El restaurante de la Font del Gat de Barcelona reabrirá en primavera de 2024

Barcelona recuperará en medio año un icono de Montjuïc hundido por la pandemia. Reabre el restaurante de la Font del Gat, situado físicamente en los jardines Laribal de la montaña y virtualmente en el imaginario catalán por la canción infantil homónima. Se trata de un local de restauración con terraza cerrado desde 2020, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona y cuya gestión sale ahora a concurso para la próxima década.

La empresa Barcelona Serveis Municipals (B:SM) ha publicado este noviembre la licitación del restaurante, para el que pueden presentarse ofertas hasta el 5 de diciembre. El precio de salida son 1.900 euros al mes de canon mínimo –más IVA– y la concesión cubre hasta 12 años de explotación: 10 asegurados más dos posibles prórrogas de un año.

Como ya explicó EL PERIÓDICO, los últimos meses BSM ha rehabilitado el edificio para revertir los tres años de abandono y el vandalismo ocasional. Las obras finalizarán antes que acabe al año, según los pliegos del concurso. Las últimas fueron en 2002. Cabe recordar además que está catalogado como patrimonio: es obra del arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch y abrió en 1925, poco antes de la Exposición Universal de 1929.

Así pues, el nuevo operador podrá celebrar el centenario en su primer año al frente del negocio y el del gran evento que transformó la montaña. Dispondrá de 99 m² útiles de local cubierto y en planta baja, más una terraza de unos 240 m². El primer piso lo seguirá ocupando el Centre d’Estudis Olímpics i de l'Esport Joan Antoni Samaranch.

Mayo de 2024

El ganador de la licitación tendrá cuatro meses para acondicionar el local. Estas obras correrán a su cargo y podrá implantar su propio proyecto de interiorismo. Si tardara más, se le aplicaría una penalización por cada día de retraso. Por ello, por poco que pueda el adjudicatario, la apertura al público se situará alrededor del mes de mayo de 2024. A tiempo para el arranque de la temporada de terraceo.

El horario de apertura, aunque sujeto a futuros cambios normativos de la ciudad y peticiones de Parcs i Jardins, sería como máximo de 9h de la mañana hasta la 01h de la madrugada. La ubicación privilegiada en los jardines Laribal conllevará también algún peaje, como restricciones para el acceso de proveedores o la obligación de asear cada día unos cercanos lavabos públicos, abiertos a la clientela y a cualquier paseante.

Cocina catalana quizá, sostenible seguro

El jurado primará la calidad de la propuesta: este juicio de valor proporcionará hasta 70 puntos de los 100 totales. De ellos, 35 serían para la gastronomía y 25 para el diseño del local. En cambio, el precio solo procurará hasta 30 de los 100 puntos. Eso sí, no podrán presentarse emprendedores noveles: para participar hay que acreditar 136.800 euros o más de volumen de negocio alguno de los últimos tres años.

El nuevo restaurante no necesariamente será de cocina tradicional catalana como el anterior, puesto que no lo exigen las bases del concurso. Se valorará la coherencia e idoneidad de la propuesta gastronómica en conjunto. En cambio, el jurado sí apreciará el compromiso del restaurante con el medio ambiente y una alimentación saludable. Por ejemplo, “aumentando la oferta de proteína de origen vegetal (legumbres principalmente) en los menús" y la "fruta y verdura fresca de temporada”. También sumará puntos potenciar los productos ecológicos y sostenibles, de circuito corto (de proximidad o ‘km 0’), de comercio justo y favorables al bienestar animal.

Orígenes inciertos

Cadafalch diseñó todo el recinto de la fuente a partir de 1918 como parte de su remodelación de Montjuïc. Antes el lugar ya se usaba como merendero popular, como mínimo desde 1884, que es la fecha grabada en la portalada de acceso. El origen de la fuente de agua podría remontarse mucho más atrás, incluso al Neolítico. En 1925 Cadafalch decidió añadir a la explanada un establecimiento en el que celebrar banquetes familiares y que presumiblemente también sirvió a los fastos de la Expo. 

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