Las VTC denuncian una "caza de brujas política y policial" antes del Mobile World Congress

Quizás se acuerden de la deuda que el Govern contrajo con las farmacias hace 10 años. Llegó a deberles más de 220 millones de euros. Daba la sensación de que la Generalitat tapaba todos los agujeros menos ese, a sabiendas de que el gremio era manso y no saldría a la calle con machetes y pancartas. Ahora pasa un poco lo mismo con las VTC, las licencias de alquiler de vehículos con conductor. No les deben dinero, pero la administración les zurra de lo lindo desde 2019, alentada por la contraparte, un sector del taxi que sí sabe cómo poner contra las cuerdas a los gestores públicos. Lo último ha sido una campaña de inspecciones que ha terminado con decenas de coches inmovilizados o en el depósito. "Ya nos queda poco que perder", asegura la patronal de las VTC clásicas. La era de la docilidad parece que llega a su ocaso: se movilizarán durante el Mobile World Congress.

La Guardia Urbana inició el pasado lunes una campaña de control de vehículo VTC con el objetivo de "prevenir los incumplimientos, el intrusismo y la competencia desleal". La policía local no ofrece por ahora datos del dispositivo, que seguirá activo hasta el domingo, pero en un mensaje en su cuenta de Twitter aseguraba que solo el martes se habían inspeccionado 101 vehículos, con el resultado de 81 infracciones denunciadas y 30 coches inmovilizados. La última batida, en octubre de 2023, se cerró con 318 denuncias. Propietarios de licencias aseguran que han tenido que pagar hasta 4.000 euros para poder recuperar el automóvil.

Unos sí, otros no

A esto hay que sumarle el anuncio realizado ayer por Tito Álvarez, portavoz de Elite Taxi, sobre el acuerdo alcanzado con distintos partidos políticos para que los nuevos taxistas y todos los conductores de VTC tengan que acreditar el nivel B2 de catalán para poder ejercer su profesión. Condición que, sin embargo, no se aplicaría de manera retroactiva a los taxistas que ya tengan la credencial. Los chóferes de VTC, además, si se cumple lo pactado, tendrán que pasar un examen para poder trabajar, como sucede en el caso de los taxistas.

Añadan los decretos aprobados por el Govern en 2019 y en 2022, que ya restringieron el sector (precontratación de 15 minutos, longitud mínima del coche, obligación de volver a la central entre servicio y servicio...) y la nueva licencia urbana que otorga el Área Metropolitana de Barcelona, que es la única que permite realizar servicios entre las 36 ciudades que forman este ente supramunicipal.

La asociación VTC Gran Turisme agrupa a más de 500 licencias. Representa a la parte tradicional del sector, la que existía antes de que entraran en el tablero del transporte plataformas como Uber, Cabify o Bolt. Romà Llort es su portavoz y advierte de que esta "caza de brujas puede terminar muy mal". "Guste o no, somos un sector necesario, sobre todo para grandes eventos como el Mobile. Pero también para la Copa América, y nos planteamos muy seriamente decir 'no' a cualquier servicio que nos soliciten y que el taxi lo haga todo. Si pueden".

Lo que ya han hecho es solicitar permiso de manifestación para las 10 de la mañana de los días 27, 28 y 29 de febrero, durante la celebración del Mobile. Todavía no han concretado, pero la idea es concentrarse en la plaza que queda justo delante de la entrada del recinto de Fira de Barcelona en L'Hospitalet, en el que se celebra el congreso.

La nueva ley

Llort lamenta esta "persecución" en un momento en el que ambos sectores, VTC y taxistas, están a la espera de que el Govern presente su propuesta de ley de transporte de vehículos de hasta nueve plazas, cosa que debería suceder, esa es la promesa, en algún momento de este primer trimestre del año. La nueva normativa, que substituirá la ley del Taxi de 2003, establecerá las reglas de juego por separado: taxistas, VTC clásicas, VTC de plataforma y empresas de intermediación (como Free Now).

"Esta campaña de hostigamiento no solo perjudica a los profesionales de las VTC, también socava la imagen de Barcelona"

José Manuel Berzal

— Presidente de Unauto

Las principales patronales del sector de la VTC, Unauto, Feneval VTC y VTC Gran Turisme de Catalunya han compartido su malestar a través de un comunicado en el que hablan de "persecución policial y política". Sin concretar, no descartan "la posibilidad de llevar a cabo un paro" del sector durante el MWC "si persiste el clima de hostilidad hacia el sector". Pueden dar por seguro que hasta el domingo serán fiscalizados por la Urbana. Ahí queda la amenaza, pero la historia dice que los taxistas sí son capaces de poner la ciudad patas arriba. Y las VTC, aunque serían capaces, no lo han hecho nunca; alguna protesta puntual, a lo sumo. Las farmacias, recuerden...

Sobre el nivel B2 de catalán, Llort admite que tienen algún conductor que no se defiende bien con el catalán, pero recuerda que su público es en gran medida extranjero. "Hablan inglés, ruso, castellano o francés, que son los idiomas habituales de nuestros clientes. Si tenemos que despedirles porque no consiguen el B2 de catalán, ¿quién pagará la indemnización? No tiene ningún sentido". José Manuel Berzal, presidente de Unauto, denuncia que esta "campaña de hostigamiento no solo perjudica a los profesionales de las VTC, sino que también socava la imagen de Barcelona". "Nos enfrentamos a una situación inaceptable, donde el acoso persistente por parte del taxi de Barcelona ahora parece contar con el respaldo de la Guardia Urbana", sostiene.

Esta campaña se produce en un contexto de liberalización de licencias para poder cubrir toda la demanda del MWC. Los taxistas podrán saltarse su día de fiesta semanal y las VTC de otras comunidades autónomas podrán venir a Barcelona para hacer su particular agosto. Después, vuelta al invierno.