El veto al patinete eléctrico en el transporte público de toda Catalunya se prolonga de manera indefinida

La explosión de la batería de un patinete eléctrico, el miércoles, en un vagón de la línea 2 del metro de Madrid ha coincidido en el tiempo con la deliberación sobre qué debe hacerse en Catalunya con el veto que, precisamente, no permite que los vehículos de movilidad personal (VMP) entren en el transporte público. La Autoritat del Transport Metropolità (ATM) del área de Barcelona ha decidido este viernes que esta prohibición, que vencía a finales de octubre, se alargue de manera indefinida, con lo que insta a los operadores a dejar las cosas como están, pues son ellos los que tienen la última palabra. El dictamen no puede ser más claro: "A pesar de haber planteado y analizado diferentes medidas para reducir los riesgos y de haber valorado si este riesgo alcanza un nivel tolerable en términos de seguridad para las personas usuarias, se ha llegado a la conclusión de que, por ahora, no se dan las suficientes garantías"

El 19 de diciembre, cuando la entonces presidenta de TMB, Laia Bonet, dijo en una rueda de prensa que había que estudiar si los patinetes eléctricos son seguros antes de dejarlos subir al transporte público, también se afirmó que la normativa naciente tras el periodo de reflexión no tendría "vocación de veto". El temor de algunos operadores, sin embargo, habría sido determinante para que el ente regulador haya decidido mantener los patinetes eléctricos lejos del tren, el metro, el bus o el tranvía. Así lo confirma a este diario el responsable de una de estas empresas: "Es un tema de prioridades, y la seguridad del pasaje está por encima de cualquier otra consideración".

La medida se aprobó a finales de 2022 y se empezó a aplicar durante seis meses el 1 de febrero. En verano, pues el paréntesis vencía a finales de julio, la ATM anunció otros tres meses de reflexión para seguir deliberando sobre el modo de proceder ante un vehículo cuyo uso no deja de crecer. El nuevo aplazamiento terminaba el 31 de octubre.

Las dos fechas

Finalmente, el consejo de administración de la ATM ha decidido mantener las cosas como están. Pero ahora sin prórrogas; de manera indefinida. En el horizonte hay dos fechas que pueden hacer que las cosas cambien. Los patinetes eléctricos nuevos que se vendan a partir del 1 de enero de 2024 deberán cumplir una serie de requisitos técnicos para poder obtener el certificado de la Dirección General de Tráfico (DGT). Los adquiridos con anterioridad tendrán tres años de moratoria, de manera que el 1 de enero de 2027, todos los vehículos de movilidad personal deberán circular con dicha acreditación.

Según el ATM, la regulación actual aplicable a los VMP "no aporta las suficientes garantías de seguridad para permitir su presencia en el transporte público". El embrión de la decisión inicial fue, de hecho, el aparatoso incendio de una batería, el pasado noviembre, en un vagón de Ferrocarrils de la línea del Vallès. Pudo derivar en tragedia, pero la ágil respuesta del maquinista evitó males mayores.

Incendio de un patinete eléctrico en el interior de un vagón de Ferrocarrils, a mediados de noviembre

Por todo ello, el ATM, a través de un comunicado, asegura que pedirá a las autoridades competentes "acelerar esta regulación y poner un acento especial en la seguridad de las baterías". Este diario ya les explicó que las pilas de litio son extremadamente frágiles, y que cualquier manipulación puede ser fatal. Son precisamente los patinetes trucados los que suelen dar problemas.

Personas vulnerables

El gestor público admite que se han barajado varias opciones que permitieran el regreso del patinete eléctrico a la movilidad colectiva: "Coto horario por grados de ocupación, definición de zonas específicas de ubicación de los VMP, limitación de la medida máxima de los mismos, prohibición de cargarlos dentro del transporte público y obligación de llevarlos doblados". Pero a pesar de las alternativas, "no se ha podido establecer ningún escenario en el que no se mantenga un factor de riesgo muy elevado no tolerable para los operadores de transporte público". La ATM hace referencia expresa a los túneles ferroviarios y al impacto que una deflagración podría tener "en determinadas franjas horarias" y menciona la "imposibilidad de evitar la coincidencia de los VMP con personas vulnerables, niños y bebés".

el ATM asegura que mantiene abierta la comisión de estudio sobre los patinete eléctricos, pero lo que parece seguro es que esas garantías totales no se darán hasta ese 1 de enero de 2023, cuando se prevé que todos los VMP dispongan de una suerte de ITV que asegure que no suponen un riesgo para nadie. Ni dentro ni fuera del transporte público.