'Shopping' con conciencia

La ropa solidaria, de segunda mano y barata que triunfa en Barcelona se llama Moda re-

La cooperativa impulsada por Càritas --con una nueva imagen-- atrae públicos dispares que comulgan con la compra ética y las segundas oportunidades

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Luis González, encargado de la tienda Moda re- de Creu Coberta, 117.

Luis González, encargado de la tienda Moda re- de Creu Coberta, 117. / Zowy Voeten

Patricia Castán

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En el probador pueden coincidir fácilmente una ‘influencer’ a la última en moda, una señora buscando una chaqueta que abrigue o una persona vulnerable que pueda disponer, por ejemplo, de seis euros para comprarse un jersey. Así de variopinto es el público que entra y sale sin parar de Moda re-, la marca de tiendas solidarias de segunda mano impulsada por Càritas que triunfa en un momento en que echar mano de lo usado ya no equivale a pobreza, sino a reutilización, recirculación, reciclaje… y a otros muchos conceptos con conciencia ética y medioambiental, cargados de buenas connotaciones. Barceloneses de todo tipo de bolsillo y edad han dado alas, como clientes, a tiendas como la que recientemente han abierto en el eje comercial de Creu Coberta, en el barrio de Hostafrancs.

Por precios muy asequibles, cada vez más personas visten prendas (incluso de gran calidad) que tendrán una segunda vida sin engordar el gran basurero mundial que en países del tercer mundo ha creado el hiperconsumismo de la llamada ‘fast fashion’. Ese nuevo consumo sostenible es el que han propulsado tanto las donaciones de las que procede la ropa, como la venta final a pie de calle, con una imagen más “moderna y actual que rompe estereotipos asociados a la segunda mano”, destacan en Moda re-, cuya tienda del distrito de Sants-Montjuïc fue la primera de Barcelona con esa marca, ya estaba desplegada en España.

La nueva tienda en el barrio de Hostafrancs, impulsada por Càritas.

La nueva tienda en el barrio de Hostafrancs, impulsada por Càritas. / Zowy Voeten

Su estructura es la de una cooperativa de iniciativa social promovida por Cáritas para luchar contra la exclusión social en el marco de la economía social y solidaria, y sin ánimo de lucro. En Catalunya suman 24 tiendas, de las que 9 están en Barcelona incluyendo la renovación de las anteriores Botiga Amiga, así como su otra línea Beyond Wear, de estilo ‘vintage’, como la que abrieron en abril en Gràcia. En línea de salida hay varias más por toda el área metropolitana. Su socio cooperativista es la fundación Formació i Treball y ahí radica el alma del proyecto, porque supone encontrar tras los mostradores a perfiles de dependientes que difícilmente se verán en una tienda del centro.

También a estrenar

En sus largas barras se abre un universo de prendas únicas, porque la ventaja de comprar segunda mano es que no habrá dos personas que salgan por la puerta con la misma prenda. Salvo puntuales casos de artículos donados por Zara, Mango y otros gigantes, que también cuelgan de sus expositores pero aún por estrenar. En la planta central de Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat) el género recogido en cientos de contenedores de donación (de Càritas o Roba Amiga) pasa varios filtros de selección, es higienizado con ozono y llega a los puntos de venta seleccionado, relata María Cañedo, responsable del área de Retail.

En la de Creu Coberta hay un encargado con muchas tablas, Luis González, venezolano de 48 años y que tras dejar en su país una trayectoria profesional en la industria metalúrgica se tuvo que reinventar en Barcelona con el empuje de la fundación. Logró un contrato de un año, luego prórrogas de seis meses… hasta que su valía le llevó a un puesto fijo de responsable de tienda. En esta apertura se acompaña de tres vendedoras que enlazan contratos hasta estar a punto para dar el salto a otras empresas, porque Formació i Treball les prepara y les entrena como trampolín laboral. Cada uno que deja el nido es relevado por persona que “difícilmente encontraría trabajo por distintas circunstancias”, como carecer de experiencia en el comercio, ser demasiado mayor, migrante con un castellano no muy fluido…

Una clienta en la tienda Moda re-.

Una clienta en la tienda Moda re-. / Zowy Voeten

Mari Ángeles, tiene edad de jubilación pero no tendría derecho a una pensión porque de joven cotizó 20 años en un despacho, pero luego durante otros 30 ejerció de ama de casa. Si logra trabajar dos años podrá acceder a la prestación. Pero ¿quién la iba a contratar a su edad? Esta oportunidad de oro, previa formación, la ha llevado a empoderarse despachando ropa con soltura en esa tienda. Comparte mostrador y consejos con Noreen, paquistaní, que con gran amabilidad y la plena libertad de cubrir su cabello con un pañuelo, cobra a los clientes que esta Navidad se han multiplicado.

Siete euros de precio medio

Cañedo cuenta que cada tienda pone precios a las prendas (que se agrupan por temporadas, sexo y 'partes de arriba', de abajo, abrigos..., pero nunca por tallas porque cada caja que les llega es "impredecible") en función de unos "criterios de calidad, estado, marca y tipología de artículo". Estén en el barrio que estén los importes son similares. Desde 35 euros (solo algún abrigo) a un euro, todo el mundo sale con alguna bolsa. Incluida una selección de zapatos y bolsos a estrenar cedidos generosamente por algunas de las mencionadas multinacionales. No obstante reniegan de precios de derribo para "dar valor justo a los artículos" y evitar el consumismo desatado del que reniegan. El precio medio de venta al público es de 7 euros.

En el mercado de ropa nueva, el 'boom' del 'fast fashion' o moda rápida (producción masiva, precios bajos y corto ciclo de vida de la ropa) junto a una "mayor conciencia de donación" han multiplicado el trajín de los contenedores, pero sin embargo la ropa útil revendible se ha reducido ante la paulatina pérdida de calidad.

González, al pie a pie de tienda, da fe de que cada vez son más variopintos los clientes y sus necesidades. "Viene todo tipo de gente, cualquiera puede encontrar algo", asegura. Desde modernos en busca de piezas retro o únicas, a fans de la economía circular que acaso acaban de dejar en un contenedor lo que hace tiempo que ya no utilizan hasta abuelas que estiran su economía y distinguen al tacto lo que quieren llevar.

Formació i Treball ya gestiona 23.000 toneladas anuales de ropa donada

La fundación se ha convertido en uno de los principales gestores de ropa donada a través de contenedores de recuperación. Estiman que un 55% se reutiliza y un 45% se destina a procesos de reciclaje. La reutilización abarca desde una parte reducida que llega a las tiendas, a la que se distribuye gratuitamente entre población necesitada. Los ingresos por la venta se destinan a sus proyectos de formación y reinserción laboral. En 2022 gestionaron 23.000 toneladas y prevén que 2023 se haya cerrado con una cifra similar.

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