Problemas de cobertura y con la 'app'

El síndic de greuges de Barcelona pide una línea regular de bus en Torre Baró ante los fallos del transporte a la carta

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El bus a demanda circulando por Torre Baró, en Barcelona.

El bus a demanda circulando por Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue

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Las deficiencias en el bus a la carta que recorre parte de Torre Baró -en el distrito de Nou Barris, en Barcelona- ha levantado quejas en los últimos meses. Los avisos de demoras prolongadas para disponer de plaza libre en el servicio que debe encargarse mediante una aplicación de móvil y los problemas de falta de cobertura que desorientan al GPS del único sistema de transporte público en la franja sur del escarpado vecindario han hecho trastabillar el autobús a demanda. El paraje -enclavado en la sierre de Collserola- queda algo aislado del resto de la capital y lo atraviesan grandes pendientes a salvar, por donde el autobús solo se desplaza en caso de que los pasajeros lo pidan con reserva previa. 

El malestar llegó a oídos de la Sindicatura de Greuges, que ha dado la razón a la Asociación de Vecinos de Torre Baró. En sintonía con la reclamación vecinal, el organismo que David Bondia encabeza señala que los residentes “exigen, con razón, disponer al menos de una línea regular como el resto de zonas de la ciudad, con una frecuencia de paso razonable”. 

A su vez, el órgano ha apresado a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) a corregir insuficiencias. La empresa pública -dependiente del Àrea Metropolitana de Barcelona- afirma que ya ha resuelto defectos. En cambio, el movimiento vecinal opone que las anomalías apenas se han mitigado.

TMB considera que introducir una línea regular como la que la Sindicatura propone “no sería una solución muy sostenible” para Torre Baró. Alega la "rigidez del itinerario" y "el intervalo de paso del que el usuario podría disponer”. 

“No es aceptable”

“El nivel de servicio del bus a demanda de Torre Baró no es aceptable”, expresa la resolución del síndic de greuges, dictada en noviembre pasado. El pronunciamiento destaca que el sistema está ideado para que funcione “de manera inteligente”, con el recorrido del autobús ceñido a los trayectos programados por los viajeros, con las paradas de origen y destino que elijan con antelación. De no mediar error, la 'app' “debería hacer llegar a los conductores la información correcta sobre las reservas”. “Pero parece que eso no está pasando a causa de la falta de cobertura de la zona y los errores técnicos de la aplicación”, advierte el órgano fiscalizador del Ayuntamiento de Barcelona.

Vistos los fallos, la Sindicatura resuelve que “el funcionamiento actual del bus a demanda de la ruta Torre Baró Sud dista mucho de haber supuesto una mejora en las condiciones de accesibilidad”. Agrega que tampoco ha comportado un avance “en la oferta de la red pública” de transporte público. Aún más, sostiene que “se ha visto reducida”.

La Sindicatura se refiere a que, antes de que el servicio a conveniencia se expandiera, la empresa Sagalés fletaba las líneas 80 y 81, que cubrían el flanco sur del barrio. Ambas se suprimieron para ser relegadas por la línea 180 del autobús a demanda. La Sindicatura recalca que “es la única” ruta con transporte público a la carta en Barcelona en que “se han eliminado líneas regulares y únicamente se presta el servicio mediante el bus a demanda”, a diferencia de lo que ocurre en otros cinco barrios. Contrasta con lo que pasa en el sector norte de Torre Baró y el barrio colindante de Vallbona, donde los buses con paso rutinario siguen transitando.

Una madre y su hijo en el bus a demanda de Torre Baró, en Barcelona.

Una madre y su hijo en el bus a demanda de Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

“El bus a demanda de la ruta Torre Baró Sud no puede convertirse en la única alternativa pública que se ofrece a la ciudadanía”, postula el dictamen del síndic. Establece que no puede serlo “mientras no haya garantías de plena eficacia y operatividad de los sistemas tecnológicos”. La Sindicatura alaba las “ventajas” del autobús bajo solicitud, si bien añade que debe implantarse sin perjuicio del “derecho a la movilidad universal” y el incremento deseable de la oferta de transporte público.

Avisa de que, sin más red pública en Torre Baró, se aboca a los habitantes “al transporte privado o, peor aún, a limitar gravemente las decisiones de movilidad”. El dictamen alerta que “son los mayores, las personas con movilidad reducida y las familias con menores los que están sufriendo un agravio especial”. 

“No es eficaz”

El síndic extrae de sus comprobaciones que “la actuación de TMB no es eficaz para garantizar el derecho a la movilidad sostenible de la ciudadanía de los barrios de montaña del sector Vallbona-Torre Baró-Trinitat”. En esa línea, aconseja a la compañía que presente una “propuesta que mejore el transporte en bus de la zona”, que incluya “la introducción de una línea regular”, “la resolución de los problemas de cobertura” y de las “deficiencias técnicas de la aplicación móvil" del bus a la carta.

Frente a la idea de volver a la red clásica de autobuses, TMB se reafirma en que “es preferible el despliegue y la ampliación del servicio a demanda”. Apela a que garantiza “flexibilidad” y “permite al usuario disponer del vehículo con un tiempo de espera mínimo, siempre que haya hecho la petición en un tiempo adecuado”. Por contra, el síndic se hace eco de que parte de los vecinos plantean que se “necesita poder hacer uso del servicio de una manera más espontánea”. “La vida no siempre se puede planificar y pueden surgir gestiones imprevistas”, esgrimen.

TMB defiende que “el servicio que se da ahora es correcto” en Torre Baró, al menos por lo que se refiere a los efectivos. Además, replica que se han solucionado las deficiencias, aunque se compromete a estudiar la evolución con los vecinos por si se requieren cambios. Asimismo, asegura que no se han apreciado fallos en la cobertura, sí en un algoritmo de la ‘app’, que provcaba que el tiempo de recogida concedido al conductor y el margen de espera indicado al viajero no coincidieran. TMB contesta que esa incidencia "ha quedado solucionada”.

En cambio, el colectivo vecinal del barrio opone que “el problema de cobertura continúa”. “Y, últimamente, hemos visto tiempos de espera de 30, 40 o 45 minutos”, agrega. El tejido asociativo sigue abogando por que, cuanto menos, se recupere una línea convencional de bus de lunes a viernes y mientras persistan los contratiempos. “Pero no la quieren poner”, lamenta.

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