Secretos y curiosidades

20 años de la muerte de Copito: todo lo que has querido saber del gorila albino de Barcelona

CONTEXTO | "Me ofrecieron a Copito por 1.500 pesetas"

HISTORIA | Así acabó Copito en el Zoo de Barcelona

RESTOS | La tumba secreta de Copito

Copito de Nieve, en el 2002

Copito de Nieve, en el 2002 / ALBERT BERTRAN

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Este viernes se cumplen 20 años de la muerte de Copito de Nieve, el gorila albino que vivió (y reinó) en el Zoo de Barcelona durante 36 años y hasta el 24 de noviembre de 2003. Su nombre se debía al color blanco de su pelaje, una rareza entre los gorilas y motivo por el que se convirtió en una figura emblemática para el zoológico, que en la época atrajo a visitantes de todo el mundo.

Con motivo del vigésimo aniversario de su fallecimiento, te desvelamos cinco curiosidades del que fuera Rey del Zoo de Barcelona.

Pudo convertirse en mascota o atracción de circo

Una mañana de otoño del año 1966, cuando Guinea era todavía una provincia de España, a Ramón González Díaz, entonces funcionario de la Dirección General de Plazas y Provincias Africanas le ofrecieron a aquel gorila blanco. Con una caja en los brazos, se le acercó a pie por la playa un miembro de la etnia pamue. “Ahí dentro estaba esa cría de gorila blanco. Me dijo que por 1.500 pesetas era mío, pero, con los 20 años que tenía yo entonces, qué iba a hacer con aquel ‘mono’”, explicó el hombre en una inédita entrevista con EL PERIÓDICO. Además, más que su color blanco de piel, a González Díaz le llamó más la atención "lo desnutrido y delgado que estaba" el animal.

Copito pudo perfectamente haber pasado de unas manos a otras y haber terminado siendo la mascota de alguien, o en un circo. Pero una serie de azares propiciaron que terminara finalmente en Barcelona.

Jordi Sabater Pi lo compró por 15.000 pesetas

Jordi Sabater Pi fue finalmente el primatólogo que compró, sanó y sacó de la Guinea española con destino a Barcelona. Pagó por él 15.000 pesetas, diez veces más de lo que le habían pedido en un primer momento a Ramón González, y seguidamente Sabater Pi envió un comunicado para ofrecérselo a los responsables políticos del Zoo de Barcelona. En aquél entonces, el Ayuntamiento de Barcelona pagaba importantes sumas de dinero por las fieras que se enviaban enviadas al zoológico de la ciudad.

Aunque finalmente se lo quedaron, la primera respuesta de los responsables políticos fue absolutamente delirante: “Me respondieron que, ya puestos, mejor que trajera no solo un gorila blanco, sino que fuera dos o tres, que así se podría exhibir una familia completa albina y sería más vistoso”. Pura ingenuidad. Copito de nieve es, aun a día de hoy, el único gorila albino conocido en el mundo.

Su funeral fue una farsa

Tras el fallecimiento de Copito en el 2003, el ayuntamiento anunció que lo iban a incinerar y que sus cenizas servirían de abono de un árbol que crecería en el Zoo de Barcelona. Se llevó a cabo una ceremonia con pala, cenizas y una semilla. No obstante, fue un 'paripé'. De Copito solo se incineraron en realidad sus carnes y algunos órganos, no todos. Tal y como defendían los científicos del momento, sus restos sí se han conservado y permanecen almacenados en un lugar secreto de la capital catalana al que EL PERIÓDICO tuvo acceso. Es la tumba secreta de Copito.

Es el protagonista de una película

El 23 de diciembre de 2011 se estrenó la película Copito de Nieve ('Floquet de Neu' en catalán). Fue un filme infantil de animación que costó tres años de trabajo y 100 millones de euros, y que presentaron conjuntamente en la capital catalana el entonces alcalde Xavier Trias y la actriz Elsa Pataky.

Como dato curioso, en el 2013 coincidió la emisión de esta película en TV3 con la de 'Toy Story 3' en Antena 3, y Copito volvió a reinar, también en cuestión de audiencias: las aventuras del mítico gorila blanco reunió a una media de 486.000 telespectadores (16,9% de cuota), mientras que la tercera entrega de 'Toy Story' se quedó en 353.000 personas (11,4%) en Catalunya.

Casi imitado por un robot

En el 2022, al Ayuntamiento de Barcelona le llegó la estrambótica propuesta de crear un Copito de Nieve robótico de tres metros de altura y por el módico precio de 1,5 millones de euros que debían ir a cargo de las arcas municipales. La idea provenía nada menos que del Consejo de Arte Público, el jurado de expertos que analiza qué esculturas merecen exhibirse en las calles, plazas y parques de la ciudad. El ayuntamiento rechazó la propuesta argumentando que “a pesar de que la figura de Copito de Nieve pueda resultar amable y despertar simpatía, al final fue el resultado del colonialismo en Guinea Ecuatorial”. Y es que en el momento en que Copito fue comprado y traído a Barcelona, durante la primera etapa del franquismo, Guinea era una provincia española.