Tras el anuncio de cierre

Barcelona desbloquea la subvención del Gimnasio Sant Pau, que mantendrá abiertas las duchas para los sintecho

VÍDEO | Los sintecho de Barcelona se quedan sin las duchas del Gimnasio Sant Pau: "Nos sentimos humillados"

Caja de resistencia en el Gimnasio Social Sant Pau para mantener abiertas sus duchas solidarias en Barcelona

Un usuario de las duchas solidarias del Gimnasio Social Sant Pau, en Barcelona.

Un usuario de las duchas solidarias del Gimnasio Social Sant Pau, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Jordi Ribalaygue

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El Ayuntamiento de Barcelona ha desencallado el pago de la subvención de 200.000 euros que el Gimnasio Social Sant Pau aguardaba desde hace meses y que abocaba a dejar de brindar las duchas a unas 200 personas sin techo que acuden a asearse a lo largo de la semana en el centro, situado en Ciutat Vella. El local avisaba esta mañana a los usuarios que era el último día en que podrían bañarse antes del horario de apertura al gimnasio, al menos mientras el consistorio siguiera adeudando la ayuda. Al final, la transferencia se ha hecho efectiva esta tarde, con lo que la entidad podrá seguir ofreciendo sus 10 duchas en el bajo que ocupa en el Raval mientras duran las obras en su sede de la Ronda Sant Pau.

“¡Ya nos han pagado!”, ha proclamado el gimnasio social en las redes sociales esta tarde, tras tomar aire con el abono municipal. El auxilio había encallada a la esperar de obtener el visto bueno de la intervención municipal, que ha aprobado el gasto en los últimos días. Los 200.000 euros anuales que la cooperativa percibe del Ayuntamiento suponen algo más de la mitad de los cerca de 400.000 euros de presupuesto de la cooperativa que rige el centro. 

Ante el retraso en obtener el ingreso, el Sant Pau abrió una caja de resistencia para atender los pagos a la Seguridad Social y al menos parte de las nóminas de los 12 trabajadores del centro. El gimnasio asegura que parte de la plantilla no se ha embolsado el sueldo desde agosto. Algunos proveedores -como lo que suministran jabón y ropa interior que la cooperativa facilita a la gente que carece de domicilio- tampoco han cobrado las facturas desde julio.   

Algunas de las personas sin hogar que tenían turno para lavarse esta mañana lamentaban el inminente cierre del servicio, previsto a partir del jueves. El personal del Sant Pau les informaba dónde hallar las duchas habilitadas por el Ayuntamiento, ninguna próxima al Raval: están en Sarrià, Navas, Nou Barris y la Zona Franca. La Fundación Arrels cuenta con duchas en su centro abierto, pero advertía esta mañana que no dispone de capacidad para absorber más demanda. “Ya estamos saturados”, admitía la organización.

Aparte de conceder aire al Sant Pau, el desbloqueo de la subvención evita que las personas que malviven al raso en el Raval vean también coartado el derecho a asearse, por imposibilidad de desplazarse fuera de Ciutat Vella para ducharse en otros centros. Los miembros del gimnasio han llenado esta mañana la entrada con carteles que, en distintos idiomas, anunciaban que los grifos se cerraban “provisionalmente” mientras el Ayuntamiento no liquidase la cantidad adeudada. Al final, las duchas seguirán estando dispuestas a diario para un centenar de personas atosigadas por la pobreza.