La evolución de la hostelería

Barcelona alcanzó 1.331 traspasos más un centenar de nuevas licencias de bares y restaurantes en 2023

Desde 2108 se han producido 7.239 relevos en la hostelería local, con el Eixample a la cabeza

Tres mapas para entender el plan de usos del Eixample

Se traspasa restaurante en Barcelona

Barcelona batió su récord de nuevos bares y restaurantes en 2019

Un grupo come en Alli Ocakbasi, el nuevo restaurante turco de moda en Barcelona.

Un grupo come en Alli Ocakbasi, el nuevo restaurante turco de moda en Barcelona. / EP

Patricia Castán

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Los 'foodies' y los comensales más inquietos de Barcelona, adictos a descubrir constantemente nuevos espacios gastronómicos, no habrán dado abasto en 2023, cuando la ciudad registró la cifra más alta de traspasos de bares y restaurantes como mínimo de los últimos siete años. Fueron 1.331 los negocios que cerraron y otros tantos los emprendedores o empresas que volvieron a levantar la persiana con una nueva aventura culinaria. A estos se suman 109 nuevos establecimientos (en un local donde antes había otro negocio), que por contra suponen la cifra más baja en dicho periodo, posiblemente por las restricciones y planes de usos que se han ido implantando en distintas partes de Barcelona donde ya no se pueden obtener este tipo de licencias. En total, en la serie analizada desde 2018 a la que ha tenido acceso este diario, el volumen de nuevos establecimientos supera el millar en todo ese tiempo, mientras que los traspasados han sido 7.239.

El sector de la hostelería siempre se ha caracterizado por su dinamismo en la capital catalana, donde parece mucho más fácil inaugurar un negocio de este tipo que mantenerlo durante años: las inversiones necesarias, las modas, la fuerte competencia, el aumento de precios de las materias primas y suministros son una montaña de obstáculos para muchos hosteleros. Las crisis económicas junto o la pandemia se ceban primero con las estructuras empresariales más frágiles y las que soportan una gran deuda, pero a su vez alimentan los relevos de quienes encuentran más oportunidades para montar su proyecto. Por ello, incluso en pleno año covid, los traspasos y novedades sumaron 939, aunque muchos no encontraban inquilo con rapidez. Desde entonces, los primeros han ido aumentando hasta superar los 1.318 contabilizados en 2019 (año de récords turísticos).

La fachada del restaurante Tangana.

La fachada del restaurante Tangana, en Gràcia, abierto en 2023. / ELISENDA PONS

El alto volumen de traspasos registrado en la serie recopilada por el ayuntamiento (que ha sido depurada y ya no incluye tiendas con degustación) es interpretado por la concejala de Comercio, Restauración y Mercados, Raquel Gil, como un signo de "dinamismo", dado que se percibe un gran interés en reabrir cualquier restaurante o bar que busque relevo. "Hay mucho movimiento entre profesionales", señala. La paulatina caída de nuevas licencias se asocia, desde el sector, a las moratorias y planes de usos que han limitado nuevos negocios de hostelería en los últimos años. Un caso llamativo es del del Eixample, que en 2018 ganó 98 establecimientos, mientras en 2023 solo incorporó 17, al margen de los 385 traspasos. Cuando un negocio cierra le llueven los novios, en especial en calles como Enric Granados, donde la marcha del entrañable La Polpa ha dejado paso a Ali Ocakbasi, que eleva el listón de la cocina turca en la ciudad. En ese distrito se ubica también el restaurante Mantis, elegido por los lectores de El Periódico como mejor de 2023.

Mercado muy activo

Gil destaca que habiendo un mercado muy activo de traspasos, muchos empresarios prefieren esta vía porque resulta más fácil alquilar un local que ya ha tenido ese uso y licencia previa, e incluso todo el equipamiento necesario. Y es que aunque los restaurantes más mediáticos y de grandes grupos siempre rediseñan los espacios de acuerdo a su propuesta, los datos incluyen también muchos pequeños bares-restaurantes de barrio donde el cambio de titularidad a veces no trae un solo cambio en la oferta ni el aspecto del negocio. Es el caso de los cientos de locales que han pasado a manos de emprendedores chinos, por ejemplo.

Desde DHB Asesores y consultores de inversión, especializados en hostelería, Francisco de Haro aprecia en las cifras del año pasado una doble lectura. Por un lado se han ofertado más locales porque tras los créditos ICO otorgados en la pandemia muchos empresarios no pudieron cerrar el negocio a corto plazo porque las ayudas exigían la continuidad. Pero finalmente los que no han podido remontar sus finanzas han sido puestos en el mercado. Y al otro lado, se han encontrado a muchos inversores foráneos buscando espacios. "Saben que aquí la inversión no se amortiza tan rápido como en Madrid, pero hay mucho interés por Barcelona", apunta. Especialmente por su tirón turístico internacional. Las buenas ubicaciones vuelan y los alquileres ya son los de la prepandemia, afirma.

David Romero y Toni Solans, propietarios del restaurante Mantis.

David Romero y Toni Solans, propietarios del restaurante Mantis. / Joan Cortadellas

Y es que la capital catalana no tiene una gran actividad nocturna entre semana, pero sí un volumen de viajeros de todo el mundo que suponen un filón en las zonas más céntricas y visitadas. El caso estrella vuelve a ser el Eixample, donde a su tamaño y volumen de población residente se suman el reclamo de sus ejes comerciales 'prime', su concentración de oficinas y servicios y el aluvión de turistas que se dividen sobre todo entre el distrito de Cerdà y Ciutat Vella (donde la mayoría de territorio no permite nuevas aperturas, 15 el año pasado, frente a 135 traspasos, con proyectos ambiciosos como el de Romain Fornell con Azul --en un fabuloso mirador sobre la Nova Bocana que antes ocupó el restaurante Blue Spot, con Gerard Piqué como socio--, que precisamente esta semana ha abierto su nueva temporada).

Echando la vista atrás, con más perspectiva, el Eixample en los últimos siete años ha sumado 2.081 traspasos, que suponen el 28% de los de toda la ciudad, mientras que las nuevas licencias en ese periodo (335) representaron un tercio del total. Tras esa hiperactividad se sitúa desde hace años Sant Martí, con 971 traspasos. El año sumó 17 nuevos locales y también fue segunda en traspasos (169), por el empuje económico de zonas en transformación como el 22@, entre otros factores, añade Gil. El podio retrospectivo lo cierra Ciutat Vella con 839 negocios que cambiaron de operador.

El equipo de Azul, que lidera Romain Fornell, se prepara antes de iniciar una jornada, en la Nova Bocana del puerto.

El equipo de Azul, que lidera Romain Fornell, se prepara antes de iniciar una jornada, en la Nova Bocana del puerto. / EP

Por detrás se sitúa Sants-Montjuïc, con 156 relevos, y una docena de novedades. Mientras que el distrito que sumó menos cambios el año pasado fue Les Corts (entre ambos, 68). Y el que menos engorda su oferta hostelera es Gràcia, con una sola apertura nueva, en un territorio ya desbordado de actividad (y restringido) en sus zonas más atractivas para los inversores.

Los datos alcanzan hasta enero de este año, que apunta a mantener la misma tendencia, ya que solo en enero se han consignado 151 traspasos de bares y restaurantes, el Eixample (35) y Ciutat Vella (17) en el apartado de locales que cambian de titular. En nuevas licencias empieza el año a la cabeza Sant Andreu, al estrenar tres negocios de hostelería.

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