Seguridad en la ciudad

Barcelona reclama "endurecer el Código Penal" para combatir la delincuencia urbana y las mafias de narcopisos

La Guardia Urbana insta a analizar con IA la información que permita las estrategias de actuación policial

Los delincuentes multirreincidentes no entrarán en prisión hasta 2024

Qué hay detrás de la nueva crisis de la droga en Barcelona

Barcelona reclama "endurecer el Código Penal" para combatir la delincuencia urbana y las mafias de narcopisos. Imágenes de fuerzas de seguridad en el Raval el 17 de enero de 2024.

Barcelona reclama "endurecer el Código Penal" para combatir la delincuencia urbana y las mafias de narcopisos. Imágenes de fuerzas de seguridad en el Raval el 17 de enero de 2024. / JORDI OTIX

Germán González

Germán González

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"Una vez que la percepción de inseguridad sube es muy difícil bajarla, queda en el imaginario colectivo". De esta forma el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, se refiere al principal problema de la ciudad desde 2018: la inseguridad. Así se desprende de los barómetros municipales semestrales que realiza el Consistorio. En ellos pregunta sobre cuestiones de actualidad y las preocupaciones concretas de sus habitantes y la falta de seguridad es el primero de ellos desde hace cinco años.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona tiene claro que combatir esta sensación del ciudadano no es una cuestión de falta de policía. "Hay más agentes que nunca de Mossos d'Esquadra o de la Guardia Urbana patrullando las calles", por lo que "tenemos que ser conscientes de que hace falta una modificación penal y en la legislación procesal para ser más ágiles en la persecución del delito", señala Batlle.  

Por eso, desde el Consistorio se requieren "instrumentos legales" como "endurecer el Código Penal" para acabar con la "sensación de impunidad" ante la delincuencia urbana, como son los robos, la reiteración de hurtos o las estafas que son los delitos más habituales en Barcelona y que generan inseguridad al ser cometidos por personas que actúan de manera independiente o en pequeños grupos, pero no llegan a ser bandas muy organizadas. Batlle apuesta por "penas más altas" y una mayor agilidad en los juicios que garanticen una respuesta rápida contra el delincuente. 

Además, alerta de la preocupación contra los delitos relacionados con la salud pública, como el tráfico de droga, por lo que genera al su alrededor como que se establezcan mafias o el fenómeno de los narcopisos. En este sentido, el jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, el intendente mayor Pedro Velázquez, señaló a este medio que también se deberían incrementar las penas por las "ocupaciones delictivas", ya que no dejan de ser "un nido de delincuentes". Así afirmó que "un tratamiento penal más duro y procedimental sobre las ocupaciones que tienen un carácter delictivo sería clave para poder actuar".

400 narcopisos

En los últimos cuatro años la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra han desmantelado unos 400 pisos o puntos de venta de droga en Barcelona. "Es un fenómeno que tiene un riesgo por su relación con el crimen organizado", destaca Velázquez quien añade que perseguir estas mafias "no es una competencia de la Guardia Urbana, pero como cuerpo policial nos preocupa mucho que se instalen" en la ciudad. Añade que los narcopisos no son "una actividad aislada" sino que tienen un impacto entre los vecinos cercanos a este inmueble cuya percepción de la seguridad será mala, ya que ven a compradores de droga o se producen peleas.

"Los problemas de seguridad son de una alta complejidad, actualmente todos tienen derivadas que no son solo policiales, hay cuestiones que corresponden a la limpieza, a los sanitarios o a los servicios sociales", remarca Velázquez quien recuerda la "gravedad" de la presencia de abuso de adicciones, como droga, o de la salud mental entre los 'sintecho'.

Pedro Velázquez añadió que las "estadísticas de delincuencia van, por un lado, y las percepciones por otro" y por eso destaca que el "concepto de seguridad es mucho más amplio del que hablábamos hace unos años". Así señala que junto a la actividad delictiva, con una "recurrencia" de delincuentes, los responsables de la seguridad de Barcelona también deben garantizar la conviviencia y la gestión de las vulnerabilidades.

De esta forma, señala que hay vecinos que sienten inseguridad en conflictos con animales de compañía, por molestias de ruido o por la presencia de "gente que vive en la calle". "No es una situación estrictamente policial, pero tiene vinculación cuando alguien llama al 112 diciendo que una persona hace sus necesidades en el portal o está bebido o se está peleando con otro", indica Velázquez.

Todas estas situaciones también tienen que ver con la sensación de inseguridad recuerda Batlle y añade que es "subjetiva" porque hay quien la siente al ver falta de limpieza, espacios públicos vandalizados, botellones o mobiliario urbano destrozado, como se responde en las encuestas del Consistorio. Sin embargo, expresó su preocupación por esta percepción ciudadana y señaló que se instaló como la principal inquietud de los barceloneses en "años muy malos" desde el punto de vista delincuencial que van entre 2015 y 2019.

Batlle remarcó que no es un tema "imputable al Ayuntamiento" sino que tiene que ver con un fenómeno global que afecta a otras ciudades y que está relacionado también con "el propio éxito" de Barcelona para atraer visitantes. Sin embargo, la capital catalana tiene una delincuencia "estructural" no muy grave, relacionada más con hurtos y robos, muy diferente a otras ciudades como Madrid, París, Londres o Milán. "Son delitos no graves, en temas de gran delincuencia como asesinatos, homicidios, lesiones o crimen organizado estamos en parámetros mejores a otras ciudades", indica Batlle.

Uso de la IA

Pedro Velázquez destacó que "la mayoría de delincuencia que tenemos no es violenta, pero hay momentos en los que se vuelve así al complicarse hechos concretos" y pone de ejemplo la víctima de un intento de robo o hurto que se enfrenta a su oponente. Además, recuerda que en el último año han proliferado el uso de armas blancas en enfrentamientos en la ciudad casi siempre "relacionadas con el ocio nocturno y en un contexto de abuso de alcohol y droga". "Hemos intensificado mucho el trabajo preventivo con controles en los que usamos palas de detección de metales que hemos adquirido" para requisar cuchillos y navajas, pero se han detectado "muchisimos", según el responsable de la Guardia Urbana.

Para rebajar la percepción de inseguridad, Velázquez también propone más presencia policial en la calle; usar la Inteligencia Artificial para procesar "la mucha información que tenemos" y les permita realizar estrategias policiales que indiquen dónde, cuándo y cómo poner a los agentes repartidos por zonas; la "cooperación" con otros cuerpos policiales además de profesionales como sanitarios, servicios sociales, psicólogos o educadores de calle para analizar los problemas "desde muchas ópticas"; comunicar con transparencia y la proximidad con los vecinos, gracias a la policía de barrio, para que vean que los agentes no hacen solo "labor preventiva sino también proactiva".

Precisamente recuerda que en estos encuentros con vecinos la policía escucha los problemas de inseguridad y siempre les hablan de la presencia de indigentes, de los patinetes, de dificultad de convivencia con mascotas o de limpieza, entre otras cuestiones. Batlle recordó que el Ayuntamiento de Barcelona está en plena modificación de la ordenanza de convivencia para endurecer las sanciones contra el incivismo, pero se necesitan "más instrumentos legales y procesales para que no quede una sensación de impunidad que deriva de la lentitud de los procedimientos judiciales y la falta de sanción penal ante determinadas actuaciones", como en el tema de la multireincidencia y en el resto de "lo que llamamos delincuencia urbana como son robos, agresiones en los espacios públicos o el tráfico de droga". Solo una estrategia colectiva reiterada y a muchos niveles puede hacer cambiar una percepción enraizada en la ciudadanía.

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