En la comisión de urbanismo

El PSC y los comunes se enzarzan por las fechas para unir el tranvía en Barcelona por la Diagonal

Collboni se compromete a terminar la unión del tranvía en Barcelona

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La última soldadura de raíles, en el tramo Glòries-Verdaguer del tranvía, en Barcelona.

La última soldadura de raíles, en el tramo Glòries-Verdaguer del tranvía, en Barcelona. / Elisenda Pons

Jordi Ribalaygue

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El PSC y Barcelona en Comú han vuelto a enzarzarse en el Ayuntamiento, una costumbre en la que solían incurrir cuando eran socios del ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau y que no han perdido desde que Jaume Collboni ha tomado el mando. Este martes, la unión de las dos líneas del tranvía de la capital catalana les ha dado motivo para discrepar una vez más.

Los comunes han urgido al equipo de gobierno a comprometerse a que la segunda y última fase para alargar los raíles desde la plaza Verdaguer y hasta la de Francesc Macià comience en 2024. Los socialistas se han reafirmado en que son partidarios de completar la conexión a través de la Diagonal, pero han recalcado que se requiere tiempo para estudiar cómo compatibilizarla con otra confluencia pendiente, las de las líneas de Ferrocarriles de la Generalitat del Baix Llobregat con las del Vallès. 

El PSC se ha abstenido en la petición de Bcomú, lo que ha propiciado que se haya desechado con los votos en contra de Junts, PP y Vox. En cambio, ERC ha secundado a los comunes. La exteniente de Urbanismo y edil de los comunes, Janet Sanz, se lo ha recriminado a su sucesora, la socialista Laia Bonet, y le ha instado a “tomar partido”. “¿Quiere o no quiere la conexión? Diga una fecha determinada. Con la abstención, dice que no la quiere, que no tiene claro su compromiso y el del gobierno de tirar adelante la unión del tranvía”, ha interpretado Sanz.

Bonet lo ha negado en redondo. “La conexión del tranvía se hará. La defendemos y la defendemos por la Diagonal”, ha reiterado la teniente de alcalde, quien ha antepuesto examinar las consecuencias de una eventual coincidencia de las extensiones del tranvía y del ferrocarril a la altura de Francesc Macià. La prolongación de la L8 de FGC se iniciará a principios de 2024 y se cuenta con que duren casi cinco años. “Se requiere evaluar bien cómo compatibilizar las dos obras al mismo tiempo. No queremos correr, pero acabaremos la obra [del tranvía], no sufra”, ha dicho Bonet a Sanz.

Recta final

La miembro de los comunes ha esgrimido que la primera fase de la unión de los tranvías “está en su recta final”. Ha agregado que “ya hace un año que se adjudicaron los proyectos ejecutivos de la segunda fase” del proyecto. “Hemos de poder seguir el calendario previsto para tener la conexión definitiva y en servicio en 2027”, ha defendido Sanz.

Bonet ha replicado que las obras “avanzan a buen ritmo”. Ha recordado que el enlace desde Glòries a Verdaguer entrará en servicio en el segundo trimestre de 2024. Antes, en febrero, se abrirá el tramo de la Diagonal cortado por los trabajos, tras “un período muy largo de obras”, ha indicado la socialista. Asimismo, ha enfatizado que la construcción del intercambiador de Glòries se adjudicará el año que viene, se empezará a edificar en 2025 y finalizará en 2026. 

“Es una fase muy importante, a menudo olvidada. Hay trabajo más allá de Verdaguer a Francesc Macià”, ha blandido la teniente de alcalde. Bonet ha sostenido que los estudios técnicos en elaboración son una muestra de “responsabilidad”. “Ojalá hubiera sido más a menudo el estilo de hacer del mandato pasado, porque nos encontramos una confluencia de obras que, a veces, son indigeribles”, ha reprochado a Sanz. 

Movilidad y urbanismo táctico

Por otro lado, los socialistas han apoyado una proposición de Junts que transpiraba una crítica a las políticas de movilidad de la etapa de Colau. Los independentistas han pedido un pacto de movilidad que suscite “grandes consensos” y el equipo de Collboni ha recogido el guante. Barcelona en Comú ha intuido que encubría una defensa de los desplazamientos en coche y se ha posicionado en contra. 

El PSC y los comunes sí se han encontrado para abortar una petición del PP para retirar mobiliario del urbanismo táctico, con el que se ocuparon carriles de tráfico para peatonalizarlos durante el mandato pasado. Si bien han señalado que repensarán “lo que no funciona”, los socialistas han coincidido con Bcomú en que el redactado de los populares carecía de rigor.