Final de etapa
Ernest Maragall, cuatro décadas en siete rincones del Ayuntamiento de Barcelona
Ernest Maragall anuncia por sorpresa que abandonará de inmediato el Ayuntamiento de Barcelona
Ernest Maragall (ERC): "Apoyar los presupuestos de Barcelona en 2022 nos etiquetó como muleta de Colau"
Toni Sust
Periodista
Ernest Maragall pondrá fin a su carrera política este viernes en el pleno municipal de diciembre. Será su tercera jubilación: ya se convirtió temporalmente en pensionista en 2012, después de romper con el PSC, y en 2016, tras abandonar el Parlamento europeo bajo las siglas de ERC.
Del todavía presidente del grupo municipal republicano se conoce su considerable aversión a posar ante los fotógrafos. La semana pasada, el 14 de diciembre, hizo un esfuerzo considerable, abnegado, incluso estoico, y aceptó recorrer con EL PERIÓDICO distintas sedes de la administración en la que más tiempo ha trabajado, el Ayuntamiento de Barcelona: 37 de los 53 años dedicados a las instituciones públicas. Muestra y rememora, así, siete lugares clave que marcaron su trayectoria.
Fue concejal con el PSC (1995-2003) y desde 2019 con ERC, y ha sido diputado en el Parlament con ambos partidos, además de ‘conseller’ de Educació socialista en el segundo tripartito y, ya como republicano, de Acció Exterior con Quim Torra de ‘president’. Fue eurodiputado con Esquerra.
Ronda de Sant Pau, 45: una década como informático
En el ayuntamiento ejerció como técnico 25 años, de 1970 a 1995. Duda un tanto sobre la fecha exacta en la que empezó su primera etapa: entre noviembre de 1969 y enero de 1970. Entonces estaba a caballo entre los 26 y los 27 años, que cumplió el 5 de enero.
Fue en el edificio que está en Ronda de Sant Pau, 45, donde ahora tiene su sede la Sindicatura de Greuges de Barcelona. Ejerció como informático una década en el Centre Ordinador Municipal (COM), que allí se encontraba: “Convocaron unas plazas, hicieron unas pruebas de selección”. Él, que estudió Economía, y que ya tenía a una de sus dos hijas, y había trabajado en publicidad y marketing, decidió cambiar perdiendo dinero: “Abandoné un trabajo con contrato en Reclamo, una agencia de estudios de mercado. Pasé de ganar 18.000 pesetas (algo más de 100 euros de la época) a 12.000. Estaba harto de los estudios de mercado y quería encontrar una cosa nueva, interesante y de servicio público”.
Entonces no había muchas opciones de estudiar informática: “No había formación profesional ni universitaria, IBM hacía unos cursos”. Se formó brevemente en esos cursos de IBM. Cobraba en un sobre que le entregaban en mano mensualmente y combinaba un horario amable, de 9.00 a 14.00, con algunas jornadas maratonianas. Fue programador, y hacia el final ascendió a analista. “Programaba, con COBOL y PL/I. Escribíamos y después había una gente que pasaba el programa a tarjetas perforadas”. En esa etapa se convirtió en funcionario municipal. Con el tiempo, el COM se convirtió en el Institut Municipal d’Informàtica (IMI), que presidió siendo concejal.
Edificio Colón: Informació Cartogràfica i de Base
Tras las primeras elecciones municipales celebradas después de la recuperación de la democracia, en 1979, Maragall entró en la Unitat Operativa del Pla de la Ciutat, “vinculada con la cartografía de la ciudad, base del catastro y el urbanismo”, de la que fue jefe y que ya no existe.
Combinó esa tarea con su labor en Informació Cartogràfica i de Base (ICB), con sede en el Edificio Colón (el más alto de la ciudad desde que fue erigido, en 1970, hasta la construcción del Hotel Arts y la Torre Mapfre, más de 20 años después). “Yo estaba la mitad del tiempo en el Pla de la Ciutat, en Sant Jaume, y el otro medio en el Edificio Colón". Fue gerente de ICB (sociedad que se utilizó después para la creación de betevé), que se encargaba de mecanizar los datos del catastro: entrarlos y lograr que se guardaran correctamente: “Ponías el programa en marcha y tardaba horas en procesar la información. Tenías que pasar toda la noche o un fin de semana entero vigilando. A veces se paraba y había que volver a empezar”.
Maragall fue director general de ICB, a donde llegó “primero para acompañar y después sustituir a Toni Flors”, que se fue al primer Gobierno de Felipe González como secretario de Estado del ministro de Defensa, Narcís Serra, a su vez relevado por Pasqual Maragall cuando se fue a Madrid.
El vestíbulo de la miniasamblea del 76
Cuenta Maragall que en los 70 había entre el personal del consistorio “un ambiente prepolítico, una cierta revuelta sindical” de la que participó. “Fuimos a ver a los bomberos, a las escuelas, la Guardia Urbana, el matadero, y acabamos montando un movimiento que reunió a la mayoría de trabajadores del ayuntamiento. Uno de los elementos de fondo del conflicto sindical era la integración de muchos interinos, que acabaron pasando oposiciones y convirtiéndose en funcionarios, entre ellos yo. Luego conectamos con otras instituciones y montamos el Sindicat de de Treballadors de l’Administració de Catalunya”.
En febrero del 76, en una asamblea en la plaza del Rei, los reunidos decidieron ocupar el consistorio: “Éramos unos 200”. “Con el alcalde Viola (Joaquín Viola, alcalde hasta diciembre de ese año y asesinado en 1978 junto con su mujer, Montserrat Tarragona, por terroristas que le colocaron una bomba en el pecho que lo decapitó), la relación era muy dura y difícil. Cuando ocupamos el ayuntamiento, (Rodolfo) Martín Villa (gobernador civil hasta poco antes y ministro de Relaciones Sindicales) se puso nervioso y dijo basta. Y hubo un momento de pánico, porque por un lado estaban los guardias urbanos y por otro la policía, todos armados. La policía entró con gases lacrimógenos”.
Parte de los ocupantes que huían de la policía acabaron en un vestíbulo que hay junto a la sala de plenos, frente a las puertas de los despachos de alcaldía. “Éramos unos cuantos, y yo acabé subido en la mesa redonda que hay en medio. Hicimos una miniasamblea. Decidimos que lo mejor era irnos a casa”.
23-F en el despacho de teniente de alcalde de Pasqual Maragall
“El 23 de febrero de 1981 yo estaba en la cuarta planta del edificio Novíssim, en el Pla de la Ciutat, y estaba yendo a ver a Pasqual. En el pasillo que comunica los edificios me detuvo un ordenanza y me dijo que un grupo de guardias civiles había entrado en el Congreso”, relata.
Y fue en el despacho de teniente de alcalde de su hermano, en el segundo piso del edificio Antic, donde pasaron la mayor parte de la jornada. Ahora ese despacho está cerrado, en desuso, y el pasado jueves tardó un tanto en aparecer la llave, pero lo hizo. El despacho es espacioso y uno imagina al entonces teniente de alcalde preolímpico mirando por la ventana con su hermano Ernest, atentos a si llegaba el Ejército a “tomar posesión”: “Pasqual hablaba por teléfono con el alcalde de Valencia y estábamos pendientes de si venían. Nos dijeron que un regimiento había salido del Cuartel del Bruc. O eran pocos o no se decidieron”. Las tropas nunca llegaron al consistorio.
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El despacho del alcalde Maragall
Maragall no era especialmente partidario el jueves, por respeto, de hacerse una foto en el que fuera despacho de su hermano como alcalde, y que lo es del actual, Jaume Collboni, pero aceptó. De lo que no hay foto es de la sala en la que siguió en 1986 junto con otras 50 personas la nominación olímpica de Barcelona, porque ese espacio ya no existe. Estaba en el tercer piso del Edifici Nou. “No era un puro trámite. Saltamos todos cuatro metros y después fuimos a la plaza de Catalunya”.
Explicar los presupuestos en la Lluís Companys
En 1995, Maragall abrió una nueva etapa al convertirse en concejal: “El cambio de técnico a político lo recuerdo como un paso relativamente natural, porque estaba en la estructura directiva del ayuntamiento y tenía una proximidad política y personal con el equipo de gobierno y naturalmente con el alcalde”. De 1995 a 1999 fue concejal de Hacienda y Función Pública, y de 1999 a 2003, de Presidencia y Hacienda, además de portavoz desde 2001. Se hace la foto en la Sala Lluís Companys, donde le tocaba salir a explicar los presupuestos del consistorio.
De su paso a la política, por cierto, data el incidente que hoy le hace cojear: “Tres o cuatro días antes de tomar posesión como concejal”, en 1995, cogió la Vespino que tenía aparcada en la plaza de Sant Miquel y al saludar a un agente de la Guardia Urbana cayó y se rompió los ligamentos y el menisco de la rodilla. El doctor Cugat le operó del menisco pero no hizo rehabilitación y aunque la pierna aguantó bastante, hace unos años llegó la cojera.
Su butaca preferida, que hoy es de Janet Sanz
Tras 16 años fuera del consistorio, Maragall volvió a ser concejal en 2019, esta vez con ERC, con quien ganó las municipales pero no logró ser alcalde; el apoyo de Manuel Valls a Ada Colau lo impidió. En la foto se le ve en la que fue su butaca preferida –“Aquí me sentaba siempre”- en el despacho que tuvo en las dependencias que fueron de los republicanos, en la cuarta planta del Nou, hasta 2023. Ahora corresponden a Barcelona en Comú y su antiguo despacho es el de la concejala Janet Sanz. Aquí se sentaba Maragall tras ganar las elecciones municipales de 2019. Y desde aquí afrontó las de mayo pasado, su última aventura política y profesional.
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