Decepción constante

Turistas perdidos acuden al Camp Nou con entradas para ver jugar al Barça: “¿Montjuïc? ¿Eso dónde está?”

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Turistas perdidos siguen llegando al Camp Nou en obras en día de partido

Turistas perdidos siguen llegando al Camp Nou en obras en día de partido / Ana Puit

Gisela Macedo

Gisela Macedo

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"¿El Barça no juega aquí? ¿De verdad?", "No me lo puedo creer, qué decepción", "¿Montjuïc? ¿Eso dónde está?". Estas reacciones son habituales cada vez que el FC Barcelona juega en casa, desde que se trasladó al estadio Lluís Companys el pasado verano. Turistas desinformados siguen llegando al antiguo Camp Nou para descubrir, sorprendidos, el estadio en ruinas.

Las horas previas a los partidos son un flujo constante de personas, ya sea solas o en grupos, que llegan inocentes al Camp Nou con sus entradas en mano, sin percatarse de la confusión. En el caso de este miércoles, con un Barça - Shakhtar a las 18:45, parte del recinto está abierto para los visitantes que acuden a la tienda o al museo. En general, los extrangeros entran decididos a ver el partido, pero se cercioran de que no hay ambiente y rápidamente sacan sus entradas y comprueban. "La fecha es correcta. 25 de octubre". Momento indicado, lugar equivocado. Algunos se fijan y señalan estupefactos el estadio a medio derruir y rodeado de grúas; otros pasan por alto ese detalle y acuden al personal del recinto para preguntarles por dónde pueden acceder a sus localidades.

Los trabajadores, acostumbrados a esta situación, les dan la sorpresa de que se tienen que ir a Montjuïc y les explican cómo llegar hasta allí. Cuando faltan una o dos horas para el inicio del partido, la situación todavía es manejable. Los aficionados que llegan con veinte, diez o cinco minutos de antelación no dan crédito. Imposible llegar a tiempo.

Turistas perdidos siguen llegando al Camp Nou en obras en día de partido

Turistas perdidos siguen llegando al Camp Nou en obras en día de partido / Ana Puit

campnou 3

campnou 3 / Ana Puit

"Nos hemos llevado una sorpresa. Ni siquiera sabíamos que el estadio estaba en construcción", lamenta una pareja que viene de Colombia, en declaraciones a EL PERIÓDICO. "Llegamos al Camp Nou y nos dicen que no es aquí. Ahora estamos esperando un Cabify pero no nos aceptan el servicio", cuentan. Son las 18:05h y es hora punta de tráfico. Además, indican en la aplicación el Lluís Companys como lugar de destino, pero los vehículos no pueden acceder a él porque cortan las calles de alrededor antes de cada partido; de modo que tienen que pedir que les dejen en plaza Espanya y continuar andando. Una información que, de nuevo, desconocen.

Diez minutos después, un grupo de amigos franceses preguntan a un trabajador de seguridad. Atónitos, comprueban las entradas en el móvil y, con una letra gris que pasa desapercibida, comprueban que sí aparece el nombre del Lluís Companys. "¡Tendrían que ponerlo en rojo! ¡Destacarlo más!", manifiesta uno de ellos. "Es una decepción, porque en realidad el partido nos importaba poco. Queríamos ver el Camp Nou por dentro. No sabíamos que estaba en obras", dice otro.

Una turista muestra su entrada en el Camp Nou. Arriba, en letra gris, aparece el nombre del estadio Lluís Companys

Una turista muestra su entrada en el Camp Nou. Arriba, en letra gris, aparece el nombre del estadio Lluís Companys / Ana Puit

Al mismo tiempo, una familia con dos niños pequeños vestidos con camisetas del Barça corren calle arriba, hacia la avenida Diagonal, para llegar en metro. Otros esperan en la parada de taxis de la avenida Joan XXIII, pero apenas llegan conductores. Dos jóvenes brasileños entran a la Rambla del Barça, miran a su alrededor y ven que algo no va bien. Rápidamente sacan el móvil, preguntan y, sorprendidos, se dan media vuelta. Una pareja de coreanos con ropa de la selección española hace lo mismo minutos después. Estas escenas se repiten constantemente, pero a medida que pasa el tiempo las reacciones van a peor. A quince minutos del inicio del juego, aparecen dos parejas de edad avanzada procedentes de Bulgaria. Cuando les comentan que no es aquí, su expresión de fastidio es más que notable.

Dos turistas coreanos se dan cuenta en el último momento de que el Barça no juega en el Camp Nou

Dos turistas coreanos se dan cuenta en el último momento de que el Barça no juega en el Camp Nou / Ana Puit

Tanto los trabajadores del recinto del Camp Nou como los de negocios de los alrededores explican a EL PERIÓDICO que vienen notando este problema desde el traslado, y que no ha ido a menos a pesar de que ya han pasado unos meses del cambio. Llama la atención como, igualmente, no existe la presencia de ningún informador, ni de un mapa explicativo, ni de ningún tipo de ayuda que guíe a estos visitantes. Aunque los turistas perdidos son fácilmente identificables, ningún trabajador está pendiente de ellos. Nadie les incercepta para aclararles el error. Solo cuando peguntan les dan las pertinentes indicaciones, y a veces éstas resultan pobres. Dos jóvenes ucranianos hacen tiempo tomando una cerveza en el bar que hay junto a la tienda del Barça, con una bufanda del Shakhtar, el rival de este miércoles. Es obvio a qué han venido, pero nadie se acerca a aclararles la situación.

Dos aficionados del Shakhtar acaban de enterarse de que no se juega en el Camp Nou

Dos aficionados del Shakhtar acaban de enterarse de que no se juega en el Camp Nou / Ana Puit

Mientras el Barça no cumple con la tarea de informar debidamente a su público internacional, guías de viaje conocidas como Lonely Planet tampoco lo especifican. Es más: en una publicación del pasado mes de junio, cuando el estadio del Barça ya estaba en obras, recomiendan ver un partido en el Camp Nou como una de "Las 17 mejores cosas que hacer en Barcelona".

No será hasta noviembre de 2024 que el equipo blaugrana volverá a este espacio de Les Corts. De ponerle remedio ahora, el club todavía podría ahorrar todo un año de decepciones, disgustos y enfados a los turistas que desconocen el proyecto de construcción del nuevo Espai Barça.