Monbus

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Bus de Barcelona hacia Manresa de Monbus, dondehay una veintena de personas de pie y sentadas en el suelo

Bus de Barcelona hacia Manresa de Monbus, dondehay una veintena de personas de pie y sentadas en el suelo / G. C.

Gemma Camps (Regió7)

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El servicio de autobús entre Manresa y Barcelona, del cual tiene la concesión la empresa Monbus, pasó a finales de año una auditoría que se suponía que debía servir para mejorarlo, después de las numerosas críticas que ha recibido por parte de los usuarios. Una auditoría que recogió valoraciones en la misma parada que este diario espera poder explicar detalladamente, después de solicitarla hace días al responsable directo de la línea, el Departamento de Territorio, que la encargó. El desorden del servicio es palpable diariamente.

De un año a otro, el precio del billete sencillo ha pasado de costar 8,55 euros a 9,15 (un 7% más). Si es un viaje de ida y vuelta, asciende a 18,30 euros, un precio que habla mucho de la apuesta de la administración a favor del transporte público. Mucha gente aprovecha las tarjetas multiviajes, que abaratan el costo, pero no es descabellado reclamar un precio más ajustado si la persona hace el trayecto de ida y vuelta el mismo día. ¡Importante! El usuario debe tener en cuenta que debe llevar el importe exacto o billetes pequeños, porque, de lo contrario, el conductor se enfada porque no tiene cambio y corre el riesgo de que no lo deje subir. ¿Pagar con tarjeta o con móvil a través de datáfono? No. No es viable.

En el viaje de la mañana, el autobús sale bastante puntual de la plaza de Valldaura. Aunque no es hora punta, es un autobús de dos pisos. Ya llega con mucha gente de la primera parada, en la Estación de Autobuses. Como no es directo, aterriza en la última parada de Barcelona casi una hora y media después. Sin embargo, la historia no está en este viaje, no. Está en el de vuelta. Para echarse a temblar.

El de las 18:15 no ha pasado

Veinte minutos antes de que salga el autobús de las 18:30 de la tarde de la Gran Via de las Corts hacia Manresa, ya hay una buena cola en la parada. Se mezclan los que cogen el directo hacia Olesa de Montserrat, que sale a la misma hora, y el directo hacia Manresa. El anterior, de las 18:15, en la capital del Bages, no ha pasado o no ha parado, y hay bastante gente. Cuando llega el vehículo que va a Manresa, prácticamente se llena. También llega el de Olesa.

A partir de aquí, el conductor ya empieza a ponerse un poco nervioso porque le quedan cuatro paradas en Barcelona y prácticamente no hay espacio. En la siguiente, la de Córcega, todavía hay quien puede encontrar asiento, pero ya hay quien tiene que ir de pie. Cuando llega a la de Maria Cristina y a la del Palau Reial, hay bastante gente que hace rato que espera, porque hay mucho tráfico y el autobús va tarde. Apenas abrir la puerta, ya les avisa que no hay sitio y que, si quieren subir, tendrán que ir de pie. Los urge a decidirse y hay un momento de tensión. A los más jóvenes ya les va bien, pero hay una persona mayor que decide esperar el autocar siguiente que, según los horarios, debería salir a las 19:10 de Gran Via, pero que el conductor desconoce si ha pasado o no. No tiene ni idea. No la puede ayudar.

Algunas tarjetas para pagar el viaje no funcionan, pero deja entrar igualmente a los chicos que la llevan. Uno lleva la de su hermana. En teoría, no debería usarla. Da igual. Se ve claramente que el conductor está preocupado porque el servicio que está ofreciendo es pésimo y la gente se queja y hace comentarios en voz baja.

Antes de hacer la última parada donde aún se detiene, llama a un compañero que también está haciendo este trayecto (¿el de las 18:15?) y le pregunta si tiene sitio porque ya se ve venir que en la parada de Zona Universitària tendrá que pasar de largo y dejar a mucha gente colgada. Le dice que va lleno como él. Hablan de más de 70 personas en cada caso.

Efectivamente, pasa de largo de la Zona Universitària, donde hay mucha gente haciendo cola. Convertido en un autobús patera, con una veintena de personas de pie y sentadas en el suelo, en una incorporación ya fuera de la zona urbana, tiene que frenar bruscamente porque hay retenciones y hay alguna exclamación. Finalmente, a cinco minutos para las 20:00 h de la tarde, llega a Manresa. Ha salido a las 18:30 y era directo.

Novedades poco útiles

En el autobús de la mañana hay propaganda de Monbus en el tablero. La empresa informa que ha estrenado web (catalunya.monbus.es), atención telefónica (¡no indica el número!), que está en X (antes Twitter) y que en las paradas hay códigos QR con información de los horarios. La nueva web, de la cual también hay propaganda colgada en la Estación de Autobuses, se supone que debe informar del paso de los autobuses en tiempo real. No lo hace. A finales de año, como informó Regió7 el pasado miércoles, se debe renovar la concesión o cambiarla. Queda dicho de nuevo.

Mientras tanto, el tren de Renfe, que es el servicio de transporte público óptimo que debería tener una capital como Manresa para ir y volver de Barcelona con rapidez y comodidad, sufre, día sí día también, alguna avería, y el desdoblamiento de la C-55 sigue siendo una utopía. ¡Viva!