sin representación en el consistorio, ya intentó que desaparecieran de las calles. Sin éxito.

Más de 800 instalados

El gobierno municipal informó en la comisión municipal de urbanismo de marzo que hay 834 cojines berlineses repartidos en unas 600 ubicaciones de Barcelona. El teniente de alcalde Jordi Valls desglosó los datos por distritos, precisamente a petición del PP: donde más proliferan es en el Eixample, con 172 reductores de velocidad de este tipo. Aparte, se cuentan 116 instalados en Sant Martí, 114 en Sants-Montjuïc, 95 en Sarrià-Sant Gervasi, 85 en Nou Barris, 81 en Les Corts, 55 en Sant Andreu, 47 en Horta, 40 en Gràcia y 28 en Ciutat Vella.

Valls defendió que los cojines contribuyen a una "mejora de la seguridad" viaria en calles de velocidad reducida y rebatió que genere riesgo de caídas o accidentes. "Cualquier moto o vehículo que vaya a 30 kilómetros por hora no debe por qué tener dificultades", postuló el socialista.