Hasta el 6 de enero

Barcelona enciende, entre reproches de racanería, 104 kilómetros de luces de Navidad

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Barcelona enciende 104 kilómetros de luces de Navidad

Ricard Cugat

Carles Cols

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Con más electricidad de la que en principio parecía contratada para la ocasión, porque en las horas previas han saltado chispas cuando el gremio de los comerciantes del paseo de Gràcia se ha quejado de lo cortos que son los horarios previstos, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha encendido las luces que hasta el próximo 6 de enero recordarán que es Navidad y, lo que parece más importante, animarán las compras. No ha sido un simple gesto de girar un conmutador. De un breve tiempo a esta parte, el ayuntamiento parece decidido a convertir esta fecha de finales de noviembre en todo un acontecimiento y hacerlo, por decirlo de algún modo, a la barcelonesa, con un espectáculo en la calle al que han acudido unas 15.000 personas. Otras ciudades compiten por plantar el Everest de los árboles de Navidad. Barcelona cree que su competición es otra, nada de alpinismos, sino diseño, desde hace 20 años, mucho diseño, y en esta edición, además, un ‘show’ de circo, música, danza y luces, vamos, el primer capítulo de un mes y medio de actividades que concluye con la majestuosa cabalgata de Reyes.

Una hora después de que sol se escondiera por el horizonte (algo que en Barcelona se puede contemplar realmente desde muy pocos observatorios, y si además se pretende que lo haga en el mar, solo hay uno y muy solicitado), se ha hecho el clic. Se han alumbrado 104 kilómetros de calles, una cifra considerable, algunas inéditas hasta ahora, como el pujante paseo de Sant Joan, y otras seguirán pendientes, como el nuevo eje verde de Consell de Cent, previsto para el año que viene a pesar de que se convocó un concurso de ideas y hubo un ganador, pero el problema sobrevenido, lo dicho, han sido los horarios. Salvo en las fechas señaladas que todo el mundo puede suponer, las luces se prenderán a las cinco y media de la tarde y se desconectarán a las 10 de la noche, un error, desde el punto de vista de una parte los comerciantes del centro, que sostiene que en esta materia Madrid se anda con menos puñetas y alarga el horario sabiamente hasta medianoche. Las tiendas pueden estar ya cerradas, pero no todo el mundo se ha recogido ya en casa, y menos los turistas, esa bendición en calles como el paseo de Gràcia.

Al margen de esa trifulca más propia de Goethe, que dedicó su último suspiro a pedir “luz, más luz”, lo subrayable ha sido, sobre todo, el espectáculo, organizado en el paseo de Gràcia porque esa columna vertebral del Eixample cumple más o menos 200 años este 2023. Bautizado como ‘Astronòmica’, la fiesta ha sido dedicada a la memoria de Assumpció Català, un gesto muy noble, aunque, según se mire, algo contradictorio. Fue una eminente astrónoma que llegó a esa disciplina científica de la mano de las matemáticas. De ella siempre es obligado recordar qe fue la primera mujer que se doctoró en Ciencias Exactas por la Universidad de Barcelona. Fue en 1970. Pero cuando se hace referencia a su faceta como observadora de los fenómenos astronómicos, un campo en el que despuntó internacionalmente, se suele olvidar que nació en 1925, o sea, décadas antes de que el cielo fuera robado por, ¡ejem!, la contaminación lumínica.

El espectáculo ha comenzado con un solo de saxo, muy profesional, nada villanciquero, a cargo de la Big Band Mambo Jamo y Swing Cats. La laicidad de estas fiestas admite cada vez menos discusión, pero más allá de la música y por buscarle punta a todo, puede que lo realmente llamativo ha sido el tipo de números circenses seleccionados para llegar en un ‘crescendo’ hasta el momento de encender las luces. ¿Una metáfora de la política? Puede. Sobre un alambre ha caminado la funambulista La Corcoles, sin mayorías que la apoyaran. Dicen que en el mundo del circo, los acróbatas saben que el público, más que temer que el logre un más difícil todavía, lo que en realidad le mantiene expectante es la posibilidad de que caiga. Aunque con los comerciantes quejosos, del inicio oficial de la Navidad en Barcelona puede decirse que Collboni lo ha transitado por primera vez si mayores contratiempos, eso sí, con un par de calle, como mínimo, en las que la luz se ha hecho la remolona y han tardado un par de horas en estar de fiestas.