Qué hay detrás de la nueva crisis de la droga en Barcelona

1 Vendedores buitre merodean la sala Baluard

Guillem Sánchez relata al detalle los entresijos de la venta y el consumo de droga hoy en el Raval en este completo reportaje. La principal novedad es que emerge una nueva generación de narcopisos sin jeringuillas, que envían a sus vendedores a la calle. Merodean la narcosala Baluard a la caza de toxicómanos para ofrecerles una dosis inmediata, lo que entorpece la labor de este equipamiento de reducción de daños, dificulta las rehabilitaciones y además empuja hacia la calle una parte del consumo. El tiempo medio entre la compra y el consumo son 10 minutos.

2 VIDEO | Las toxicómanas y la violencia invisible

El narcotráfico conlleva violencia, también para los clientes y en especial para las mujeres. Eva y Cristina revelan a EL PERIÓDICO cómo es un narcopiso por dentro, un lugar en el que puede pasar "de todo" y en el que ser mujer incrementa el riesgo de sufrir ataques y violaciones. "Preferí abrir las piernas a recibir una paliza", confiesa Eva, de 42 años.

3 Narcopiso de alquiler, un caso raro pero no aislado

Xavi Sánchez desvela la historia de un narcopiso singular del Raval: una mafia lo alquiló de forma legal usando como falso inquilino una persona mayor. El propietario está desesperado. La policía lo investiga y reconoce que no se trata de una práctica aislada en el Raval, aunque la mayoritaria siguen siendo las ocupaciones porque hay centenares de pisos vacíos.

4 Los nuevos narcopisos son fumaderos

Profundizamos en cómo funciona la nueva generación de narcopisos en el Raval. Han pasado 5 años desde las grandes redadas para desmantelar los pisos de la droga donde los clientes podían inyectarse heroína. Hoy los que admiten el consumo son una minoría y lo ciñen a toxicómanos que fuman crack o heroína. Son, en definitiva, fumaderos clandestinos.

5 No solo pasa en el Raval: la periferia silenciosa

La serie de investigación de EL PERIÓDICO ha abierto el foco más allá del Raval y ha podido comprobar, cifras en mano, que en la periferia también suben las jeriguillas contabilizadas en la calle. Por ejemplo en un punto caliente de la droga en la Mina. A diferencia del centro de la capital, este barrio en la frontera de Sant Adrià y Barcelona no acapara titules. Tampoco suben las quejas de los vecinos, que ya han reclamado mil veces a las instituciones el rescate de esta zona. Vox ha intentado capitalizarlo, pero le han dado la espalda.

6 FOTOS | Dentro de los asentamientos de 'droga barata'

Jordi Ribalaygue y Manu Mitru sacan a la luz las duras historias e imágenes de los asentamientos de consumidores en la Mina. Han hablado con una docena de adictos bajo un puente, en un descampado, en el terrado del edificio Venus... Cuentan que por solo 5 euros ya consiguen una dosis: “Cuesta tan poco que no es fácil dejarla”. Sus testimonios lo explican todo: “No está bien consumir aquí ni que se deje sucio, pero prefiero hacerlo así y no en medio de la calle. Sobre todo, no quiero que me vean los críos”.